BUENOS DÍAS VERACRUZ
David Varona Fuentes
Lunes 24 de diciembre del 2012.
Gobernador optimista…
Sinceramente desearíamos compartir el Veracruz que ven los ojos del mandatario estatal, Javier Duarte.
O el que falsamente le pintan su séquito de asesores.
De acuerdo a lo expresado por el doctor Duarte de Ochoa en el brindis anual con los halagadores de su gobierno, Veracruz es el estado de las maravillas, aquí no pasa nada malo, es progreso, bienestar, trabajo e inversiones.
Otro discurso miel sobre hojuelas donde no hubo espacio para reconocer errores, corrupción, excesos, abusos de poder, menos tráfico de influencias en el equipo humano del joven ejecutivo estatal para que vayan enlistándose como los futuros nuevos millonarios del sexenio.
Una vez más Duarte salió a reiterar que “he honrado mi palabra empeñada el 1 de diciembre de 2010 de velar por el bienestar de Veracruz, hacer cumplir la ley y trabajar sin descanso para sentar las bases de un mejor porvenir para todos”.
Palabras muy profundas del doctor Duarte de Ochoa.
Sin embargo, nada concordante con el Veracruz real.
No dudo de los buenos deseos y sanas intenciones del político cordobés de pretender hacer las cosas bien en su gobierno.
El hecho que el día de su asunción como nuevo gobernador, el 1 de diciembre de hace dos años, haya empeñado su palabra de buscar ser el mejor gobernador en la historia de Veracruz alejado del populismo de su antecesor y maestro, hizo que más de un veracruzano observara halagador el futuro inmediato.
Pero no basta decirlo, hay que serlo.
Fidel Herrera dejó devastado a Veracruz, hundido en la peor crisis financiera, política, social y de credibilidad nunca antes visto.
Deuda pública del orden de los 85 mil millones de pesos, casi un millón más de pobres que en 2004, y el estado vendido a las bandas de la delincuencia organizada, son por citar sólo unos casos, ejemplos de la catástrofe Fidelista, mejor llamada por el propio gobernador Duarte como la herencia maldita.
Por lo anterior, la tarea por rescatar a Veracruz debe ser titánica, y tampoco dudo que un político joven y preparado en la alta escuela como Javier no pueda sacar a la entidad del terreno pantanoso donde lo encontró.
Pero poco o nada de lo que dijo el 1 de diciembre ha cumplido hasta hoy.
Especialmente en el renglón de transparencia y de hacer cumplir la ley.
No hay siquiera un solo ex funcionario de la Fidelidad acusado por todos los daños patrimoniales causados al estado.
Menos hay indicios de esperanza de que antes del 2016 que concluya el sexenio de la prosperidad se les finque responsabilidad penal.
Fidel y su banda de saqueadores del erario veracruzano gozan de impunidad están cubiertos con el manto de la impunidad.
Cómo entonces salir a decir que se honra la palabra de hacer cumplir la ley, cuando la corrupción del régimen Fidelista es enterrada para que todos escapen a la justicia.
Mención especial requiere el tema del respeto a la libertad de expresión ofrecida por el gobernador en su intervención este miércoles en el WTC de Boca del Río.
Dijo Duarte que “los periodistas veracruzanos pueden tener la certeza de que en mi gobierno tienen a un aliado y a un protector, que en mi persona tienen a un amigo que los valora, reconoce y respeta, que el gobernador Javier Duarte de Ochoa es el más ocupado y preocupado no solo por su integridad, sino por garantizar el libre ejercicio de su profesión, porque se perfectamente que sólo en libertad una sociedad puede avanzar y crecer”.
Y agregó:
“Los periodistas desempeñan una función indispensable en la construcción y consolidación de un estado democrático, son factor fundamental en la formación de la opinión pública, hacen posible que los ciudadanos expresen su sentir, dan puntual seguimiento al actuar de los gobierno fomentando la transparencia y la rendición de cuentas, son vigilantes y promotores permanentes del ejercicio responsable del poder público”.
También, palabras elocuentes.
Pero insisto…
Alejadas también de la realidad que enfrentan los medios informativos críticos del gobierno de Javier Duarte, donde la orden es “no les den nada- publicidad oficial del estado-, hasta que pidan clemencia”.
Reitero:
El gobernador Duarte de Ochoa tiene todo a su alcance para lograr todos y cada uno de los propósitos y objetivos en beneficio de Veracruz y sus habitantes.
Para lograrlo se necesitan más que inventos fantasiosos y de mensajes sacados de la chistera por el grupo de asesores que le hablan al oído, y que tanto daño han hecho al mandatario estatal.
Mentirle y hacerle creer que en el estado todo es color de rosa, y que en dos años de mandato se cumplieron las expectativas del Plan veracruzano de Desarrollo, es una forma sarcástica de empinarlo al descredito y a los ataques de sus adversarios políticos, aquellos que ante el menor pretexto buscan incendiar Veracruz.
Un poco de humildad y regresar los pies a la tierra, no es mala idea para comenzar el tercer año de mandato.
