BUENOS DÍAS VERACRUZ
David Varona Fuentes
Martes 9 de julio del 2013.
Pasó el susto…
La familia tricolor está de fiesta en el estado de Veracruz.
Casi, casi, casi… carro completo.
Se comprueba una vez más:
Cuando por equis o por zeta el pueblo no sale a votar, el Partido Revolucionario Institucional se despacha con la cuchara grande haciendo alarde del voto duro.
El alarmante abstencionismo ciudadano en la elección local del domingo siete de julio, a lo largo y ancho de la geografía veracruzana, se prestó precisamente para eso, beneficiando a los candidatos rojos.
Datos fríos hablan de un 65 y hasta un 70 por ciento de indiferencia por acudir a elegir a los 212 presidentes municipales y los 50 diputados de la próxima legislatura estatal.
La pregunta incomoda que brinca es, cuántos miles de ese gran porcentaje de apáticos que no acudieron a las urnas fue cooptado, sobornado, con mil, dos mil o tres mil pesos para que entregaran sus credenciales de elector, quitándoles la oportunidad de sufragar por el o los candidatos de sus preferencias.
Porque de que hubo compra masiva de credenciales IFE, ni quien lo niegue, se dieron por parte de los tres principales partidos políticos participantes, PAN, PRI y PRD.
En el caso de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, todos los candidatos, azules, rojos y amarillos, mandaron a la pesca a sus respectivos ejércitos de mapaches electorales.
Claro, se lamentan hoy los panistas, imposible competir con el monstruo priísta, menos ahora que cuentan con la presidencia de la República.
Pero ya ni llorar es bueno para los perdedores, palo dado ni dios lo quita.
Lo destacable de los comicios locales es que los resultados bien podrían ser para unos, motivo de seria y profunda reflexión, y para otros argumentos para continuar gozando del éxtasis de la soberbia mostrada durante todo el ejercicio proselitista.
Para unos, en el caso exclusivo del gobernador del estado Javier Duarte, concluiría que terminado el proceso electoral con los resultados obtenidos, bien valdría la pena someter a su gabinete legal y ampliado a una reingeniería política y administrativa.
Que ha llegado el momento de sacudir el barco para deshacerse de todas las ratas fidelistas que, sin invitación previa, treparon a bordo el 1 de diciembre de 2010 y que, durante toda esta travesía de dos años siete meses, le han visto ver las de Caín.
Y no sería para menos la limpia.
Muchos cercanos colaboradores impuestos por el antecesor han amasado fortunas incalculables en el mandato próspero y han jugado las contras al joven gobernante cordobés.
Y son los mismos que durante el proceso de selección de candidatos a diputados y alcaldes, relegaron al gobernador Duarte de palomear a los buenos, en virtud que la lista iba repleta de amigos, compadres y amantes, y otros que pagaron cantidades millonarias por las candidaturas.
Si el doctor Duarte de Ochoa quiere transitar el resto de su gobierno con vientos de cambios y bríos renovados, debe instalar ya la guillotina en su despacho y dar paso a cada uno de los traidores de su régimen.
Mientras que otros, en especial los representantes de la fidelidad que, gozando el orgasmo del placer político por las victorias conseguidas el domingo pasado, estarán pensando que han asegurado su permanencia por el resto del sexenio de la prosperidad.
Así también a que se les tome en cuenta en la triangulación de los negocios multimillonarios que se hacen bajo las sombras del poder.
Es cierto, hay fiesta en la familia del Partido Revolucionario Institucional; el alto mando tricolor en el estado no oculta su sonrisa de oreja a oreja a las cámaras de televisión afines a su administración.
Y no le faltan motivos al mandatario veracruzano para no estar de plácemes.
Obtuvo del proceso local de renovación de diputados y alcaldes, más de las canicas jamás imaginadas.
Por el desaseo de la herencia maldita que recibió en el 2010, la mayor preocupación fue siempre que el PRI conservara mayoría legislativa en el Congreso estatal.
Y el sueño se le hizo realidad.
De acuerdo a los resultados preliminares del Instituto Electoral Veracruzano, el PRI obtuvo triunfos en 27 distritos electorales, 20 con candidatos propios y siete en alianza con el PVEM y el PNAL.
