BUENOS DÍAS
VERACRUZ
David Varona
Fuentes
Viernes 5 de
junio del 2015.
Concluyeron
las campañas partidistas de 2015. Terminó para los hogares mexicanos el
bombardeo de basura política en radio, televisión, medios impresos y redes
sociales.
Aparte del
tradicional estiércol regado para exhibir y denostar al adversario, esta
vez el escenario electoral se tiñó de sangre.
Fueron
campañas de terror.
La cifra de
crímenes con tintes políticos superó las veinte víctimas, considerando
precandidatos, candidatos, asesores, coordinadores de campaña y dirigentes de
partidos. Todos fueron ejecutados por sicarios del crimen organizado que buscan
poder político y financiero.
¿Qué
sigue...?
Continúa
ahora el negocio de estafadores dedicados a medir las preferencias ciudadanas.
Nadie ve a empleados o trabajadores realizando trabajos de campo, pero
sorprenden cuando exhiben resultados de los falsos cuestionamientos a la gente
beneficiando al candidato que mejor paga sus servicios.
Marcas ya
conocidas de encuestadoras se desgarran vestiduras este 2015 por ser las
primeras en darle al Partido Revolucionario Institucional (PRI) la estafeta de
triunfador en los comicios del siete de junio.
En forma
sospechosa casi todas esas empresas coinciden en ubicar al PRI y sus abanderados
en la cima electoral, seguidos por PAN y PRD.
Parecieran
estar al servicio de Los Pinos, que manipula a su antojo el poderoso Aurelio
Nuño Mayer, jefe de la Oficina de la Presidencia.
No aprenden.
Los tiburones
del marketing político los identifica la amarga experiencia de la elección
presidencial de 2012, donde encumbraron al candidato tricolor, Enrique Peña
Nieto, muy por encima de su oponente Josefina Vázquez Mota (PAN) y del
izquierdista Andrés Manuel López Obrador.
Desde el
arranque y hasta el final de esa contienda, aseguraron que el triunfo del
preferido del canal de las estrellas sería contundente, que ganaría la elección
con récord a su favor de 3 votos a 1.
Al
final de la jornada del 1 de julio, la diferencia de sufragios entre Peña y
López fue mínima, no del margen anunciado. Voceros oficiosos como Ciro Gómez
Leyva, aceptaron su equivocación y se disculparon.
Carentes de
veracidad, imparcialidad y objetividad…
Los
encuestadores patitos han vuelto a las andadas en el proceso electoral de 2015.
Y otra vez, como en 2012, pronostican para el domingo avalancha de los
candidatos rojos, verdes y turquesas para darle al PRI mayoría en la LXIII
Legislatura Federal.
Controlar y
manipular a las próximas ovejitas de San Lázaro representa un tanque de
oxígeno para el presidente Peña Nieto y sus reformas.
Sin
embargo…
La moneda
está en el aire.
Los números
de los sondeos ciudadanos no son nada creíbles. Ni el propio presidente
Peña confía en esas prácticas. Recuérdese cuando su imagen pública iba en caída
libre allá por octubre del año pasado después de la desaparición de los
normalistas de Ayotzinapa. Salió a decir que él no gobernada basado en niveles
de popularidad.
Finge
demencia.
En la carrera
por la presidencia, él mismo ordenaba a su equipo cercano que inventaran
encuestas que lo colocaran ante el electorado nacional como el gran puntero de
la competencia.
Aurelio Nuño,
con cifras alegres que le envían gobernadores del tricolor, trata de convencer
a Peña que el tricolor, con el voto duro de su militancia y con sus aliados de
siempre (PVEM y PNAL) sumará en el Congreso mínimo 251 curules.
El presidente
tiene sus dudas sobre el paraíso que le ofrecen.
Y no es
para menos.
En el día
muestra seguridad y oficio político a sus colaboradores. Por las noches es
víctima de sus propios demonios. Nadie mejor que él tiene en sus manos el pulso
ciudadano. No ignora que México es un polvorín social a causa de los desatinos
de su administración que sumergió en las aguas de la corrupción y la
impunidad.
Sabe Peña que
su sexenio fue de sólo tres años, se duda que concluya.
Ya no
dio para más; nunca tuvo el control del país. A estas alturas de su mandato ya
nadie lo respeta en México ni en el extranjero.