¿O usted qué opina?
davidvarnaf@hotmail.com
www.lagazetaa.org
www.buenosdiasveracruz.blogspot.com
David Varona Fuentes
Lunes 24 de diciembre del 2012.
Gobernador optimista…
Sinceramente desearíamos compartir el Veracruz que ven los ojos del mandatario estatal, Javier Duarte.
O el que falsamente le pintan su séquito de asesores.
De acuerdo a lo expresado por el doctor Duarte de Ochoa en el brindis anual con los halagadores de su gobierno, Veracruz es el estado de las maravillas, aquí no pasa nada malo, es progreso, bienestar, trabajo e inversiones.
Otro discurso miel sobre hojuelas donde no hubo espacio para reconocer errores, corrupción, excesos, abusos de poder, menos tráfico de influencias en el equipo humano del joven ejecutivo estatal para que vayan enlistándose como los futuros nuevos millonarios del sexenio.
Una vez más Duarte salió a reiterar que “he honrado mi palabra empeñada el 1 de diciembre de 2010 de velar por el bienestar de Veracruz, hacer cumplir la ley y trabajar sin descanso para sentar las bases de un mejor porvenir para todos”.
Palabras muy profundas del doctor Duarte de Ochoa.
Sin embargo, nada concordante con el Veracruz real.
No dudo de los buenos deseos y sanas intenciones del político cordobés de pretender hacer las cosas bien en su gobierno.
El hecho que el día de su asunción como nuevo gobernador, el 1 de diciembre de hace dos años, haya empeñado su palabra de buscar ser el mejor gobernador en la historia de Veracruz alejado del populismo de su antecesor y maestro, hizo que más de un veracruzano observara halagador el futuro inmediato.
Pero no basta decirlo, hay que serlo.
Fidel Herrera dejó devastado a Veracruz, hundido en la peor crisis financiera, política, social y de credibilidad nunca antes visto.
Deuda pública del orden de los 85 mil millones de pesos, casi un millón más de pobres que en 2004, y el estado vendido a las bandas de la delincuencia organizada, son por citar sólo unos casos, ejemplos de la catástrofe Fidelista, mejor llamada por el propio gobernador Duarte como la herencia maldita.
Por lo anterior, la tarea por rescatar a Veracruz debe ser titánica, y tampoco dudo que un político joven y preparado en la alta escuela como Javier no pueda sacar a la entidad del terreno pantanoso donde lo encontró.
Pero poco o nada de lo que dijo el 1 de diciembre ha cumplido hasta hoy.
Especialmente en el renglón de transparencia y de hacer cumplir la ley.
No hay siquiera un solo ex funcionario de la Fidelidad acusado por todos los daños patrimoniales causados al estado.
Menos hay indicios de esperanza de que antes del 2016 que concluya el sexenio de la prosperidad se les finque responsabilidad penal.
Fidel y su banda de saqueadores del erario veracruzano gozan de impunidad están cubiertos con el manto de la impunidad.
Cómo entonces salir a decir que se honra la palabra de hacer cumplir la ley, cuando la corrupción del régimen Fidelista es enterrada para que todos escapen a la justicia.
Mención especial requiere el tema del respeto a la libertad de expresión ofrecida por el gobernador en su intervención este miércoles en el WTC de Boca del Río.
Dijo Duarte que “los periodistas veracruzanos pueden tener la certeza de que en mi gobierno tienen a un aliado y a un protector, que en mi persona tienen a un amigo que los valora, reconoce y respeta, que el gobernador Javier Duarte de Ochoa es el más ocupado y preocupado no solo por su integridad, sino por garantizar el libre ejercicio de su profesión, porque se perfectamente que sólo en libertad una sociedad puede avanzar y crecer”.
Y agregó:
“Los periodistas desempeñan una función indispensable en la construcción y consolidación de un estado democrático, son factor fundamental en la formación de la opinión pública, hacen posible que los ciudadanos expresen su sentir, dan puntual seguimiento al actuar de los gobierno fomentando la transparencia y la rendición de cuentas, son vigilantes y promotores permanentes del ejercicio responsable del poder público”.
También, palabras elocuentes.
Pero insisto…
Alejadas también de la realidad que enfrentan los medios informativos críticos del gobierno de Javier Duarte, donde la orden es “no les den nada- publicidad oficial del estado-, hasta que pidan clemencia”.
Reitero:
El gobernador Duarte de Ochoa tiene todo a su alcance para lograr todos y cada uno de los propósitos y objetivos en beneficio de Veracruz y sus habitantes.
Para lograrlo se necesitan más que inventos fantasiosos y de mensajes sacados de la chistera por el grupo de asesores que le hablan al oído, y que tanto daño han hecho al mandatario estatal.
Mentirle y hacerle creer que en el estado todo es color de rosa, y que en dos años de mandato se cumplieron las expectativas del Plan veracruzano de Desarrollo, es una forma sarcástica de empinarlo al descredito y a los ataques de sus adversarios políticos, aquellos que ante el menor pretexto buscan incendiar Veracruz.
Un poco de humildad y regresar los pies a la tierra, no es mala idea para comenzar el tercer año de mandato.
¿O usted qué opina?
davidvarnaf@hotmail.com
www.lagazetaa.org
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