BUENOS DÍAS VERACRUZ
David Varona Fuentes
Jueves 22 de agosto del 2013.
Urge limpiar la Procuraduría de Justicia de Veracruz.
Su estructura, de pies a cabeza, despide olores fétidos de podredumbre, corrupción, tráfico de influencias, abuso de poder y oferta clandestina de plazas oficiales.
En la Fiscalía estatal hasta el más pelón, usa trenzas.
Cualquier iluso con gafete oficial firmado por el procurador en turno, tiene línea abierta para violentar la ley, cometer cualquier ilícito jurídico en contra de los veracruzanos, y subastar al mejor postor cargos oficiales.
Cientos de jóvenes, hombres y mujeres, han sido víctimas de atracos de 50 mil, 100 mil y 200 mil pesos bajo la promesa de recibir plazas administrativas, de agentes y comandantes de la Agencia Veracruzana de Investigación, la AVI.
Quienes han sido timados, engañados, burlados, coinciden en afirmar que el dinero exigido por esos altos funcionarios de marras, dicen éstos, ha sido para el actual director de la AVI, Mario Delfín.
Últimamente, después de dos meses de mentiras y engaños y sin más argumentos qué inventar, los subastadores de cargos de la PGJ, han dicho a los desesperados compradores de ilusiones que, “ya pronto, que el director Mario (Delfín) no ha podido firmar sus altas a causa de pérdida irreparable de su hija, ocurrida en España, tras el descarrilamiento del tren donde viajaba”.
Ese ofrecimiento de empleos en la Procuraduría de Justicia, podría dársele seriedad si vinieran de licitaciones públicas de la bolsa de trabajo de la institución.
Pero, ¿quién cree usted amable lector, son los encargados de la falsa reventa o subasta de plazas en la dependencia hoy a cargo de Felipe Amadeo Flores Espinosa?
Adivinó:
Todos son Fidelistas puros que, al igual que otros trepados en el poder estatal, aplican las sabias enseñanzas de corrupción, saqueo de los recursos públicos y enriquecimiento ilícito del gran maestro Herrera Beltrán.
Entre estos, están identificados ex choferes, ex carga maletas, ex compradores de condones y de pastillas para éxtasis sexual que en horas de la madrugada pedía a gritos el entonces gobernador, Fidel Herrera Beltrán.
Así es.
No hay ratero en Veracruz que no tenga el sello Fidelista.
Esos pillos sinvergüenzas que ahora cobran 30 y 40 mil pesos mensuales en la nómina secreta inventada por Flores Espinosa, igual que su monstruo creador no tienen llenadera, ostentan gafetes o credenciales para atracar a los veracruzanos, unos necesitados de un empleo, y las mayorías demandantes de procuración de justicia, verdadera y apegada a derecho.
Sin lugar a dudas, la Procuraduría de Justicia de Veracruz siempre ha estado en el ojo del huracán, su fama de oficina de corruptos, es pública a lo largo y ancho de la geografía estatal.
Nadie confía en la credibilidad, honorabilidad, honestidad y transparencia de sus integrantes. El secretario de la Agencia del MP, el propio Ministerio Público, el comandante de la Ministerial y los policías dependientes de este último, son considerados por la ciudadanía como servidores públicos corruptos a los que no tienen el mínimo de confianza.
Y no es para menos.
Si algún simple mortal tiene la desgracia de acudir a cualquier agencia del MP a interponer denuncia contra agracio sufrido, si no le entra a belén cantando con las secretarias o secretarios su denuncia será archivada.
Si otro ciudadano común y corriente que interpuso denuncia penal espera que el Ministerio Público consigne la denuncia acusatoria al juez correspondiente, si no le entra con un billete acorde al tamaño de justicia que desea recibir, el expediente será guardado en el escritorio del fiscal y nunca llegará al juzgador.
Y cuando por fin se libera la orden de aprehensión, al tratarse de algún pez gordo, político o empresario, al llegar ésta a manos de la policía ministerial corre el riesgo de ser vendida al acusado, permitiendo que burle la justicia.
Lo anterior, es la historia del quehacer de la procuración de justicia que, de la mano de los jueces impartidores de la misma, hacen un dueto infernal en contra de la ley y de la justicia en Veracruz y en todo México.
Con Amadeo Flores Espinosa, todo cambió para seguir igual, o quizás peor.
Los yerros jurídicos cometidos en el caso del asesinato de la periodista Regina Martínez y cientos de casos más que no trascienden a la opinión pública, obligan a cambios profundos en la Fiscalía estatal.
Los dictámenes ministeriales para detectar y comprobar culpabilidad en presuntos delitos cometidos, no pueden seguir estando sujetos a venganzas personales del poder en funciones o falsas acusaciones prendidas de alfileres jurídicos.