En el reparto de los escaños plurinominales al PRI le corresponderían nueve, con los cuales sumarían 36 diputaciones, suficientes para convertirse en mayoría calificada con voz y voto para aprobar en el Congreso lo que les venga en gana o lo que les envía el representante del Poder Ejecutivo Estatal.
Y la euforia de propios y extraños en Palacio de Gobierno aumentaría porque al PAN sólo le tocarían tres espacios por la vía de la representación popular que sumados a los tres ganados en las urnas sumarían seis.
No hay dudas, en la futura legislatura local los azules serán insignificante minoría ante una bancada tricolor que seguramente será avasallante, arrolladora e impositora.
En cuanto a presidencias municipales, el PRI retuvo algunas de las que gobernaba, pero perdió otras importantes como Boca del Río y Córdoba.
En suma, al partido tricolor le fue bien el 7 de julio en Veracruz.
Que sea por el progreso y bienestar de los veracruzanos, y no de las camarillas, cacicazgos y grupúsculos priístas.
¿O usted qué opina?
PD. Fuerte trabón se dieron en el aeropuerto de Tijuana BC; Manlio Fabio Beltrones y el dirigente nacional del PRI César Camacho, al grado que se llegó a los recordatorios familiares…el político sonorense le dijo al mexiquese hasta de lo que se iba a morir y otras lindezas…bronca entre políticos de alto nivel, que pelean el poder por el poder.
davidvaronaf@hotmail.com
www.lagazeta.org
www.buenosdiasveracruz.blogspot.com
PUNTA DE LANZA…
OTRA VEZ FIDEL…
Aquí lo dijimos con antelación…
El perico mayor regresa a la rectoría de la Universidad Veracruzana, la cama ya le fue tendida por su cómplice Raúl Arias Lobillo.
Este martes, registra su candidatura de aspirante ante la Junta de Gobierno de la UV.
¿No qué no?
Y lo recomienda Fidel Herrera Beltrán.
¿Hasta cuándo el ex gobernador dejará que gobierne el doctor Duarte, con la investidura que constitucionalmente le corresponde?
David Varona Fuentes
Martes 9 de julio del 2013.
Pasó el susto…
La familia tricolor está de fiesta en el estado de Veracruz.
Casi, casi, casi… carro completo.
Se comprueba una vez más:
Cuando por equis o por zeta el pueblo no sale a votar, el Partido Revolucionario Institucional se despacha con la cuchara grande haciendo alarde del voto duro.
El alarmante abstencionismo ciudadano en la elección local del domingo siete de julio, a lo largo y ancho de la geografía veracruzana, se prestó precisamente para eso, beneficiando a los candidatos rojos.
Datos fríos hablan de un 65 y hasta un 70 por ciento de indiferencia por acudir a elegir a los 212 presidentes municipales y los 50 diputados de la próxima legislatura estatal.
La pregunta incomoda que brinca es, cuántos miles de ese gran porcentaje de apáticos que no acudieron a las urnas fue cooptado, sobornado, con mil, dos mil o tres mil pesos para que entregaran sus credenciales de elector, quitándoles la oportunidad de sufragar por el o los candidatos de sus preferencias.
Porque de que hubo compra masiva de credenciales IFE, ni quien lo niegue, se dieron por parte de los tres principales partidos políticos participantes, PAN, PRI y PRD.
En el caso de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, todos los candidatos, azules, rojos y amarillos, mandaron a la pesca a sus respectivos ejércitos de mapaches electorales.
Claro, se lamentan hoy los panistas, imposible competir con el monstruo priísta, menos ahora que cuentan con la presidencia de la República.
Pero ya ni llorar es bueno para los perdedores, palo dado ni dios lo quita.
Lo destacable de los comicios locales es que los resultados bien podrían ser para unos, motivo de seria y profunda reflexión, y para otros argumentos para continuar gozando del éxtasis de la soberbia mostrada durante todo el ejercicio proselitista.
Para unos, en el caso exclusivo del gobernador del estado Javier Duarte, concluiría que terminado el proceso electoral con los resultados obtenidos, bien valdría la pena someter a su gabinete legal y ampliado a una reingeniería política y administrativa.
