BUENOS DÍAS VERACRUZ
David Varona Fuentes
Jueves 26 de septiembre del 2013.
Los mexicanos que menos o nada tienen, son gente maravillosa y solidaria cuando se trata de ayudar al desvalido, al necesitado, al que se encuentra en desgracia.
Una vez más la tragedia provocada por los fenómenos meteorológicos Ingrid, en el Golfo, y Manuel en el Pacífico, ha unido a esta gran nación llamada México.
Como siempre lo hacen, los compatriotas se han volcado a los centro de acopio para poner su granito de arena en beneficio de los miles de damnificados de 26 estados de la república a causa de los torrenciales aguaceros de la semana anterior, que desbordaron ríos y desgajaron cerros, dejando a su paso muerte, luto, llanto y dolor.
El zócalo del Distrito Federal se encuentra convertido en el gigante receptor de la ayuda humanitaria de todas las familias mexicanas para los hermanos de los estados de Guerrero, Sinaloa, Tamaulipas, Puebla, Oaxaca, entre los más afectados por los desastres naturales.
Verdaderamente impresionante la participación popular en estos momentos dramáticos que enfrentan más de 60 millones de mexicanos, castigados por los efectos de los fenómenos de la madre naturaleza.
Desde el lunes pasado el Ejército y la Marina Armada de México habían transportado vía aérea y terrestre miles de despensas a los afectados de Guerrero y Oaxaca.
Y la gente continúa llevando ayuda a los centros de acopio abiertos en distintas ciudades del país; no se cansa de aportar, servir, colaborar.
¿Inimaginable pensar qué haría un gobierno sin la participación de un pueblo ejemplar en situaciones de contingencia como las que nuevamente hoy se viven a lo largo y ancho de la geografía nacional?
Lecciones de vida, de solidaridad, de compañerismo, de humanidad, las que dan los que menos tienen.
Hay que puntualizarlo.
La ayuda humanitaria que se reúne en los lugares receptores, es única y exclusiva la que dona la ciudadanía en general, el mexicano común y corriente, la gente de a pie, de aquellos que apenas y ganan más de un miserable salario mínimo de 70 pesos diarios.
.¿Y los ricos y poderosos de este país?
¿Y los políticos?
Bien gracias, ni sus luces.
Los hombres del dinero en México se hacen los que no oyen ni ven la tragedia de hombres, mujeres, ancianos y niños guerrerenses, tamaulipecos, oaxaqueños, veracruzanos, poblanos, sinaloenses, entre otros.
Llorones y hambreadores como suelen ser, dicen estar en crisis económica, en bancarrota, por la desaceleración de la economía mexicana en los primeros 9 meses del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Situación financiera que, argumentan, se convertirá más desesperante con la reforma fiscal que busca impulsar el gobierno peñista, que contempla desaparecer paraísos fiscales del sector privado.
En cambio, para los políticos, no son tiempos electorales para sacarle provecho a su presencia en las zonas de desgracia. En consecuencia, no le ven nada de atractivo estar al lado de la gente necesitada, aquellos que lo perdieron todo.
Los representantes populares, senadores y diputados, de cada entidad afectada, brillan por su ausencia.
Quién los viera en temporadas proselitistas dándose golpes de pecho, prometiendo imposibles y mendingando el sufragio ciudadano.
Los escasos y contados políticos que mostrando interés por ayudar asomaron la cabeza, se quedaron sin mamacita con su aportación de cinco mil pesotes de su abultado salario de 120 mil que perciben.
Vergüenza debería de darles.
Lo que sí ha quedado claro en tiempos de tragedias, es que la confianza en las autoridades estatales se ha perdido.
El Gobierno de la República no confía en los gobernadores del país, no importa el color partidista que representen.
Menos cuando se trata de enviar y distribuir recursos públicos a los estados.
Los excesos, abusos y desvíos de los recursos públicos por parte de los gobiernos estatales, son motivos suficientes para que el presidente Peña Nieto no confíe en la honestidad y transparencia de los gobernadores.
Por lo anterior, el manejo del dinero del Fondo Nacional de Desastres y demás ayuda para los damnificados de Ingrid y Manuel, será responsabilidad única y exclusiva de la federación.
Adiós a la rapiña. Los que de la tragedia hacían fiesta, esta vez se quedarán esperando el reparto de pastel.
En Veracruz, son muchos los que lanzan pestes y maldiciones.
¿O usted qué opina?
PD. La solución del conflicto de la disidencia magisterial en Veracruz se llama: Juan Nicolás Callejas…ojo mucho ojo, si por las recochinas dudas la maestra Elba Esther Gordillo alcanza su libertad; entonces otra suerte será para sus traidores.
Dice refrán: piensa mal y acertarás.
Claro salvo lo que digan, connotados columnistas bisoños que no han perdido el tiempo para echar sus redes.
davidvaronaf@hotmail.com
www.lagazeta.org
www.buenosdiasveracruz.blogspot.com
PUNTA DE LANZA…
IVAN EL TERRIBLE…
El exquisito Iván López Fernández, anda presumiendo y propagando con sus íntimos que él es un funcionario inamovible de la Contraloría estatal, que los rumores de se dieron en torno a su destitución son chismes de sus adversarios políticos, que le hacen lo que el viento a Juárez.
¿Qué le sabrá Iván al gobernador?
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