BUENOS DÍAS VERACRUZ
David Varona Fuentes
Martes 27 de agosto del 2013.
¿A qué teme el rector Lobillo?
Es la interrogante que deambula en los campus universitarios y en los pasillos del poder del vetusto palacio de Gobierno.
No es para menos.
Es evidente y notoria la enfermiza obsesión de Raúl Arias de sentar en la rectoría de la UV a un sucesor a modo, a una marioneta al que pueda controlar detrás del trono, a un cómplice que, al igual que él, tenga las manos llenas de estiércol.
Porfirio Carrillo Castilla, su secretario Académico, es el elegido, pero de complicarse su nominación por el qué dirán, tiene su plan B en la persona de Leticia Rodríguez Audirac, actual secretaria de la Rectoría.
Los dos, Carrillo y Rodríguez, son gente íntima y cercana Lobillo, los que mejor saben cada momento de su gestión al frente de la UV, así como también dónde y cómo se gastó cada peso del multimillonario presupuesto universitario.
Veamos los números.
Durante sus casi nueve años al frente de la rectoría, Lobillo tuvo en sus manos ríos de dinero público.
Tan sólo de presupuesto estatal manejó alrededor de 350 mil millones de pesos. Más otros 50 mil millones provenientes de la Federación, y decenas de apoyos más a la educación superior procedente de la SEP y de organismos internacionales.
Y la cereza del pastel:
Más de 3 billones de pesos por concepto de pagos de inscripciones de los más de 70 mil universitarios repartidos en las 74 facultades, en los Sistemas de Enseñanza Abierta, en los Institutos, en los Centros de Investigación, entre otros.
¡Uffffff y recontra ufffff!
Como dicen los jóvenes de hoy: Un titipuchal de dinero.
Así fue.
Arias Lobillo tuvo recursos para hacer y deshacer lo que le vino en gana durante sus casi nueve años de reinado en la rectoría, gracias a su ex patrón y ex maestro Víctor Arredondo Álvarez, a quien finalmente traicionó cuando este decidió apuntarse para regresar a sentarse en la silla que en 2004 dejó encargada a su “amigo” Raúl, su ex secretario Académico.
Pero Arredondo olvidó una de las principales reglas no escritas del poder político:
-Que el poder y el dinero marean a los inteligentes y enloquecen a los pendejos.
Y su ex aliado y ex alumno enloqueció, lo desconoció y ordenó, a su comparsa de la Junta de Gobierno, dejarlo fuera de la contienda en la primera eliminatoria.
Para imponer a su “delfín” al Lobillo enamorado no le ha importado declarar la guerra a todos aquellos que se atraviesen en su camino buscando torpedear sus planes perversos de implantar en la rectoría a quién él quiera, mande y desee.
Incluso, ha trascendido, que hasta ignoró los mensajes entre líneas de su “amigo” el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, a quien siempre buscó para lloriquearle su intervención ante el Congreso estatal para que le autorizaran más dinero dizque para trabajos de investigación de la UV.
Lo que todos ignoran es por qué el rector de la UV insiste en designar al sucesor, usando a sus aliados y empleados de la Junta de Gobierno.
Fácil y sencillo.
Todo funcionario público ratero y sinvergüenza quiere que alguien de su confianza le cubra las espaldas, borrando las huellas de corrupción, saqueo y despilfarro cometidos.
Lobillo no es la excepción.
Tiene su estela vergonzante y tenebrosa acumulada a cargo de la máxima Casa de Estudios de la entidad.
Y dejará también a su “delfín”, toda una herencia maldita.
Hace unos meses Lobillo afirmó a la prensa que “no dejaré deudas en la Universidad, dejaré todo en orden.
Esa declaración del rector me hizo recordar al ex gobernador Fidel Herrera, quien hasta el último minuto de su mandato juró no heredar deudas a Javier Duarte.
Hoy es pública la catástrofe financiera que dejó al gobierno entrante, la cual mantiene al doctor Duarte sujeto con camisas de fuerza que le impiden llevar a Veracruz al progreso, al desarrollo y la prosperidad deseada.
