Entregar tractores a los productores para reactivar el olvidado campo veracruzano, fue una recomendación que hicieron en mayo de 2005 al gobernador Fidel Herrera, en una de varias reuniones privadas que sostuvo en una majestuosa residencia de Costa de Oro, en el municipio de Boca del Río.
Y tan buenos dividendos o negocio le ha resultado, que acaba de donar el domingo otros 150, sumando en total, según su dicho, 2 mil 500, en lo que va de su gobierno.
Lo que no entendió el joven mandatario de la sugerencia escuchada, fue que los tractores tendrían que entregárseles en forma directa a los verdaderos hombres y mujeres que producen la tierra veracruzana.
No a los coyotes ni seudo-dirigentes que, vestidos con camisa vaquera a rayas, pantalones de mezclilla y usando sombreros, se disfrazan de representantes campesinos.
Tampoco a quienes usan a los campiranos como carne de cañón, mandándolos a protestar a las calles, que se apoderen de edificios públicos, u ordenándoles que invadan propiedades privadas, empuñando siempre las armas para matar o herir a los oponentes que les atraviesen en su camino.
Es la parte, por los hechos que se observan, en la que Fidel también fingió demencia, modificando la entrega en beneficio particular, o por intereses de tipo político.
Y es lamentable.
Lejos de beneficiar a los productores, revive a los monstruos del pasado, a quienes otros gobernadores encarcelaron o prohibieron pisar suelo veracruzano por no soportarse sus atropellos y violaciones a la ley.
Ilustraré el comentario de hoy, con sólo dos ejemplos de mi extenso archivo de biografías de impunidad.
Durante décadas César del Angel Fuentes y sus 400 Pueblos, trajeron asolados a los ganaderos y pequeños propietarios del norte de Veracruz.
No había autoridad en palacio de gobierno que pusiera fin a las invasiones de ranchos y predios agrícolas que, pistola en mano cometían los militantes de dicha organización.
Muchos menos frenaban los destrozos que causaban cada vez que les venía en gana llegar a protestar a la capital Xalapa, en donde tomaban por asalto el parque Juárez para usarlo como baño personal.
Hasta que en junio de 1992 la suerte se le acabó a César del Angel.
Acusado de varios delitos, entre éstos homicidio, fue detenido en la ciudad de México, siendo trasladado al reclusorio Pacho Viejo, donde pasó su sentencia condenatoria.
Por doce años, los 400 Pueblos desaparecieron de la escena criminal de Veracruz.
La paz y tranquilidad volvió a los habitantes, productores y ganaderos de aquella zona de Veracruz.
También a los xalapeños que recuperaron sus calles y su parque de diversiones.
Margarito Montes Parra, es otro de los vivales dirigentes de campesinos y productores que han lavado con sangre los surcos de la tierra.
Usando a los militantes de la Unión General Obrera Campesina y Popular (UGOCP), ha sembrado el terror en la zona de la cuenca del Papaloapan al provocar enfrentamientos con otras organizaciones, en los que nada le importó la pérdida de vidas humanas.
Ni siquiera la de sus hermanos, quienes iban al frente de las invasiones, y que tiempo después de haberse consumado, aparecían ejecutados, presuntamente en venganza o represalia por sus actos represivos.
Coincidentemente después de la aprehensión del líder de los 400 Pueblos, Montes Parra y la UGOCP, bajaron sus acciones de zozobra a los ciudadanos que producen, y decidió auto-exiliarse “por las buenas”, refugiándose en su natal Sonora.
Sólo se dejaba ver cuando acudía a palacio estatal a solicitar apoyos para su organización, de los que se acostumbró a vivir después que su protector y principal financiador de sus actividades violentas, Raúl Salinas de Gortari, fuera detenido en febrero de 1995, acusado de la muerte de su cuñado José Francisco Ruíz Massieu.
A falta de productores agrícolas, Margarito rellenó la UGOCP de todo tipo de vendedores ambulantes, que se han convertido en un verdadero dolor de cabeza de autoridades municipales de las principales ciudades.
Muchas veces se le vio haciendo antesala en la presidencia municipal de Veracruz, esperando ser recibido por la Joserra, para pedirle lo apoyara con triciclos para sus vendedoras indígenas del zócalo jarocho, a quienes también explota.
Me causa sorpresa que hoy otra vez, en la era Fidelista, gente como César del Angel y Montes Parra, tengan autorización para regresar por sus fueros.
Y pareciera que lo hacen bajo consentimiento de quien manda en Veracruz.
A los 400 Pueblos se les permite volver a las andadas violentas, y no tardaron en empezar a provocar pánico, terror y sangre. Los actos del miércoles pasado en Alamo, no nos dejan mentir, y es un llamado a tiempo.
Mientras que a don Margarito, el gobierno Fidelista lo rescata del desierto sonorense. Con bombo y platillo lo agasaja entregándole otros 150 tractores para sus productores del campo.
Bien vale la pena preguntar.
¿Cuáles productores?
¿Dónde están?
Los únicos que tiene en su padrón de afiliados la UGOCP, son ambulantes.
O al menos que el gobernador viva engañado y también los vea como cantera de votos para su Fidelidad en 2009 y 2010 y 2012.
Así como veía a los evangelistas cuando fue sorprendido, engañado y timado por Horacio Chacón y Guillermo Trujillo, quienes le aseguraron cientos de miles de votos para el futuro.
O al menos que eso de los tractores sea otro negocio de Juan Cañitas, como el de los toros sementales que compra a un precio y los reporta al doble?
