BUENOS DÍAS
VERACRUZ
David Varona
Fuentes
Martes 12 de
julio del 2016
Ha ordenado
sentar en el banquillo de los acusados a los gobernadores de Veracruz, Javier
Duarte, y de Quintana Roo, Roberto Borges.
Duarte y
Borges son protagonistas de infinidad de escándalos de corrupción y abuso
de poder cometidos durante sus mandatos.
Los dos
entregaron malas cuentas al jefe máximo del PRI en las elecciones locales del
pasado 5 de junio, al dejar en manos de la oposición los gobiernos estatales
que encabezan, después de 86 años de hegemonía tricolor.
Veracruz y
Quintana Roo, serán gobernados por los panistas, Miguel Ángel Yunes Linares y
Carlos Joaquín González, respectivamente.
Sintiendo el
peso de la justicia en sus espaldas, Duarte y Borges, preparaban huida
sin sobresaltos.
Cada uno por
separado, aprovechando el control mayoritario que ejercen su partido y
aliados en los Congresos de sus estados, se dieron a la tarea de blindar su
salida del gobierno proponiendo reformas legaloides, consideradas por actores
opositores como “paquetes de impunidad”.
El
veracruzano buscó imponer por cinco años Contralor General, Fiscal y
Magistrados Anticorrupción, también titular del IVAI.
El de
Quintana Roo, diseñó su plan para acomodar incondicionales en la Auditoría
Superior del Estado, en la Fiscalía y tres Magistrados en el Tribunal Superior
de Justicia.
Sin lugar a
dudas.
Qué chuladas
de gobernadores.
Duarte y
Borges, cínicos y sinvergüenzas. Se consideraban intocables, protegidos por el
manto Presidencial.
Vivían
engañados.
El presidente
instruyó a la Procuraduría General de la República emprender acciones de
inconstitucionalidad en contra de los Congresos de Veracruz y Quintana Roo, por
sus reformas en materia de Anticorrupción y los nombramientos a modo que
garantizan impunidad a los gobernadores salientes.
La PGR
buscará revertir en la Suprema Corte de Justicia de la Nación las reformas
aprobadas en las Legislaturas locales por ser contrarias al Sistema Nacional
Anticorrupción, y sólo buscan otorgar impunidad a los gobernadores de Veracruz,
Javier Duarte de Ochoa, Roberto Borges Ángulo, de Quintana Roo.
El Gobierno
de la República, afirma:
-“Ninguna
institución y ningún servidor público, no importa el orden de Gobierno en el
que se desempeñe puede estar al margen de la Ley. Esto es lo que demanda la
sociedad mexicana”.
Y agrega:
-“Recientemente
los congresos estatales de Quintana Roo y Veracruz aprobaron reformas que se
oponen a los lineamientos generales del Sistema Nacional Anticorrupción.
-“Las
acciones de inconstitucionalidad presentadas por la PGR se encaminan a atender
problemas muy concretos. Será el Máximo Tribunal del país quien advierta que
las entidades carecen de facultades para hacer sus propios Sistemas Anticorrupción
y que tampoco tienen las facultades para nombrar para nombrar a funcionarios en
esa materia”.
Así… o más
claro.
El Presidente
de la República, no tiene amigos.
Por lo tanto…
Aquellos
gobernadores estatales señalados de cometer actos de corrupción y de
enriquecimiento ilícito, que ufanaban ser “amigos” del Presidente, más allá de
la institucionalidad, deber ir poniendo sus barbas a remojar.
Ejemplo:
En cada
reunión el gobernador de Veracruz disfrutaba cuando contaba:
-El
Presidente me tiene una estima que la siento en los hechos, Nunca he tenido un
“no” del Presidente. A todo lo que le he pedido siempre me ha dicho que “sí”. Y
en lo del candidato a gobernador me dijo “nunca me has fallado, no me falles”.
Pero Duarte
falló.
Los
mandatarios estatales que abusaron del manto protector de la Presidencia, hoy
se encuentran solos, abandonados y desprotegidos.
Y a un paso
de su infierno.
¿O usted qué
opina?
PD. ¿Y AHORA
QUE SIGUE?
PUNTA DE
LANZA…
¿Y AHORA QUÉ
HACEMOS…?
Es la
interrogante que se hacen en el Congreso estatal todos los diputados que
durante casi tres años sirvieron de borregos al titular del Poder Ejecutivo. El
jefe del rebaño, Juan Nicolás Callejas Arroyo, también se encuentra confundido.
A quién obedecer, al que se va o al que viene, es la disyuntiva.
No es para
menos, lunes fue un día de pesadilla para todo el clan de la prosperidad, que
ya no sienten lo duro sino lo tupido.
A medio día
la determinación de la Presidencia de la República de ordenar a la PGR
interponer ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación recurso de
inconstitucionalidad por las reformas aprobadas en materia de Anticorrupción,
que ya se sabe son para proteger la corrupción del gobernador Javier Duarte y
su banda de ladrones.
Más tarde, el
llamado del gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, de no aprobar la
propuesta de basificación de toda la plantilla laboral estatal, ni el uso
del Impuesto a la Nómina para pagar deudas, en especial las que se tienen por
70 millones de pesos a pasquines de la comunicación.
Y lo más
preocupante para los todavía dóciles “legisladores” duartistas, es que el
sucesor les advirtió que los denunciará una vez que pierdan el fuero en
noviembre en caso de aprobar lo que representaría un golpe criminal a las
finanzas estatales en la administración que inicia el 1 de diciembre.
Doble contra
sencillo… los diputados fingirán demencia y volverán a darle la vuelta a los
últimos caprichos de Duarte.
Ya no quieren
más queso, sino que ese infierno de locuras termine.
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