Partidos
políticos de oposición y sindicatos disidentes, como la CNTE, le tomaron
la medida, como dice el adagio popular: saben de qué pie cojea para presionarlo
y chantajearlo.
México se
encuentra en llamas.
A 72
horas de los comicios para renovar los 500 escaños de la Legislatura Federal,
para elegir nueve gobernadores, congresos estatales y alcaldías, el panorama
electoral luce brumoso, incierto, peligroso. La CNTE está en las calles
causando destrozos a instituciones y a particulares. Y el imperio de la ley
luce por su ausencia.
Se escuchan
tambores de guerra.
¿O usted qué
opina?
-NOTICIERO y
ANÁLISIS POLÍTICO de DAVID VARONA FUENTES en #BUENOSDIASVERACRUZ- en vivo-
11:15am Por:
PUNTA DE
LANZA
LA DANZA DE
LOS MILLONES.
En la Casa
Veracruz hay un marcado nerviosismo, el gobernador Javier Duarte anda con un carácter
agrio de todos los demonios. Le llegan informes de todos lados nada
halagadores, todo parece indicar, que los números no cuadran de sus operadores
electorales, en los 21 distritos.
A escasos
tres días de que los y las veracruzanos acudan a las urnas electorales, todo
apunta que será un domingo negro para la fidelidad y la prosperidad.
Ha circulado
un rumor muy temerario a estas alturas de la elección; se dice y se comenta que
están disponibles 600 millones de pesos para la compra del voto. La idea es muy
clara, ganar…ganar a como dé lugar la mayoría de distritos por la franquicia
tricolor.
Es sabido en
la clase política, que nuestra entidad está comprometida con el huésped de los
Pinos Enrique Peña Nieto, llevar mayoría al próximo Congreso Federal.
Porque si no
fuera así, el gobernador Duarte y su antecesor cavarían su tumba política. No
hay que olvidar, que de acuerdo al resultado de este proceso electoral, de
inmediato se dará el juego sucesorio para la gubernatura del 2016.
A eso se debe
que los grupos políticos del estado están muy agitados, si se toma en cuenta
que desde el seno del gobierno del estado, se tiene contemplada la gubernatura
de los dos años, aunque existe una controversia constitucional ante en la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, presentada por el Partido Ciudadano y una fracción parlamentaria del
PAN del Congreso Local aun no resuelta.
Informes de
alta confiabilidad, se dejó entrever que el dictamen de la Corte, será en
contra de la gubernatura de los dos años. Y es muy curioso, si se toma en
cuenta que con toda antelación los cabilderos del Doctor Duarte, ya había
entablado avances con el Ministro Ponente.
¿Qué pasó?
Como dice los
chinos: mal negocio.
No nos agrada
ser agoreros del desastre; lo que parecía que todo marchaba miel sobre hojuelas,
con la echada de las campanas al vuelo por parte de la enclenque dirigencia
estatal del PRI de “barrer” en los 21 distritos, la cruda realidad es que los
informes serios y responsables, son el sentido de que esta podría ser la
debacle electoral más espantosa de los últimos cuarenta años.
Para los
candidatos opositores de todos los partidos; algunos se llevarán la sorpresa de
su vida, pues varios de ellos saldrán electos, en el entendido de que
participaron sin tener la más remota posibilidad de triunfo.
El voto de
castigo: el desprecio y rechazo al gobierno peñanietista y el marcado odio a
los connotados candidatos delincuentes, que buscaron afanosamente el fuero
constitucional, para evadir la justicia…ocultando el saqueo criminal de las
arcas del estado.
¿Qué les
depara el destino?
SIGUE SIN APARECER…
Hay un gran
hermetismo en el círculo cerrado del gobernador Duarte. El principal operador
político financiero Gabriel de Antes Ramos, sigue sin hacer acto de presencia
en estos días de ajetreo electoral.
En las oficinas
de secretario de Trabajo, no dan razón sobre sus actividades…solo se dice: está
de comisión.
El joven
mandatario es el que más preocupado se le observa, pues no hay una respuesta
concreta del tamaulipeco, hombre de todas las confianzas de Fidel Herrera y del
actual mandatario.
Conforme pasan
los días, Gabriel de Antes no se ve ni se siente.
¿Qué habrá
pasado?
Ojalá que
pronto esté de regreso y que solo se trate de una desinformación…
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