Si salpica al jefe, no pasa nada.
Como siempre, todo queda en familia.
¿O usted qué opina?
Y tan buenos dividendos o negocio le ha resultado, que acaba de donar el domingo otros 150, sumando en total, según su dicho, 2 mil 500, en lo que va de su gobierno.
Lo que no entendió el joven mandatario de la sugerencia escuchada, fue que los tractores tendrían que entregárseles en forma directa a los verdaderos hombres y mujeres que producen la tierra veracruzana.
No a los coyotes ni seudo-dirigentes que, vestidos con camisa vaquera a rayas, pantalones de mezclilla y usando sombreros, se disfrazan de representantes campesinos.
Tampoco a quienes usan a los campiranos como carne de cañón, mandándolos a protestar a las calles, que se apoderen de edificios públicos, u ordenándoles que invadan propiedades privadas, empuñando siempre las armas para matar o herir a los oponentes que les atraviesen en su camino.
Es la parte, por los hechos que se observan, en la que Fidel también fingió demencia, modificando la entrega en beneficio particular, o por intereses de tipo político.
Y es lamentable.
Lejos de beneficiar a los productores, revive a los monstruos del pasado, a quienes otros gobernadores encarcelaron o prohibieron pisar suelo veracruzano por no soportarse sus atropellos y violaciones a la ley.
Ilustraré el comentario de hoy, con sólo dos ejemplos de mi extenso archivo de biografías de impunidad.
Durante décadas César del Angel Fuentes y sus 400 Pueblos, trajeron asolados a los ganaderos y pequeños propietarios del norte de Veracruz.
No había autoridad en palacio de gobierno que pusiera fin a las invasiones de ranchos y predios agrícolas que, pistola en mano cometían los militantes de dicha organización.
Muchos menos frenaban los destrozos que causaban cada vez que les venía en gana llegar a protestar a la capital Xalapa, en donde tomaban por asalto el parque Juárez para usarlo como baño personal.
Hasta que en junio de 1992 la suerte se le acabó a César del Angel.
Acusado de varios delitos, entre éstos homicidio, fue detenido en la ciudad de México, siendo trasladado al reclusorio Pacho Viejo, donde pasó su sentencia condenatoria.
Por doce años, los 400 Pueblos desaparecieron de la escena criminal de Veracruz.
La paz y tranquilidad volvió a los habitantes, productores y ganaderos de aquella zona de Veracruz.
También a los xalapeños que recuperaron sus calles y su parque de diversiones.
Margarito Montes Parra, es otro de los vivales dirigentes de campesinos y productores que han lavado con sangre los surcos de la tierra.
Usando a los militantes de la Unión General Obrera Campesina y Popular (UGOCP), ha sembrado el terror en la zona de la cuenca del Papaloapan al provocar enfrentamientos con otras organizaciones, en los que nada le importó la pérdida de vidas humanas.
Ni siquiera la de sus hermanos, quienes iban al frente de las invasiones, y que tiempo después de haberse consumado, aparecían ejecutados, presuntamente en venganza o represalia por sus actos represivos.
Coincidentemente después de la aprehensión del líder de los 400 Pueblos, Montes Parra y la UGOCP, bajaron sus acciones de zozobra a los ciudadanos que producen, y decidió auto-exiliarse “por las buenas”, refugiándose en su natal Sonora.
Sólo se dejaba ver cuando acudía a palacio estatal a solicitar apoyos para su organización, de los que se acostumbró a vivir después que su protector y principal financiador de sus actividades violentas, Raúl Salinas de Gortari, fuera detenido en febrero de 1995, acusado de la muerte de su cuñado José Francisco Ruíz Massieu.
A falta de productores agrícolas, Margarito rellenó la UGOCP de todo tipo de vendedores ambulantes, que se han convertido en un verdadero dolor de cabeza de autoridades municipales de las principales ciudades.
Muchas veces se le vio haciendo antesala en la presidencia municipal de Veracruz, esperando ser recibido por la Joserra, para pedirle lo apoyara con triciclos para sus vendedoras indígenas del zócalo jarocho, a quienes también explota.
Me causa sorpresa que hoy otra vez, en la era Fidelista, gente como César del Angel y Montes Parra, tengan autorización para regresar por sus fueros.
Y pareciera que lo hacen bajo consentimiento de quien manda en Veracruz.
A los 400 Pueblos se les permite volver a las andadas violentas, y no tardaron en empezar a provocar pánico, terror y sangre. Los actos del miércoles pasado en Alamo, no nos dejan mentir, y es un llamado a tiempo.
Mientras que a don Margarito, el gobierno Fidelista lo rescata del desierto sonorense. Con bombo y platillo lo agasaja entregándole otros 150 tractores para sus productores del campo.
Bien vale la pena preguntar.
¿Cuáles productores?
¿Dónde están?
Los únicos que tiene en su padrón de afiliados la UGOCP, son ambulantes.
O al menos que el gobernador viva engañado y también los vea como cantera de votos para su Fidelidad en 2009 y 2010 y 2012.
Así como veía a los evangelistas cuando fue sorprendido, engañado y timado por Horacio Chacón y Guillermo Trujillo, quienes le aseguraron cientos de miles de votos para el futuro.
O al menos que eso de los tractores sea otro negocio de Juan Cañitas, como el de los toros sementales que compra a un precio y los reporta al doble?
Si salpica al jefe, no pasa nada.
Como siempre, todo queda en familia.
¿O usted qué opina?
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