BUENOS DIAS VERACRUZ
21 de abril de 2010
Por: David Varona Fuentes
21 de abril de 2010
Por: David Varona Fuentes
El Presidente Felipe Calderón estuvo de nueva cuenta en el estado de Veracruz.
A diferencia de otros años que envió representante, este 2010 decidió encabezar el 96 aniversario conmemorativo a la Defensa Heroica del Puerto de Veracruz ante la invasión norteamericana del 21 de abril de 1914.
Hemos leído, releído, analizado y reflexionado el discurso de Calderón Hinojosa en la Heroica Escuela Naval Militar ubicada en el municipio de Antón Lizardo.
¿Qué lectura debemos darle al mensaje del Presidente Calderón?
Podemos echar a volar la imaginación, hacer conjeturas, descifrar y hasta escribir diversos tópicos sobre la alocución presidencial en tierras veracruzanas.
Es innegable que este miércoles, Calderón Honojosa no fue aquel personaje que, pueblo y gobierno de Veracruz, conocen y han tratado siempre con respeto, calidez y sinceridad.
El Presidente no fue el mismo que siempre, en otras visitas oficiales al estado, ha reconocido y destacado el trabajo incansable del gobernador Fidel Herrera en beneficio de los veracruzanos.
Calderón mostró ante los presentes una actitud seria, adusta, de pocos amigos y de indiferencia ante el siempre amable y atento Fidel Herrera.
El señalado hecho de “olvidar u omitir” mencionar el nombre del gobernador de Veracruz al iniciar la lectura de su discurso, fue claro ejemplo de descortesía oficial de un presidente de la república ante el anfitrión de la entidad federativa que visita.
Calderón tuvo referencias para todas las autoridades federales y municipales presentes en el evento, terminó de leer su larga lista de invitados especiales y se encarreró en la lectura de su discurso.
Y no fue hasta que uno de sus asistentes al oído le hizo ver su error de ignorar al gobernador de Veracruz, cuando Calderón, dijo…
“Saludo también al gobernador de Veracruz, licenciado Fidel Herrera Beltrán”.
Demasiado tarde llegó la recomendación al Presiente.
Olvido, intencionado, o no, todos en la Escuela Naval Militar, soltaron su veneno dando rienda suelta a comentarios y suspicacias.
Es evidente que el mandatario mexicano vino a la entidad con la espada desenvainada, nunca en plan armónico, dicharachero o conciliador, como tenía acostumbrados a los ciudadanos de la entidad y al propio gobernador Herrera Beltrán.
El contenido del mensaje de Calderón en la explanada de la Escuela Naval Militar de Antón Lizardo, ratifica las grandes diferencias de don Felipe con el gobierno Fidelista.
Que Calderón en su lectura, haya resaltado exclusivamente el trabajo de inteligencia de los marinos desarticulando bandas criminales en tierras veracruzanas, manifiesta que no reconoce trabajos ni esfuerzos del régimen de Fidel Herrera.
Que en su visita el Presidente se haya referido a sonados casos delictivos cometidos por las células del crimen organizado en Veracruz, manifiesta que no ve con buenos ojos el desempeño que en materia de seguridad pública realiza la administración del gobernador Herrera Beltrán.
Si en efecto los miembros de la Armada de México han asestado golpes devastadores a los grupos criminales, cierto es que estos no hubieran podido realizarse sin la cooperación y coordinación con las distintas instancias del gobierno estatal dedicadas a la lucha contra la delincuencia organizada.
No por algo el gobernador Herrera siempre manifiesta la organización y acoplamiento con las fuerzas federales, y destaca que todos los Secretarios de Seguridad Pública de su gobierno, han sido distinguidos miembros del ejército mexicano.
Y en el mismo tenor, Fidel ha sido de los pocos mandatarios estatales que en abierto se la juega con las políticas de seguridad pública marcadas por la propia presidencia de la república.
Mientras otros gobernadores priístas por temor a ser regañados por el alto mando tricolor, guardan silencio, regatean y niegan su apoyo a la lucha anti-crimen del gobierno federal, Fidel se ha declarado aliado del Presidente cuando se trata de alcanzar beneficios comunes para el pueblo mexicano.
Claro, Fidel ha levantado la voz en forma enérgica cuando desde la complicidad del burocratismo abusivo y complaciente, se atenta contra Veracruz.
Por ser oportuno y llamándole a las agresiones federales por su nombre, Fidel ha sembrado odios, rencores y quizás celos también, en las altas esferas del gobierno de Felipe Calderón.
El Presidente Calderón no debe ser ajeno al golpeteo político-financiero que desde la federación operan contra el régimen estatal de Herrera Beltrán tratando de ahogarlo, suspendiéndole, disminuyendo o entregándole al goteo, las partidas presupuestales que por ley corresponden al gobierno de Veracruz.
Sincera o ilusamente muchos pensaron que la visita presidencial este 21 de abril resultaría benéfica para Veracruz; que Calderón seguiría pagando con “amor el amor que una vez dijo, he recibido de los veracruzanos”.
Pero olvidaron que Veracruz es escenario electoral donde se juega la gubernatura, y que su gallo, su candidato, su protegido, no tiene la mínima posibilidad de triunfo.
Acaso la inminente derrota del PAN en Veracruz es la causa de la incontrolable irritación calderonista.
¿O usted qué opina?
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