Es un secreto a voces, un grito al unísono, de millares de familias veracruzanas que impotentes ante el abuso de agentes del Ministerio Público que prefabrican delitos y acusaciones, ven como las cárceles estatales están repletas de inocentes.
Tras el escándalo del presunto asesino de la comunicadora de la revista proceso y para bien de la PGJ, Flores Espinosa ha presentado su renuncia al cargo.
Su dimisión estaba anunciada desde el mismo momento que rindió protesta, al encontrarse oficialmente imposibilitado para ejercerlo, al reprobar los exámenes de confiabilidad.
Como sucesor se anuncia el diputado presidente del Congreso estatal, Eduardo Andrade, el ex cuñado de la Trevi, con gris desempeño en la PGJ en el gobierno de Patricio Chirinos.
El “amigo” de Joaquín López Dóriga, desesperado toca todas las puertas para que lo recomienden con el gobernador Javier Duarte.
Ya se verá si el doctor Duarte cede otra vez al llamado del diablo.
¿O usted qué opina?
PD. Meticuloso y cuidando las formas, el diputado Flavino Ríos Alvarado, ha sabido llevar el peso político pluripartidista del Congreso Local, las iniciativas enviados por el Ejecutivo del Estado, han salido sin problemas, pero, sobre todo, porque Flavino se maneja con prudencia y humildad, atributos que les ha faltado a quienes han pasado en la Coordinación Política de la Legislatura.
davidvaronaf@hotmail.com
www.lagazeta.org
www.buenosdiasveracruz.blogspot.com
PUNTA DE LANZA…
YA EMBARAZADA…
Desde su bunker jarocho, la fidelista pura Luz Carolina Gudiño Corro, riendo a carcajadas asegura a sus íntimos:
-“Sé que no me quieren, que me odian en Xalapa, pero qué creen, a ellos les tengo malas noticias: Pronto, muy pronto, me tendrán por allá en Palacio de Gobierno, y en un cargo relevante, de primer nivel, justo en el que pondré a temblar a todos los que hoy ilusamente ya se sienten candidatos del 2016”.
Si Carolina lo dice, cuidado.
Es cierto, el quinteto de Fidelistas en el poder la repudian, no la soportan, si pudieran la mandarían a las Islas Caimán.
Pero donde manda capitán, no gobierna marinero.
Pronto se les aparecerá…la diabla
David Varona Fuentes
Jueves 22 de agosto del 2013.
Urge limpiar la Procuraduría de Justicia de Veracruz.
Su estructura, de pies a cabeza, despide olores fétidos de podredumbre, corrupción, tráfico de influencias, abuso de poder y oferta clandestina de plazas oficiales.
En la Fiscalía estatal hasta el más pelón, usa trenzas.
Cualquier iluso con gafete oficial firmado por el procurador en turno, tiene línea abierta para violentar la ley, cometer cualquier ilícito jurídico en contra de los veracruzanos, y subastar al mejor postor cargos oficiales.
Cientos de jóvenes, hombres y mujeres, han sido víctimas de atracos de 50 mil, 100 mil y 200 mil pesos bajo la promesa de recibir plazas administrativas, de agentes y comandantes de la Agencia Veracruzana de Investigación, la AVI.
Quienes han sido timados, engañados, burlados, coinciden en afirmar que el dinero exigido por esos altos funcionarios de marras, dicen éstos, ha sido para el actual director de la AVI, Mario Delfín.
Últimamente, después de dos meses de mentiras y engaños y sin más argumentos qué inventar, los subastadores de cargos de la PGJ, han dicho a los desesperados compradores de ilusiones que, “ya pronto, que el director Mario (Delfín) no ha podido firmar sus altas a causa de pérdida irreparable de su hija, ocurrida en España, tras el descarrilamiento del tren donde viajaba”.
Ese ofrecimiento de empleos en la Procuraduría de Justicia, podría dársele seriedad si vinieran de licitaciones públicas de la bolsa de trabajo de la institución.
Pero, ¿quién cree usted amable lector, son los encargados de la falsa reventa o subasta de plazas en la dependencia hoy a cargo de Felipe Amadeo Flores Espinosa?
Adivinó:
Todos son Fidelistas puros que, al igual que otros trepados en el poder estatal, aplican las sabias enseñanzas de corrupción, saqueo de los recursos públicos y enriquecimiento ilícito del gran maestro Herrera Beltrán.
Entre estos, están identificados ex choferes, ex carga maletas, ex compradores de condones y de pastillas para éxtasis sexual que en horas de la madrugada pedía a gritos el entonces gobernador, Fidel Herrera Beltrán.
Así es.
No hay ratero en Veracruz que no tenga el sello Fidelista.
