Vive México barruntos de tempestad.
Las heridas y el encono causados por el resultado de la elección presidencial de 2006, mantiene enfrentados a los mexicanos provocando una parálisis política que perjudica gravemente a la nación.
Esta vez la lucha es, presuntamente, por la defensa de la no privatización de Petróleos Mexicanos.
El presidente Felipe Calderón con su reforma energética, permite la inversión privada, pero niega que PEMEX pierda autonomía nacionalista.
Andrés Manuel López Obrador y el Partido de la Revolución Democrática, critican y censuran la iniciativa, aún cuando dejan la oportunidad abierta solicitando tiempo para analizarla.
El diálogo en el tema de la reforma para el manejo de los hidrocarburos, ha sido rebasado por las pasiones, cerrándose la puerta al entendimiento y los acuerdos.
Las altas tribunas parlamentarias del país están clausuradas y en poder de quienes aseguran que los cambios propuestos en la operatividad de PEMEX, llevan camino seguro a la privatización.
Las opiniones en torno al comportamiento de las huestes de quien se autonombra presidente legítimo de México, son criticables por unos, pero apoyadas por otros.
Comentan que el país no puede ser rehén de pequeños grupos que sólo buscan desestabilizarlo con acciones mesiánicas.
Pero preguntamos… ¿Quién más defiende la posible entrega de PEMEX a la nueva camarilla de Los Pinos?
El tabasqueño López obrador con papelitos en la mano demostró el tráfico de influencias utilizado por el entonces diputado federal Juan Camilo Mouriño, para beneficiar a empresas familiares con millonarios contratos de la paraestatal.
¿Y qué ha pasado?...nada.
Propuesto por legisladores perredistas se logró un punto de acuerdo para investigar al actual Secretario de Gobernación…pero la comisión integrada, hace lo mismo que la carabina de Ambrosio.
La mayoría de los diputados encargados de corroborar los ilícitos de Mouriño, sucumbieron ante los cañonazos millonarios de soborno propuestos en lo oscurito…Incluso, hasta gobernadores del PRI no pudieron resistirse ante la promesa de más recursos a sus gobiernos a cambio de apoyo institucional para el titular de Gobernación y de paso a la reforma energética calderonista.
El presidente Calderón insiste en sostener y proteger a Juan Camilo con el manto de la impunidad, no importándole las graves acusaciones en su contra que desprestigian su gobierno de “manos limpias” que propuso en campaña.
Y son esas terquedades encontradas, las de Calderón y Andrés Manuel, las que impiden que el país retome el camino de la gobernabilidad…Uno cerrándose al beneficio de la duda sobre la honestidad de su Secretario de Gobernación, y el otro luchando (según él) por salvar a la patria de los corruptos.
La actitud de López Obrador, parcialmente es entendible si recordamos el sexenio del presidente Fox, que tanto criticó la corrupción de los gobiernos priístas, y terminó siendo más sinverguenza que sus antecesores.
Por lo tanto, no es descabellada la afirmación que Mouriño, con la venia presidencial busque convertirse en el zar del negocio petrolero…el único estorbo es el tabasqueño y su resistencia civil… Nadie más le apuesta al futuro de éste noble país, cuna de grandes héroes revolucionarios, pero también lugar donde se han gestado generaciones políticas de nuevos millonarios al amparo del poder público.
Y no hay visos de curación a ese cáncer, cuyas ramificaciones han invadido todo el aparato gubernamental de la nación, entrampado en la complicidad.
En la acusación contra Mouriño, no hubo un solo gobernador opositor al PAN que exigiera investigarlo…al contrario, algunos del PRI como corderitos acudieron a Bucareli…Se tomaron la foto, amén de “ponerse a las órdenes” del funcionario.
México enfrenta hoy una crisis de credibilidad y gobernabilidad, ante los ojos del mundo que lo mantiene clasificado dentro de los países más corruptos del universo.
La credibilidad en los comicios presidenciales de 2006, mantiene abiertas las heridas de millones de mexicanos que votaron por un cambio verdadero en la conducción del país, defraudados por la promesa foxista… Y la lucha por la soberanía de PEMEX, las ahondará aún más.
ESPAÑA EN VERACRUZ
Mucho se ha cuestionado la cercanía de varios diputaditos de la Fidelidad con el gobernador Herrera Beltrán, de quien tratan de emular sus actitudes, comportamientos y hasta la forma de hablar.
Sin embargo, llama mucho la atención que la legisladora Luz Carolina Gudiño Corro, esté muy bien enterada de los pensamientos y decisiones futuras del mandatario veracruzano.
Ayer domingo la diputada declaró a la prensa que aún cuando el equipo Tiburones Rojos de Veracruz no logre sostenerse en la primera división, la afición no se quedará sin futbol…y que para ello se comprará otra franquicia que estaría por definirse.
Efectivamente es cierto el anuncio adelantado de la Gudiño…lo que no dijo es el nombre del equipo y quiénes serán los dueños.
Bueno, nosotros damos más detalles de esa información…La franquicia que se adquirirá para traerla al puerto jarocho y vestirla del nuevo tiburón, es la de Jaguares de Chiapas… y los propietarios serán empresarios españoles, amigos y cuatachos del gobernador Fidel, quienes además invertirán en otros ramos, motivados por la charola de plata con la que se les prometió el estado de Veracruz. (Lo que es motivo de un comentario aparte)
Ahora entendemos porqué se dejó caer al equipo contratando para cada torneo a pura basura reciclada como jugadores…tres años de futbol de la Fidelidad…tres años de fracasos, esperando los amarres internacionales.
Ni hablar…negocios son negocios. ¿Si no es ahora cuándo?
