BUENOS DÍAS VERACRUZ
David Varona Fuentes
Martes 26de febrero del 201
En política, como en el amor y las religiones, también existen confesionarios.
Sitios de culto donde hombres y mujeres dedicados a ese oficio dan rienda suelta a sus plegarias, encomendándose a los santos políticos de su devoción.
Por ejemplo, en Veracruz, los más solicitados son, en primer lugar, san Fidel, el Cristo Negro de Nopaltepec, seguido por su discípulo san Javier.
Veamos una confesión que nos llegó del norte del estado:
-“Yo soy su verdadero y único amigo.
-“Su hermano que escucha sus penas.
-“El que pone sus hombros para que, cada vez que no aguanta, llore, se desahogue y consuele todas las amarguras que lo atormentan.
-“También soy el que lo atiende y aconseja.
-“No puede fallarme.
-“Yo lo presenté ante Fidel cuando era un don nadie, que comía un día sí y otro no.
-“Por mí es hoy gobernador, multimillonario y poderoso.
-“Tengo que ser el sucesor.
-“Yo le garantizo impunidad”.
Palabras más palabras menos, son la confesión de un aprendiz de político que sufre delirios de grandeza.
Es el lloriqueo de nunca acabar de un ilusionista.
Es el disco rayado que se escucha en “La Cabaña de Paco”, ubicada en las escolleras de Tuxpan, propiedad del hermano incómodo.
Si las paredes hablaran, en el antro disfrazado de restaurante familiar, testificarían el relato desesperado a cuates, íntimos y amigos, originado por locos sueños de convertirse en 2016 el candidato del PRI al gobierno de Veracruz.
Fanfarronea, presume y minimiza a sus posibles adversarios en la todavía lejana carrera sucesoria por el gobierno de Veracruz.
Grita tener todo, atributos físicos, cualidades políticas y simpatías ciudadanas, pero principalmente cariño, respeto y el agradecimiento del preciso por todo lo que hace 20 años hizo por él.
Mientras que otros que le disputan la cercanía del alto mando jefe, a pesar de sentirse los compadres del alma y gobernar a municipios más importantes con 4 veces más presupuesto financiero que el suyo, esos carecen de su labia, su perversidad y su encanto seductor para que nada le niegue el jefe político.
Pese a su egocentrismo, el recuerdo del pasado glorioso, lo traiciona.
Desconsolado se pregunta:
-“Si mi compadre Pancho, estuviera aquí…”
El soñador no se refiere al Pancho Pantera, el fortachón de los envases de Chocomilk, menos a ningún otro Pancho cualquiera.
Claro que no, es un hombre tan ambicioso que por la obtención del poder se ha codeado con personajes con trayectorias tenebrosas, no importándole que para obtener esos privilegios amistosos haya vendido su alma al mismo demonio.
A quien extraña es a su cuaderno de doble rayas, nada menos que a Pancho Colorado, el zar de la obra pública gubernamental en el norte del estado de Veracruz, el distinguido integrante del cartel criminal de los Zetas, según autoridades del vecino Estados Unidos, donde permanece encarcelado por presuntos delitos de lavado de dinero.
Añora su cercanía, su protección, y la complicidad en los millonarios negocios ilícitos realizados juntos los últimos 10 años.
No es para menos la nostalgia.
Fueron incontables los encuentros juntos, algunas veces en el Hotel Isla Tajín en Tuxpan, otras en la Cabaña de Paco, también en Tuxpan, y unas más en el rancho La Flor de María, ubicado en la carretera México-Tuxpan.
Nunca faltó nada en esos manjares de reunión interminables, en los que siempre hubo de todo para dar gusto a cualquier olfato o paladar más exigentes.
Eran los tiempos de gloria para los grandes compadres. Decenas de campañas políticas de candidatos del PRI fueron financiadas con recursos provenientes de Pancho Colorado.
Todo había empezado el 15 de mayo de 2001 cuando tuvieron la puntada de fundar en Poza Rica, Veracruz, la empresa ADT Petroservicios S. A. de C.V., cuyo centro de operaciones quedó instalado en la ciudad de Tuxpan. Siendo sus primeros clientes el gobierno de Veracruz y los ayuntamientos locales, inmediatamente Petróleos Mexicanos, por intervención directa del tráfico de influencias del entonces senador Fidel Herrera Beltrán.
De próspero criador de caballos pura sangre en el rancho La Flor de María, de su propiedad, Pancho Colorado pasó a exitoso contratista, llevando como socios invisibles a Alberto Silva y a Fidel Herrera.
Para asegurar el negocio, el abogado Francisco Silva Ramos, -hermano de Alberto Silva, alcalde de Tuxpan- fue nombrado apoderado legal de ADT, con poderes extensos e ilimitados.
Con el arribo de Fidel Herrera al gobierno de Veracruz teniendo a Alberto Silva Ramos como intermediario, el negocio se fue a las nubes.
Fue el principio del boom financiero.
Empezaron a llegar infinidad de contratos millonarios de obra pública del gobierno Fidelista, de ayuntamientos priístas manipulados por el propio Herrera Beltrán, y de la empresa PEMEX.