Esos pillos sinvergüenzas que ahora cobran 30 y 40 mil pesos mensuales en la nómina secreta inventada por Flores Espinosa, igual que su monstruo creador no tienen llenadera, ostentan gafetes o credenciales para atracar a los veracruzanos, unos necesitados de un empleo, y las mayorías demandantes de procuración de justicia, verdadera y apegada a derecho.
Sin lugar a dudas, la Procuraduría de Justicia de Veracruz siempre ha estado en el ojo del huracán, su fama de oficina de corruptos, es pública a lo largo y ancho de la geografía estatal.
Nadie confía en la credibilidad, honorabilidad, honestidad y transparencia de sus integrantes. El secretario de la Agencia del MP, el propio Ministerio Público, el comandante de la Ministerial y los policías dependientes de este último, son considerados por la ciudadanía como servidores públicos corruptos a los que no tienen el mínimo de confianza.
Y no es para menos.
Si algún simple mortal tiene la desgracia de acudir a cualquier agencia del MP a interponer denuncia contra agracio sufrido, si no le entra a belén cantando con las secretarias o secretarios su denuncia será archivada.
Si otro ciudadano común y corriente que interpuso denuncia penal espera que el Ministerio Público consigne la denuncia acusatoria al juez correspondiente, si no le entra con un billete acorde al tamaño de justicia que desea recibir, el expediente será guardado en el escritorio del fiscal y nunca llegará al juzgador.
Y cuando por fin se libera la orden de aprehensión, al tratarse de algún pez gordo, político o empresario, al llegar ésta a manos de la policía ministerial corre el riesgo de ser vendida al acusado, permitiendo que burle la justicia.
Lo anterior, es la historia del quehacer de la procuración de justicia que, de la mano de los jueces impartidores de la misma, hacen un dueto infernal en contra de la ley y de la justicia en Veracruz y en todo México.
Con Amadeo Flores Espinosa, todo cambió para seguir igual, o quizás peor.
Los yerros jurídicos cometidos en el caso del asesinato de la periodista Regina Martínez y cientos de casos más que no trascienden a la opinión pública, obligan a cambios profundos en la Fiscalía estatal.
Los dictámenes ministeriales para detectar y comprobar culpabilidad en presuntos delitos cometidos, no pueden seguir estando sujetos a venganzas personales del poder en funciones o falsas acusaciones prendidas de alfileres jurídicos.
Es un secreto a voces, un grito al unísono, de millares de familias veracruzanas que impotentes ante el abuso de agentes del Ministerio Público que prefabrican delitos y acusaciones, ven como las cárceles estatales están repletas de inocentes.
Tras el escándalo del presunto asesino de la comunicadora de la revista proceso y para bien de la PGJ, Flores Espinosa ha presentado su renuncia al cargo.
Su dimisión estaba anunciada desde el mismo momento que rindió protesta, al encontrarse oficialmente imposibilitado para ejercerlo, al reprobar los exámenes de confiabilidad.
Como sucesor se anuncia el diputado presidente del Congreso estatal, Eduardo Andrade, el ex cuñado de la Trevi, con gris desempeño en la PGJ en el gobierno de Patricio Chirinos.
El “amigo” de Joaquín López Dóriga, desesperado toca todas las puertas para que lo recomienden con el gobernador Javier Duarte.
Ya se verá si el doctor Duarte cede otra vez al llamado del diablo.
¿O usted qué opina?
PD. Meticuloso y cuidando las formas, el diputado Flavino Ríos Alvarado, ha sabido llevar el peso político pluripartidista del Congreso Local, las iniciativas enviados por el Ejecutivo del Estado, han salido sin problemas, pero, sobre todo, porque Flavino se maneja con prudencia y humildad, atributos que les ha faltado a quienes han pasado en la Coordinación Política de la Legislatura.
davidvaronaf@hotmail.com
www.lagazeta.org
www.buenosdiasveracruz.blogspot.com
PUNTA DE LANZA…
YA EMBARAZADA…
Desde su bunker jarocho, la fidelista pura Luz Carolina Gudiño Corro, riendo a carcajadas asegura a sus íntimos:
-“Sé que no me quieren, que me odian en Xalapa, pero qué creen, a ellos les tengo malas noticias: Pronto, muy pronto, me tendrán por allá en Palacio de Gobierno, y en un cargo relevante, de primer nivel, justo en el que pondré a temblar a todos los que hoy ilusamente ya se sienten candidatos del 2016”.
Si Carolina lo dice, cuidado.
Es cierto, el quinteto de Fidelistas en el poder la repudian, no la soportan, si pudieran la mandarían a las Islas Caimán.
Pero donde manda capitán, no gobierna marinero.
Pronto se les aparecerá…la diabla
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