martes, 20 de julio de 2010

UN PRESIDENTE SOLITARIO

BUENOS DIAS VERACRUZ
Por: David Varona Fuentes
20 de julio de 2010

Y… ¿Cómo serán las noches de soledad del Presidente Felipe Calderón Hinojosa; qué pensará; qué reflexionará; de que se arrepentirá; qué parte de sus acciones no ejercidas lamentará, y cuáles serán sus conclusiones para intentar salvar a México, ya no de todos los grandes rezagos nacionales prometidos, sino exclusivamente de la barbarie criminal?
Todas las anteriores, una por una, son las interrogantes sin respuestas que las últimas semanas vienen torturando mi insaciable apetito periodístico.
Sinceramente, nadie quisiera estar en los zapatos del michoacano.
No busco ser agorero del desastre, pero por dónde quiera vérsele el país se desbarata desquebraja y deshace en las manos de unos cuántos, esos que si nos alcanzara el naufragio, como ratas de barcos serían los primeros en saltar a otros continentes donde esconden los tesoros financieros robados en la función pública o política.
Veo a un Presidente solitario; sin la compañía cercana ni confidencial de ninguno de sus grandes amigos formados en las trincheras del Partido Acción Nacional y que iniciaron acompañándolo en su mandato el 1 de diciembre de 2006.
Por tragedias del destino como en la que lamentablemente murió Juan Camilo Mouriño, por ineficientes y por abusos del poder público, Calderón ha dejado en el trayecto presidencial de sus 3 años y medio de mandato a sus cuadernos de doble raya.
A pérdida de sus amigos, los problemas nacionales se han recrudecido en la figura del Presidente de la república.
Desempleo, carestía de la vida, aumentos mensuales en gasolinas, despilfarro oficial de los recursos públicos, desconfianza en la aplicación de la ley y la justicia, y la incesante inseguridad pública, tienen de cabeza al gobierno calderonista.
Pero sin lugar a dudas es la ola de violencia desatada en el país, la que mueve los cimientos de la administración federal.
Todos los días el país amanece y duerme ensangrentado; ahora hasta nos estrenamos con nuevas prácticas criminales que las propias autoridades buscan minimizar, como las explosiones de coches-bomba, que en cualquier otra parte del universo se les llama actos terroristas.
En estados del norte, es imposible vivir, y los mexicanos de aquellas entidades convertidas en verdaderos campos de batalla, estarían dispuestos hoy a olvidarse de las grandes necesidades económicas que aqueja a las familias, por tan solo que el gobierno de Calderón les regresara la tranquilidad arrebatada.
Está comprobado que el huésped de Los Pinos no puede solo; él inició la guerra, pero sus asesores no midieron consecuencias tan desastrosas que tendría, principalmente en vidas humanas.
Trágico ha resultado el costo; y no se ve final a corto plazo; no hay acciones de gobierno que vislumbren el cese a las hostilidades entre bandas delictivas y éstas en contra de las fuerzas de seguridad públicas y de la sociedad civil que nada tiene que ver en esta lucha estéril desatada.
Como es visible la incompetencia del Secretario de Seguridad Pública Federal Genaro García Luna, de quien el pleno de la Cámara de Diputados pide su “cabeza”, también es inocultable la irritación social por la inseguridad que enfrenta el país, y votar en contra del partido de Calderón ha resultado el mejor ejercicio de venganza o desahogo de la ciudadanía.
El pasado proceso electoral del 4 de Julio en 15 entidades del país terminó de convencer a Calderón que los mexicanos reprueban las políticas de su gobierno. De las 12 gubernaturas en juego, el PAN sólo alcanzó a ganar 3 y eso ayudado por el PRD, PT, Convergencia y PNAL; de haber competido libre no habría ganado ni siquiera una.
El PRI de Beatriz Paredes se levantó con los triunfos en 9 entidades; pero en 3, incluida Veracruz, el PAN de Calderón niega reconocer sus derrotas, lo que abre nuevos enfrentamientos al propio Presidente con la cúpula tricolor.
El Revolucionario transita en caballos de hacienda de regreso a Los Pinos; los rostros de quién o quiénes podrían sus jinetes son visibles, porque el tricolor tiene rumbo y destino.
Sin embargo, el PAN no tiene candidatos visibles; no se distingue ningún caballo de troya para el 2012.
Y la carencia de prospectos a la grande es evidente cuando se observa que para sacar candidato a la gubernatura del estado de México, andan suplicando la aceptación de personajes reconocidos en el mundo intelectual y en los negocios, pero que carecen de arraigo y trayectoria política.
En el 2012 el PAN pierde la presidencia, es inevitable.
Lo que roba el sueño a muchos en la sede nacional azul, empezando por el comandante supremo.
Entregar la presidencia, es quizás la causa principal de la soledad presidencial, pero mientras no llegue el momento, son otros los dolores de cabezas, a los que no se les encuentra la cuadratura al círculo, y tiene que ver con lo incendiado que se encuentran los estados del norte del país por delincuencia organizado.
Por lo que también preguntaría a los panistas…
¿Incendiando Veracruz o terqueando un triunfo jamás ganado en las urnas, así ayudan a su presidente a resolver los grandes problemas nacionales?
¿O usted qué opina?

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