BUENOS DÍAS VERACRUZ
David Varona Fuentes
Miércoles 18 de diciembre del 2019.
Con la aprobación en el Senado de la República; la nueva ley para encarcelados por casos de aborto, consumidores de droga, delitos para la salud, robo simple, entre otros, serán puestos en libertad según lo dejó entrever la Secretaría de Gobernación.
Esta ley que tanto cacareo el presidente en sus conferencias mañaneras, ha sacado a la calle a 6 mil 200 reos que ya estaban purgando una sentencia por un juez de Control.
Surge un interrogante:
¿Hasta dónde resulta benéfica esta decisión presidencial?
¿De verdad quienes ya habían delinquido y estaban bajo proceso penal, se rehabilitarán regresando a la sociedad como personas responsables, para ya no volver a cometer delitos que ponen en riesgo a la población de este país?
El país está en llamas.
Solo los ciegos no quieren ver la penosa y delicada alza delictiva en todo el territorio nacional.
El presidente Andrés Manuel López Obrador todos los días tiene reuniones con el aparato de seguridad nacional y todos los días el tabasqueño recibe noticias muy desagradables: muertes de hombres y mujeres ocupan los principales espacios en los medios de comunicación, desde la prensa escrita hasta los principales noticieros televisivos y radiofónicos sin faltar desde luego las Benditas Redes Sociales.
Para el huésped de Palacio Nacional resulta hasta normal estos acontecimientos; el presidente se oculta tras la mampara de un gobierno que en su primer año echa las campanas al vuelo, pues dice haber cumplido con 80 promesas de campaña faltándole solo once, mismas que cumplirá en el próximo año.
Sin embargo.
El talón de Aquiles del presidente es sin lugar a dudas la violencia y el crimen organizado que ha dejado en este año de 2019 una estela desgarradora de muertos. El caso del Culiacanazo y la familia LeBarón han colocado a nuestro país como cuna del narcotráfico víctima de los grupos delincuenciales, que se pelean a fuego y sangre los territorios de la venta de la cocaína y otros enervantes.
La estrategia de la seguridad pública del gobierno de López Obrador ha fracasado; cada día que pasa el país está envuelto en la ola de asaltos, secuestros, robos a casa habitación, así como a los comercios de las tiendas de conveniencia.
La gente vive con el Jesús mío en la boca.
La Ciudad de México la más grande del mundo, está siendo azotada por la delincuencia y el narcotráfico, mientras la jefa del gobierno capitalino está llevando a cabo medidas drásticas en contra de los delincuentes.
Mientras tanto con esta nueva Ley de Amnistía nuevamente los delincuentes regresarán a las calles para hacer lo que saben hacer: robar, asaltar y matar.
No se puede negar que el presidente ha tenido algunos logros durante este primer año de gobierno.
Aunque López Obrador califica con números alegres los resultados de sus principales colaboradores; las verdad es que de acuerdo con los observadores serios y analistas calificados, coinciden que el presidente debe hacer ajustes dentro de su equipo de colaboradores.
AMLO es todólogo él cobra y paga con dinero de los impuestos de todos los mexicanos, no solo los 30 millones que en el hartazgo nacional votaron por él. Los millones que depositaron su voto por Morena a estas alturas se siente decepcionados, por la política dictatorial que se deja sentir en todos los niveles de la vida pública del país.
Los únicos cautivos que tiene el presidente son aquellos que han sido beneficiados por sus Programas Sociales; regalando dinero a los sectores más vulnerables de la extrema pobreza, que existe en las rancherías y pueblos que visita el presidente los fines de semana.
Pero la violencia sigue.
Y todo parece indicar que no hay la fórmula secreta de apaciguar al país.
El presidente debe serenarse.
Si en verdad quiere combatir la corrupción, debe empezar por casa, los amigos del presidente convertidos en gobernadores, senadores, diputados federales y locales, así como presidentes municipales, ha resultado ser unas verdaderas fichas, para llevar a cabo actos de pillaje en las arcas que tienen bajo su custodia.
El nepotismo que tanto combate en los discursos el presidente, se deja sentir en todo el territorio nacional en donde Morena gobierna.
Y esto el presidente lo sabe, solo que finge demencia porque así le conviene a las reglas internas de los morenistas.
Pobre país…
La delincuencia está de plácemes, sus antiguos socios y aliados regresan a las calles.
¡Qué Dios nos agarre confesados!
Entonces…Sea por Dios y que venga más.
Información es Poder.
PD.- La pregunta de los 64 mil pesos.
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PUNTA DE LANZA.
LAS TERTULIAS EN EL CONGRESO.
Es penoso observar que lo que debía ser un recinto parlamentario, se ha convertido en un chacoteo entre las distintas fracciones parlamentarias, en donde Morena que es mayoría es la primera en poner el desorden. Diputadas y diputados morenos carentes de toda responsabilidad mantiene platicas chocholeras, buscando sacarse selfies con sus pares.
Mientras el diputado Ríos Uribe presidente de la Mesa Directiva, dueño de una gran ignorancia, es incapaz de meter orden y durante las sesiones los diputados y diputadas hacen lo que quieren.
Mientras el diputado Jorge Moreno Salinas, secretario se pasa dándole lectura a la orden del día sin quien le haga caso.
Los panistas se sienten dueños del día y la noche, les vale gorro lo que digan los dictámenes.
Otros diputados, Malpica y socios buscan como bajar al diputado Cacarín que siempre anda en un paseo por las nubes. Manuel Pozos con un rostro desencajado en busca de la Esmeralda Perdida.
Todos los diputados a no ser honrosas excepciones, permanecen callados viendo con tristeza que su Congreso se ha convertido en un establo.
Y qué decir del flamante Coordinador de Comunicación Social un mercachifle del periodismo, que con un panfleto se coló entre los morenistas desorientados. Farsante, corrupto y mentiroso.
Notita: Ahora está de moda: Tírenle al negro…
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