OTRA SALIDA EN FALSO.

BUENOS DÍAS VERACRUZ

David Varona Fuentes
Miércoles 15 de mayo del 2013.

Siguen engañando al gobernador Javier Duarte.
Ahora quieren  empinarlo en la firma tardía de un Pacto por Veracruz.
Un convenio marca patito, como si el horno político del estado  estuviera para bollos.
Sin lugar  a dudas, la propuesta de firmar un acuerdo de civilidad en Veracruz  es otro de los inventos que asesores de palacio de gobierno confabulados con mercenarios de la política, buscan venderle al joven mandatario.
Y no sería gratis, tendría costo millonario para las arcas estatales.
¿De qué se trata?
¿Acaso de  continuar exhibiendo y exponiendo al doctor Duarte de Ochoa al golpeteo mediático de adversarios desatados y urgidos de reflectores?
El Pacto por Veracruz,  es otra ocurrencia sacada de la chistera.
Una jalada más de las muchas que salieron  de mentes perversas, y que han  ridiculizado y dejado mal parado al gobernador cuando las anuncia o las aplica.
Un pasaje rápido del glosario gubernamental a partir del 1 de diciembre de 2010, arroja que el gobernador Duarte no ha terminado de salir de un escándalo mediático cuando sus asesores ya  lo metieron en otro.
Pareciera que el gobernador Duarte no aprende lecciones, o sencillamente no quiere hacerlo, cuando reconocer  errores es la mejor enseñanza para vencer obstáculos, llegar avante y triunfador a la meta del 30 de noviembre de 2016.  
Una copia fiel en Veracruz del Pacto por México del presidente Enrique Peña Nieto, me huele a ridículo y vergüenza política, además de escenario propicio para que el régimen de la prosperidad reciba otros bombazos de la prensa nacional.
Comprobado está que en Veracruz los pactos y la carabina de Ambrosio es lo mismo, sólo sirven para gastar ríos de dinero del erario público para convencer y complacer a dirigentes partidistas, empresarios y líderes sindicalistas no gubernamentales, reacios a prestarse al juego y engaño de los reflectores mediáticos de quien  propone el acuerdo.
No hablemos de memoria:
En los primeros meses de su mandato (2004-2010), el entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán tuvo la puntada de anunciar el Pacto de Gobernabilidad.
Fidel sabía su cuento:
Convocar a la firma de un acuerdo de civilidad a todos los actores políticos del estado, fue para Fidel la mejor  estrategia  de mostrar las banderas blancas de amor y paz.
No era para menos.
Los bélicos panistas, de aquellos ayeres,  adoradores del bugancismo y del yunismo,  no aceptaban  su triunfo electoral ni su investidura gubernamental, por lo tanto no aceptaban su Plan Veracruzano de Desarrollo, y a cada salida en falso lo tundían a bombazos periodísticos  desde la legislatura local en la cual, los primeros tres años de mandato, no tuvo mayoría apabullante para ejercer a plenitud el pinche poder.  
Con maestría y doctorado en agarrapendejos, Herrera decía, en aquellos días difíciles de su administración, que el Pacto de Civilidad representaba el lanzamiento hacia el progreso y bienestar del pueblo veracruzano.
Y como el Partido Acción Nacional en manos de un dirigente estatal, Alejandro Vázquez Cuevas,  con traje de incorruptible, no se prestaba al circo montado de su pacto, Fidel decía:
-“El Pacto de Gobernabilidad  que propone mi gobierno  es como las llamadas a misa, el que quiere va, y el que no quiere no va, a nadie se le puede obligar a algo”.
Y agregaba:
-“Los veracruzanos piden paz,  empleos, trabajo y progreso, no son tiempos de desencuentros ni de enfrentamientos”.
No pasaron muchos días para que  la mano corruptora del Fidelismo se dejar sentir en la cúpula estatal de Acción Nacional; de pronto el Pipo apareció sentado a Fidel firmando el Pacto de Civilidad. Hasta los diputados locales del blanquiazul olvidaron su linchamiento al gobernador cambiándolo por votos a sus iniciativas en el Congreso estatal.  
Cuando Vázquez Cuevas requería de más prerrogativas financieras, amenazaba con sacar al PAN del pacto Fidelista.
Con ese cuento, el Pipo terminó millonario el sexenio de Fidel.
Dicho en otras palabras:
El Pacto de Gobernabilidad del ex gobernador Herrera Beltrán sirvió para eso para corromper adversarios y opositores,  derrochando  dinero de los impuestos de los veracruzanos.
Se repetiría la historia con la firma de un Pacto por Veracruz.
Lo que vividores de la política, como los perredistas Rogelio Franco  y el dirigente espurio Sergio Rodríguez, proponen al gobernador Duarte no es otra cosa que un nuevo  llamado a misa, donde cada asistente cobrará muy cara su presencia y su firma.
Acaso sobra el dinero para dilapidarlo en tonterías.
Aunque no hay que perder de vista; que todavía está vigente el Pacto con el Diablo; pero como nadie lo conoce ni nadie lo ha visto, jure usted amable lector, que los “cerebros” de palacio ya andan en su busca.
¿O usted qué opina?

PD. Cómo andarán las cosas en el gabinete presidencial; que la súper Secretaría de Gobernación  le fue cortada la energía eléctrica desde el  lunes tarde noche…los señores de la CFE llevaron orden de suspender el servicio por la falta de pago… cuatro meses de adeudo y hasta el martes por la tarde, don Miguel Ángel Osorio Chong permanecía a oscuras…hay más, mucho más sobre la carencia de recursos en el gobierno peñanietista…pero…esa es otra historia. 

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PUNTA DE LANZA…
LAS LOQUERAS DEL TIO FIDE.

Desde su llegada al puerto jarocho el pasado viernes 10 de mayo, el Cristo Negro de Nopaltepec se ha dedicado a buscarle  la cuadratura al círculo a un proceso electoral que para el PRI luce como el alma del propio ex gobernador Fidel Herrera.
También aprovecha para salir por las tardes a recorrer las calles del centro histórico. El sábado anterior a esos de las 2 de la tarde se le vio caminar  por  Esteban Morales y Landero y Coss, junto a la vieja escuela preparatoria. De gorra y playera blanca, lentes negros y pantalón café, el tenebroso ex mandatario iba del brazo de dos hermosas y jóvenes mujeres.
Quien lo reconocía se le acercaba, y Fidel aprovechaba la ocasión para dejarse querer; a cambio entregaba sus tarjetas de presentación color rojas con la leyenda: “Fidel Herrera Beltrán, Abogado”. “Háblame si se te ofrece algo”, prometía.
Cada jarocho que tuvo la suerte de encontrarse y saludar al ex gobernador, no se fue con las manos vacías. “Pa que te eches un refresco”, les decía dándoles un billete de 500 pesos.
Ni hablar, sí es Fidel Herrera.