La administración de Raúl Arias en la UV también es un desastre. El daño causado en su rectorado es incalculable; no hubo avances científicos ni tecnológicos, al contrario existen carreras, como la de Médico Cirujano, que todavía no tienen la acreditación de calidad.
Y en materia de finanzas, el escándalo es mayor.
Ya no hablemos del despilfarro de Lobillo en viajes de placer por todo el mundo, o de compra de residencias en el extranjero, sino de la nómina oficial, donde incrustó a decenas de amigos suyos todos de origen español, con sueldos mensuales de 96 mil y 120 mil pesos. Mientras que a los empleados de confianza les ninguneó cualquier aumento salarial.
Lobillo sabe que con el sucesor en la rectoría, se juega su tranquilidad de imponer al cómplice, o su cabeza, de llegar un adversario.
Faltan horas para saberlo.
¿O usted qué opina?
PD. Peña Nieto tiene dos enemigos encubiertos: Emilio Gamboa Patrón y Manlio Fabio Beltrones…si lo duda usted, solo espere el tormentoso final de la CNTE y el gobierno Federal… ¿y don Emilio Chayffet?...esa es otro historia.
davidvaronaf@hotmail.com
www.lagazeta.org
www.buenosdiasveracruz.blogspot.com
PUNTA DE LANZA…
EL LEÓN NO ES COMO LO PINTAN…
El recién estrenado secretario de Finanzas y Planeación, Fernando Charleston, tiene al enemigo en casa. No es santo de devoción de muchos miembros de la prosperidad. Algunos de estos ya andan filtrando informaciones de sus andadas, y que al publicarse no resultarán nada agradables para el joven político sureño, principalmente porque ante los ojos del matrimonio Duarte-Macías, goza de indudable honestidad y transparencia. Pero, quien sabe… es una mascarada, dicen sus detractores.
Lo grave de este asunto, es que el novel funcionario, parece haber perdido el piso…no da audiencias al público que las solicita, el señor secretario dice tener una agenda muy apretada.
David Varona Fuentes
Martes 27 de agosto del 2013.
¿A qué teme el rector Lobillo?
Es la interrogante que deambula en los campus universitarios y en los pasillos del poder del vetusto palacio de Gobierno.
No es para menos.
Es evidente y notoria la enfermiza obsesión de Raúl Arias de sentar en la rectoría de la UV a un sucesor a modo, a una marioneta al que pueda controlar detrás del trono, a un cómplice que, al igual que él, tenga las manos llenas de estiércol.
Porfirio Carrillo Castilla, su secretario Académico, es el elegido, pero de complicarse su nominación por el qué dirán, tiene su plan B en la persona de Leticia Rodríguez Audirac, actual secretaria de la Rectoría.
Los dos, Carrillo y Rodríguez, son gente íntima y cercana Lobillo, los que mejor saben cada momento de su gestión al frente de la UV, así como también dónde y cómo se gastó cada peso del multimillonario presupuesto universitario.
Veamos los números.
Durante sus casi nueve años al frente de la rectoría, Lobillo tuvo en sus manos ríos de dinero público.
Tan sólo de presupuesto estatal manejó alrededor de 350 mil millones de pesos. Más otros 50 mil millones provenientes de la Federación, y decenas de apoyos más a la educación superior procedente de la SEP y de organismos internacionales.
Y la cereza del pastel:
Más de 3 billones de pesos por concepto de pagos de inscripciones de los más de 70 mil universitarios repartidos en las 74 facultades, en los Sistemas de Enseñanza Abierta, en los Institutos, en los Centros de Investigación, entre otros.
¡Uffffff y recontra ufffff!
Como dicen los jóvenes de hoy: Un titipuchal de dinero.
Así fue.
Arias Lobillo tuvo recursos para hacer y deshacer lo que le vino en gana durante sus casi nueve años de reinado en la rectoría, gracias a su ex patrón y ex maestro Víctor Arredondo Álvarez, a quien finalmente traicionó cuando este decidió apuntarse para regresar a sentarse en la silla que en 2004 dejó encargada a su “amigo” Raúl, su ex secretario Académico.