¿Usted qué opina?
Las heridas y el encono causados por el resultado de la elección presidencial de 2006, mantiene enfrentados a los mexicanos provocando una parálisis política que perjudica gravemente a la nación.
Esta vez la lucha es, presuntamente, por la defensa de la no privatización de Petróleos Mexicanos.
El presidente Felipe Calderón con su reforma energética, permite la inversión privada, pero niega que PEMEX pierda autonomía nacionalista.
Andrés Manuel López Obrador y el Partido de la Revolución Democrática, critican y censuran la iniciativa, aún cuando dejan la oportunidad abierta solicitando tiempo para analizarla.
El diálogo en el tema de la reforma para el manejo de los hidrocarburos, ha sido rebasado por las pasiones, cerrándose la puerta al entendimiento y los acuerdos.
Las altas tribunas parlamentarias del país están clausuradas y en poder de quienes aseguran que los cambios propuestos en la operatividad de PEMEX, llevan camino seguro a la privatización.
Las opiniones en torno al comportamiento de las huestes de quien se autonombra presidente legítimo de México, son criticables por unos, pero apoyadas por otros.
Comentan que el país no puede ser rehén de pequeños grupos que sólo buscan desestabilizarlo con acciones mesiánicas.
Pero preguntamos… ¿Quién más defiende la posible entrega de PEMEX a la nueva camarilla de Los Pinos?
El tabasqueño López obrador con papelitos en la mano demostró el tráfico de influencias utilizado por el entonces diputado federal Juan Camilo Mouriño, para beneficiar a empresas familiares con millonarios contratos de la paraestatal.
¿Y qué ha pasado?...nada.
Propuesto por legisladores perredistas se logró un punto de acuerdo para investigar al actual Secretario de Gobernación…pero la comisión integrada, hace lo mismo que la carabina de Ambrosio.
La mayoría de los diputados encargados de corroborar los ilícitos de Mouriño, sucumbieron ante los cañonazos millonarios de soborno propuestos en lo oscurito…Incluso, hasta gobernadores del PRI no pudieron resistirse ante la promesa de más recursos a sus gobiernos a cambio de apoyo institucional para el titular de Gobernación y de paso a la reforma energética calderonista.
El presidente Calderón insiste en sostener y proteger a Juan Camilo con el manto de la impunidad, no importándole las graves acusaciones en su contra que desprestigian su gobierno de “manos limpias” que propuso en campaña.
Y son esas terquedades encontradas, las de Calderón y Andrés Manuel, las que impiden que el país retome el camino de la gobernabilidad…Uno cerrándose al beneficio de la duda sobre la honestidad de su Secretario de Gobernación, y el otro luchando (según él) por salvar a la patria de los corruptos.
La actitud de López Obrador, parcialmente es entendible si recordamos el sexenio del presidente Fox, que tanto criticó la corrupción de los gobiernos priístas, y terminó siendo más sinverguenza que sus antecesores.
Por lo tanto, no es descabellada la afirmación que Mouriño, con la venia presidencial busque convertirse en el zar del negocio petrolero…el único estorbo es el tabasqueño y su resistencia civil… Nadie más le apuesta al futuro de éste noble país, cuna de grandes héroes revolucionarios, pero también lugar donde se han gestado generaciones políticas de nuevos millonarios al amparo del poder público.
Y no hay visos de curación a ese cáncer, cuyas ramificaciones han invadido todo el aparato gubernamental de la nación, entrampado en la complicidad.
En la acusación contra Mouriño, no hubo un solo gobernador opositor al PAN que exigiera investigarlo…al contrario, algunos del PRI como corderitos acudieron a Bucareli…Se tomaron la foto, amén de “ponerse a las órdenes” del funcionario.
México enfrenta hoy una crisis de credibilidad y gobernabilidad, ante los ojos del mundo que lo mantiene clasificado dentro de los países más corruptos del universo.
La credibilidad en los comicios presidenciales de 2006, mantiene abiertas las heridas de millones de mexicanos que votaron por un cambio verdadero en la conducción del país, defraudados por la promesa foxista… Y la lucha por la soberanía de PEMEX, las ahondará aún más.
ESPAÑA EN VERACRUZ
Mucho se ha cuestionado la cercanía de varios diputaditos de la Fidelidad con el gobernador Herrera Beltrán, de quien tratan de emular sus actitudes, comportamientos y hasta la forma de hablar.
Sin embargo, llama mucho la atención que la legisladora Luz Carolina Gudiño Corro, esté muy bien enterada de los pensamientos y decisiones futuras del mandatario veracruzano.
Ayer domingo la diputada declaró a la prensa que aún cuando el equipo Tiburones Rojos de Veracruz no logre sostenerse en la primera división, la afición no se quedará sin futbol…y que para ello se comprará otra franquicia que estaría por definirse.
Efectivamente es cierto el anuncio adelantado de la Gudiño…lo que no dijo es el nombre del equipo y quiénes serán los dueños.
Bueno, nosotros damos más detalles de esa información…La franquicia que se adquirirá para traerla al puerto jarocho y vestirla del nuevo tiburón, es la de Jaguares de Chiapas… y los propietarios serán empresarios españoles, amigos y cuatachos del gobernador Fidel, quienes además invertirán en otros ramos, motivados por la charola de plata con la que se les prometió el estado de Veracruz. (Lo que es motivo de un comentario aparte)
Ahora entendemos porqué se dejó caer al equipo contratando para cada torneo a pura basura reciclada como jugadores…tres años de futbol de la Fidelidad…tres años de fracasos, esperando los amarres internacionales.
Ni hablar…negocios son negocios. ¿Si no es ahora cuándo?
¿Usted qué opina?
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