BUENOS DIAS
VERACRUZ
David Varona
Fuentes
Viernes 17 de
abril del 2015.
Universidad
Veracruzana…
Mina de oro
para los altos funcionarios en turno.
El que asume
la Rectoría enloquece por los recursos millonarios que captan las arcas
universitarias cada seis meses por concepto de ingresos propios.
Dinero que es
independiente al presupuesto anual que recibe del Gobierno de
Veracruz contemplado en la Ley de Egresos.
Veamos:
Para el
ejercicio 2014 la UV recibió del Estado 5 mil 999 millones de pesos, mientras
que para el año en curso le fueron autorizados sólo 4 mil 583 millones
300 mil pesos, más de 500 millones menos.
De acuerdo a
la información que difunde la Universidad Veracruzana, el presupuesto estatal
lo destina en el pago del personal académico y administrativo.
Pero falta el
ingreso propio…
-Por arancel
para presentar examen de admisión que cada año suman más de 30 mil los
aspirantes a obtener un lugar en la UV.
-Por concepto
de inscripción de los aceptados a nuevo ingreso (en 2014 fueron 16 mil).
-Por concepto
de inscripción de los alumnos de segundo hasta décimo semestre, dependiendo de
la carrera y que en total rebasan los 15 mil.
Y la trampa
mortal:
El pago de la
cuota al famoso Patronato o Fideicomiso, integrado por unos viejitos que nada
aportan a la UV ni a la comunidad estudiantil. Y que en las más de las 80
carreras universitarias el cobro es hasta 10 veces más que la inscripción.
Ejemplo:
Para los
estudiantes del octavo semestre de la licenciatura en Medicina el pago de
inscripción fue de 333 pesos, pero el “voluntario” al Patronato fue de 3 mil
800 pesos.
Según
informes:
Los ingresos
anuales por derecho a examen de admisión suman un aproximado de 10
millones de pesos; por inscripción de los aceptados, 30 millones de
pesos. Más otros 35 millones semestrales por concepto de inscripciones de los
estudiantes que ya cursan carrera.
Es decir:
Un total
mínimo de 110 millones de pesos cada año.
La comunidad
pregunta:
¿Y dónde
está, qué hace la autoridad universitaria a ese dinero?
No es
para menos la ambición que despierta la Rectoría.
Las
carretadas de efectivo que entran a la UV, provoca que por simple lógica
mental, los rectores se aferren al cargo reeligiéndose las dos veces que se lo
permite la Ley Orgánica de la Máxima de Estudios del Estado.
Los dos
últimos sucumbieron ante tanto dinero.
Víctor
Arredondo Álvarez, estuvo seis años en la Rectoría. Suspendió su segundo
periodo al recibir la invitación de Fidel Herrera Beltrán para convertirse en
Secretario de Educación el 1 de diciembre de 2004
Raúl
Arias Lovillo concluyó la ausencia de Arredondo y permaneció ocho largos años
más al frente de la UV.
Hay que
decirlo:
La de Lovillo
fue de las administraciones más cuestionadas al convertirla en agencia de
viajes de placer por el viejo continente y países de Europa, acompañado siempre
de quien se convertiría en su amor imposible.
Arredondo y
Arias, que fueron binomio infernal, uno rector y el otro secretario académico,
dejaron sumida la imagen de la UV en el descrédito nacional, tanto en lo
académico como en la investigación. La sumieron hasta el lugar 15 o 16 entre
las escuelas de educación superior más importantes y reconocidas del país.
Y pareciera
que esa etiqueta nada digna, que evidencia el bajo nivel académico, llegó para
quedarse.
La que
prometió, en su discurso de asunción a la Rectoría, en septiembre de 2013 que
sacaría del fango a la UV, no cumplió.
Sara ladrón
de Guevara, la primera mujer en convertirse en autoridad universitaria, terminó
siendo más de lo mismo de Arredondo y Arias. Fiestas, pachangas, celebraciones,
viajes y derroches.
Y lo que
faltaba:
Despilfarros
millonarios en vehículos de lujo, totalmente blindados.
Cada quince
días la Rectoría suelta el llanto por la falta de recursos para cubrir la
nómina quincenal. Responsabiliza a la Secretaría de Finanzas del Gobierno
del Estado, por el retraso en la entrega del partidas presupuestales.
Sin embargo.
La falta de
liquidez de la UV no se refleja en la adquisición de camionetas opulentas para
la rectora Sara Ladrón y sus más cercanas colaboradoras, como la secretaria
académica, Leticia Rodríguez Audirac.
Tan sólo la
Toyota de la rectora, con todo y blindaje, tiene un valor en el mercado de un
millón 800 mil pesos.
Cuál crisis.
¿O usted qué
opina?
PD. Hay personajes
en la política de la presente administración estatal, que cuando han andado a
la cuarta pregunta; son las personas más nobles, sencillas y humildes. Pero,
cuestión que la suerte lo lleve a un puesto público, se convierten un vulgares
patanes, arrogantes y farsantes: ese es el ejemplo claro del señor Edmundo
Martínez Zaleta alias el muerto, que ahora como director de tránsito está
irreconocible.
Quienes
conocemos su trayectoria, en la política del estado, sabemos que don Edmundo,
siempre ha vivido del cuento, ahora en tránsito del estado ha sembrado el
terror y el desconcierto, sin contar que este siniestro personaje ya le entró
al negocio de la grúas, que tanto atropello cometen diariamente contra
población del volante…y aún hay más…
-NOTICIERO y
ANÁLISIS POLÍTICO de DAVID VARONA FUENTES en #BUENOSDIASVERACRUZ- en vivo-
11:15am Por:
PUNTA DE
LANZA…
REORDENANDO
LA CASA…
La mañana de
este jueves en Casa Veracruz hubo reunión del pleno de los integrantes del
gabinete estatal, lo presidió el gobernador Javier Duarte.
Entre los
funcionarios que se dejaron ver figuraron el secretario de Finanzas, Antonio
Pelegrín, el de Educación, Flavino Ríos Alvarado y el contralor General,
Ricardo García Guzmán, quienes siempre atentos concedieron entrevistas a los
medios de comunicación antes de ingresar.
Trascendió
que el motivo del encuentro, fue para ver los resultados que se han
obtenido a través de la reingeniería administrativa ordenada por el
doctor Duarte de Ochoa semanas atrás para reducir el gasto corriente.
Nos dicen que
estas reuniones seguirán realizándose en forma periódica lo que resta a
la actual administración, hasta que los objetivos trazados se hayan cumplido.
Indiscutiblemente
que el gobernador Duarte, tendrá que cortar de tajo todos los vicios, que en la
Sefiplan se mantienen aún con cacicazgos disfrazados, en servidores públicos
que han amasado una inmensa fortuna.
De ser así,
el gobierno del doctor Duarte recuperará la credibilidad ciudadana, sobre todo,
ahora en pleno proceso electoral ante una población hastiada, irritada y
molesta.
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