Pero Arredondo olvidó una de las principales reglas no escritas del poder político:
-Que el poder y el dinero marean a los inteligentes y enloquecen a los pendejos.
Y su ex aliado y ex alumno enloqueció, lo desconoció y ordenó, a su comparsa de la Junta de Gobierno, dejarlo fuera de la contienda en la primera eliminatoria.
Para imponer a su “delfín” al Lobillo enamorado no le ha importado declarar la guerra a todos aquellos que se atraviesen en su camino buscando torpedear sus planes perversos de implantar en la rectoría a quién él quiera, mande y desee.
Incluso, ha trascendido, que hasta ignoró los mensajes entre líneas de su “amigo” el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, a quien siempre buscó para lloriquearle su intervención ante el Congreso estatal para que le autorizaran más dinero dizque para trabajos de investigación de la UV.
Lo que todos ignoran es por qué el rector de la UV insiste en designar al sucesor, usando a sus aliados y empleados de la Junta de Gobierno.
Fácil y sencillo.
Todo funcionario público ratero y sinvergüenza quiere que alguien de su confianza le cubra las espaldas, borrando las huellas de corrupción, saqueo y despilfarro cometidos.
Lobillo no es la excepción.
Tiene su estela vergonzante y tenebrosa acumulada a cargo de la máxima Casa de Estudios de la entidad.
Y dejará también a su “delfín”, toda una herencia maldita.
Hace unos meses Lobillo afirmó a la prensa que “no dejaré deudas en la Universidad, dejaré todo en orden.
Esa declaración del rector me hizo recordar al ex gobernador Fidel Herrera, quien hasta el último minuto de su mandato juró no heredar deudas a Javier Duarte.
Hoy es pública la catástrofe financiera que dejó al gobierno entrante, la cual mantiene al doctor Duarte sujeto con camisas de fuerza que le impiden llevar a Veracruz al progreso, al desarrollo y la prosperidad deseada.
La administración de Raúl Arias en la UV también es un desastre. El daño causado en su rectorado es incalculable; no hubo avances científicos ni tecnológicos, al contrario existen carreras, como la de Médico Cirujano, que todavía no tienen la acreditación de calidad.
Y en materia de finanzas, el escándalo es mayor.
Ya no hablemos del despilfarro de Lobillo en viajes de placer por todo el mundo, o de compra de residencias en el extranjero, sino de la nómina oficial, donde incrustó a decenas de amigos suyos todos de origen español, con sueldos mensuales de 96 mil y 120 mil pesos. Mientras que a los empleados de confianza les ninguneó cualquier aumento salarial.
Lobillo sabe que con el sucesor en la rectoría, se juega su tranquilidad de imponer al cómplice, o su cabeza, de llegar un adversario.
Faltan horas para saberlo.
¿O usted qué opina?
PD. Peña Nieto tiene dos enemigos encubiertos: Emilio Gamboa Patrón y Manlio Fabio Beltrones…si lo duda usted, solo espere el tormentoso final de la CNTE y el gobierno Federal… ¿y don Emilio Chayffet?...esa es otro historia.
davidvaronaf@hotmail.com
www.lagazeta.org
www.buenosdiasveracruz.blogspot.com
PUNTA DE LANZA…
EL LEÓN NO ES COMO LO PINTAN…
El recién estrenado secretario de Finanzas y Planeación, Fernando Charleston, tiene al enemigo en casa. No es santo de devoción de muchos miembros de la prosperidad. Algunos de estos ya andan filtrando informaciones de sus andadas, y que al publicarse no resultarán nada agradables para el joven político sureño, principalmente porque ante los ojos del matrimonio Duarte-Macías, goza de indudable honestidad y transparencia. Pero, quien sabe… es una mascarada, dicen sus detractores.
Lo grave de este asunto, es que el novel funcionario, parece haber perdido el piso…no da audiencias al público que las solicita, el señor secretario dice tener una agenda muy apretada.
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