De acuerdo a información confirmada por la propia paraestatal, en los seis años de la administración de Fidel Herrera, ADT de Colorado logró ganar 24 contratos de PEMEX Exploración y Producción. Tan solo en tres licitaciones ganadas en 2008 obtuvo ganancias por 1,396 millones 63 mil 900 pesos en obras de restauración de sitios contaminados por hidrocarburos y sus derivados en los estados de Tamaulipas, Veracruz y Tabasco.
Se fue Fidel del gobierno de Veracruz, pero llegó otro aliado, ahora con más poder de influencia política con Alberto Silva Ramos, en la presidencia municipal de Tuxpan.
Hasta que el cateo de un centenar de marinos y militares al rancho La Flor de María, del 22 de marzo de 2012, los separó y empezó el infierno. Para Colorado en Estados Unidos y para Silva Ramos en Veracruz, quien prácticamente quedó en la orfandad política.
Paco Silva Ramos, el hermano incómodo, continúa siendo el hombre fuerte de la empresa de Pancho Colorado, cuyas siglas ADT desaparecieron y hoy sigue al servicio de PEMEX a través de otra razón social.
Sin embargo, pese al poder ampliado de su hermano Paco en los negocios de su compadre, el Cisne Silva ya no es el mismo.
No es para menos.
Pancho ordenaba y exigía prebendas políticas para sus amigos.
Sin Pancho, el Beto se encuentra desamparado, con el riesgo de que en cualquier momento agentes de DEA o el FBI vengan por él y su hermano Paco, por sus presuntos nexos criminales con Colorado Cessa.
Por ello, cada vez que lo embarga la tristeza, Silva Ramos ruega a san Javier, el santo político de su devoción.
Vocifera que le han prometido la Secretaría de Gobierno, una vez que Gerardo Buganza Salmerón saque sus pertenencias para irse de candidato a diputado plurinominal.
Y se le queman las manos por rendir protesta.
De regresar, como es su sueño, al vetusto Palacio de Gobierno en Xalapa, a la posición de mayor importancia después del gobernador, significaría para Alberto Silva Ramos, la antesala de la candidatura de 2016 que, según ha confiado en sus rezos, se la debe su amigo Javier Duarte.
Yo pregunto:
¿Será tanto el descaro y la desfachatez de hacerlo secretario de Gobierno?
Bueno, en asuntos de complicidad, todo es posible.
¿O usted qué Opina?
davidvaronaf@hotmail.com
www.lagazeta.org
www.buenosdiasveracruz.blogspot.com
David Varona Fuentes
Martes 26de febrero del 201
En política, como en el amor y las religiones, también existen confesionarios.
Sitios de culto donde hombres y mujeres dedicados a ese oficio dan rienda suelta a sus plegarias, encomendándose a los santos políticos de su devoción.
Por ejemplo, en Veracruz, los más solicitados son, en primer lugar, san Fidel, el Cristo Negro de Nopaltepec, seguido por su discípulo san Javier.
Veamos una confesión que nos llegó del norte del estado:
-“Yo soy su verdadero y único amigo.
-“Su hermano que escucha sus penas.
-“El que pone sus hombros para que, cada vez que no aguanta, llore, se desahogue y consuele todas las amarguras que lo atormentan.
-“También soy el que lo atiende y aconseja.
-“No puede fallarme.
-“Yo lo presenté ante Fidel cuando era un don nadie, que comía un día sí y otro no.
-“Por mí es hoy gobernador, multimillonario y poderoso.
-“Tengo que ser el sucesor.
-“Yo le garantizo impunidad”.
Palabras más palabras menos, son la confesión de un aprendiz de político que sufre delirios de grandeza.
Es el lloriqueo de nunca acabar de un ilusionista.
Es el disco rayado que se escucha en “La Cabaña de Paco”, ubicada en las escolleras de Tuxpan, propiedad del hermano incómodo.
Si las paredes hablaran, en el antro disfrazado de restaurante familiar, testificarían el relato desesperado a cuates, íntimos y amigos, originado por locos sueños de convertirse en 2016 el candidato del PRI al gobierno de Veracruz.
Fanfarronea, presume y minimiza a sus posibles adversarios en la todavía lejana carrera sucesoria por el gobierno de Veracruz.
Grita tener todo, atributos físicos, cualidades políticas y simpatías ciudadanas, pero principalmente cariño, respeto y el agradecimiento del preciso por todo lo que hace 20 años hizo por él.
Mientras que otros que le disputan la cercanía del alto mando jefe, a pesar de sentirse los compadres del alma y gobernar a municipios más importantes con 4 veces más presupuesto financiero que el suyo, esos carecen de su labia, su perversidad y su encanto seductor para que nada le niegue el jefe político.
Pese a su egocentrismo, el recuerdo del pasado glorioso, lo traiciona.
Desconsolado se pregunta:
-“Si mi compadre Pancho, estuviera aquí…”
El soñador no se refiere al Pancho Pantera, el fortachón de los envases de Chocomilk, menos a ningún otro Pancho cualquiera.