Que ha llegado el momento de sacudir el barco para deshacerse de todas las ratas fidelistas que, sin invitación previa, treparon a bordo el 1 de diciembre de 2010 y que, durante toda esta travesía de dos años siete meses, le han visto ver las de Caín.
Y no sería para menos la limpia.
Muchos cercanos colaboradores impuestos por el antecesor han amasado fortunas incalculables en el mandato próspero y han jugado las contras al joven gobernante cordobés.
Y son los mismos que durante el proceso de selección de candidatos a diputados y alcaldes, relegaron al gobernador Duarte de palomear a los buenos, en virtud que la lista iba repleta de amigos, compadres y amantes, y otros que pagaron cantidades millonarias por las candidaturas.
Si el doctor Duarte de Ochoa quiere transitar el resto de su gobierno con vientos de cambios y bríos renovados, debe instalar ya la guillotina en su despacho y dar paso a cada uno de los traidores de su régimen.
Mientras que otros, en especial los representantes de la fidelidad que, gozando el orgasmo del placer político por las victorias conseguidas el domingo pasado, estarán pensando que han asegurado su permanencia por el resto del sexenio de la prosperidad.
Así también a que se les tome en cuenta en la triangulación de los negocios multimillonarios que se hacen bajo las sombras del poder.
Es cierto, hay fiesta en la familia del Partido Revolucionario Institucional; el alto mando tricolor en el estado no oculta su sonrisa de oreja a oreja a las cámaras de televisión afines a su administración.
Y no le faltan motivos al mandatario veracruzano para no estar de plácemes.
Obtuvo del proceso local de renovación de diputados y alcaldes, más de las canicas jamás imaginadas.
Por el desaseo de la herencia maldita que recibió en el 2010, la mayor preocupación fue siempre que el PRI conservara mayoría legislativa en el Congreso estatal.
Y el sueño se le hizo realidad.
De acuerdo a los resultados preliminares del Instituto Electoral Veracruzano, el PRI obtuvo triunfos en 27 distritos electorales, 20 con candidatos propios y siete en alianza con el PVEM y el PNAL.
En el reparto de los escaños plurinominales al PRI le corresponderían nueve, con los cuales sumarían 36 diputaciones, suficientes para convertirse en mayoría calificada con voz y voto para aprobar en el Congreso lo que les venga en gana o lo que les envía el representante del Poder Ejecutivo Estatal.
Y la euforia de propios y extraños en Palacio de Gobierno aumentaría porque al PAN sólo le tocarían tres espacios por la vía de la representación popular que sumados a los tres ganados en las urnas sumarían seis.
No hay dudas, en la futura legislatura local los azules serán insignificante minoría ante una bancada tricolor que seguramente será avasallante, arrolladora e impositora.
En cuanto a presidencias municipales, el PRI retuvo algunas de las que gobernaba, pero perdió otras importantes como Boca del Río y Córdoba.
En suma, al partido tricolor le fue bien el 7 de julio en Veracruz.
Que sea por el progreso y bienestar de los veracruzanos, y no de las camarillas, cacicazgos y grupúsculos priístas.
¿O usted qué opina?
PD. Fuerte trabón se dieron en el aeropuerto de Tijuana BC; Manlio Fabio Beltrones y el dirigente nacional del PRI César Camacho, al grado que se llegó a los recordatorios familiares…el político sonorense le dijo al mexiquese hasta de lo que se iba a morir y otras lindezas…bronca entre políticos de alto nivel, que pelean el poder por el poder.
davidvaronaf@hotmail.com
www.lagazeta.org
www.buenosdiasveracruz.blogspot.com
PUNTA DE LANZA…
OTRA VEZ FIDEL…
Aquí lo dijimos con antelación…
El perico mayor regresa a la rectoría de la Universidad Veracruzana, la cama ya le fue tendida por su cómplice Raúl Arias Lobillo.
Este martes, registra su candidatura de aspirante ante la Junta de Gobierno de la UV.
¿No qué no?
Y lo recomienda Fidel Herrera Beltrán.
¿Hasta cuándo el ex gobernador dejará que gobierne el doctor Duarte, con la investidura que constitucionalmente le corresponde?
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