BUENOS DÍAS
VERACRUZ
David Varona
Fuentes
Lunes 6 junio
2016
Se cumplieron
los pronósticos.
El estado de
Veracruz se vistió de azul, de amarillo y de Morena.
Después de
casi 90 años, el PRI pierde la gubernatura de Veracruz y la mayoría de las
diputaciones ante la alianza PAN-PRD y el partido del Movimiento de Regeneración
Nacional.
No hubo
sorpresas ni milagros.
Nada salvó al
Partido Revolucionario Institucional de la masacre electoral en la geografía
estatal.
La derrota estaba
vista y anunciada.
Aquí en este
espacio advertimos una, dos, tres y muchas veces del voto de castigo
que aguardaba paciente el momento oportuno para manifestarse.
Quien lo dude
que visite nuestros archivos.
Oportunamente
dimos cuenta del hartazgo ciudadano a la corrupción, a la
inseguridad pública, al saqueo del erario público, al abuso del
poder. Y principalmente del manto de impunidad que cubre a los funcionarios de
Veracruz, desde el sexenio de Fidel Herrera Beltrán.
Todos lo
saben.
En 12 años
fidelistas y duartistas no han tenido piedad para enriquecerse escandalosamente
con el dinero del pueblo veracruzano.
Se
despacharon con la cuchara grande.
Agarraron
todo: de las pensiones de los viejitos, las becas de los estudiantes, los
descuentos a la burocracia, de esto, de aquello y de lo otro. Desviaron
partidas para salud y educación.
Y deben
a todo mundo.
Lo saqueado
asciende a 40 mil millones de pesos, hasta el 2014, según la
Auditoría Superior de la Federación, muy aparte de la deuda estatal
que asciende a 120 mil millones de pesos.
Más lo
que se acumule de 2015 y 2016.
En suma:
Convirtieron
Veracruz en un infierno financiero y de inseguridad pública.
Tengo que
reiterarlo:
El gobernador
Javier Duarte fue rebasado por sus pupilos. Salvo algunos contados colaboradores
leales, la mayoría de los niños fidelistas empinaron al mandatario estatal.
Ahí están
a la vista los resultados electorales.
El pueblo se
cansó. Y se manifestó con el arma silenciosa que tiene: el sufragio.
Sólo salió a
votar el 53 por ciento del padrón electoral y fue suficiente para masacrar en
las urnas al PRI, a partidos y candidatos ciudadanos comprados por el gobierno
para restarle votos al abanderado de la alianza PAN-PRD, Miguel Ángel Yunes
Linares, en los cuales invirtieron más de 300 millones de pesos.
Vergonzante
la cantidad de sufragios obtenidos por Juan Bueno Torio, Alejandro Vázquez
Cuevas y Alba Leonila Méndez, los tres ex panistas contratados por Gabriel
Deantes Ramos para el trabajo sucio al interior del PAN. El electorado los
rechazó.
¿Qué
sigue...?
Sólo basta
recordar los discursos de campaña del candidato triunfador de la gubernatura
para tener la respuesta. Echar a volar la imaginación es suficiente para saber
lo que viene.
Nadie
quisiera estar en los zapatos de fieles y prósperos.
¿Y quién
podrá defenderlos…?
A estas
alturas ni siquiera el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, meterá
las manos al fuego por la herencia maldita de Veracruz.
Los que
abusaron del cargo, tendrán que responder. Y quienes se robaron el dinero de
los veracruzanos, tendrán que devolverlo, fue la palabra empeñada del
abanderado azul.
Y tendrá que
cumplirla.
La lista es
larga:
Arturo
Bermúdez, Gabriel Deantes, Vicente Benitez, Adolfo Mota, Harry Grappa, Alfredo
Ferrari, Edgar Spinoso, Jorge Carvallo, Erick Lagos.
Y
muchísimos más, cobijados bajo el manto de la complicidad.
El candidato
Héctor Yunes Landa, se queda en el camino.
No pudo. La
sombra del mal gobierno priísta y las traiciones al interior de su mismo
partido pesaron más que sus deseos de triunfo.
Los votos que
obtuvo fueron por simpatías propias, no por el PRI, porque hasta el llamado
voto duro se cansó de tanto cochinero tricolor.
¿O usted qué
opina?
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