Claro que no, es un hombre tan ambicioso que por la obtención del poder se ha codeado con personajes con trayectorias tenebrosas, no importándole que para obtener esos privilegios amistosos haya vendido su alma al mismo demonio.
A quien extraña es a su cuaderno de doble rayas, nada menos que a Pancho Colorado, el zar de la obra pública gubernamental en el norte del estado de Veracruz, el distinguido integrante del cartel criminal de los Zetas, según autoridades del vecino Estados Unidos, donde permanece encarcelado por presuntos delitos de lavado de dinero.
Añora su cercanía, su protección, y la complicidad en los millonarios negocios ilícitos realizados juntos los últimos 10 años.
No es para menos la nostalgia.
Fueron incontables los encuentros juntos, algunas veces en el Hotel Isla Tajín en Tuxpan, otras en la Cabaña de Paco, también en Tuxpan, y unas más en el rancho La Flor de María, ubicado en la carretera México-Tuxpan.
Nunca faltó nada en esos manjares de reunión interminables, en los que siempre hubo de todo para dar gusto a cualquier olfato o paladar más exigentes.
Eran los tiempos de gloria para los grandes compadres. Decenas de campañas políticas de candidatos del PRI fueron financiadas con recursos provenientes de Pancho Colorado.
Todo había empezado el 15 de mayo de 2001 cuando tuvieron la puntada de fundar en Poza Rica, Veracruz, la empresa ADT Petroservicios S. A. de C.V., cuyo centro de operaciones quedó instalado en la ciudad de Tuxpan. Siendo sus primeros clientes el gobierno de Veracruz y los ayuntamientos locales, inmediatamente Petróleos Mexicanos, por intervención directa del tráfico de influencias del entonces senador Fidel Herrera Beltrán.
De próspero criador de caballos pura sangre en el rancho La Flor de María, de su propiedad, Pancho Colorado pasó a exitoso contratista, llevando como socios invisibles a Alberto Silva y a Fidel Herrera.
Para asegurar el negocio, el abogado Francisco Silva Ramos, -hermano de Alberto Silva, alcalde de Tuxpan- fue nombrado apoderado legal de ADT, con poderes extensos e ilimitados.
Con el arribo de Fidel Herrera al gobierno de Veracruz teniendo a Alberto Silva Ramos como intermediario, el negocio se fue a las nubes.
Fue el principio del boom financiero.
Empezaron a llegar infinidad de contratos millonarios de obra pública del gobierno Fidelista, de ayuntamientos priístas manipulados por el propio Herrera Beltrán, y de la empresa PEMEX.
De acuerdo a información confirmada por la propia paraestatal, en los seis años de la administración de Fidel Herrera, ADT de Colorado logró ganar 24 contratos de PEMEX Exploración y Producción. Tan solo en tres licitaciones ganadas en 2008 obtuvo ganancias por 1,396 millones 63 mil 900 pesos en obras de restauración de sitios contaminados por hidrocarburos y sus derivados en los estados de Tamaulipas, Veracruz y Tabasco.
Se fue Fidel del gobierno de Veracruz, pero llegó otro aliado, ahora con más poder de influencia política con Alberto Silva Ramos, en la presidencia municipal de Tuxpan.
Hasta que el cateo de un centenar de marinos y militares al rancho La Flor de María, del 22 de marzo de 2012, los separó y empezó el infierno. Para Colorado en Estados Unidos y para Silva Ramos en Veracruz, quien prácticamente quedó en la orfandad política.
Paco Silva Ramos, el hermano incómodo, continúa siendo el hombre fuerte de la empresa de Pancho Colorado, cuyas siglas ADT desaparecieron y hoy sigue al servicio de PEMEX a través de otra razón social.
Sin embargo, pese al poder ampliado de su hermano Paco en los negocios de su compadre, el Cisne Silva ya no es el mismo.
No es para menos.
Pancho ordenaba y exigía prebendas políticas para sus amigos.
Sin Pancho, el Beto se encuentra desamparado, con el riesgo de que en cualquier momento agentes de DEA o el FBI vengan por él y su hermano Paco, por sus presuntos nexos criminales con Colorado Cessa.
Por ello, cada vez que lo embarga la tristeza, Silva Ramos ruega a san Javier, el santo político de su devoción.
Vocifera que le han prometido la Secretaría de Gobierno, una vez que Gerardo Buganza Salmerón saque sus pertenencias para irse de candidato a diputado plurinominal.
Y se le queman las manos por rendir protesta.
De regresar, como es su sueño, al vetusto Palacio de Gobierno en Xalapa, a la posición de mayor importancia después del gobernador, significaría para Alberto Silva Ramos, la antesala de la candidatura de 2016 que, según ha confiado en sus rezos, se la debe su amigo Javier Duarte.
Yo pregunto:
¿Será tanto el descaro y la desfachatez de hacerlo secretario de Gobierno?
Bueno, en asuntos de complicidad, todo es posible.
¿O usted qué Opina?
davidvaronaf@hotmail.com
www.lagazeta.org
www.buenosdiasveracruz.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario