Peculado y delincuencia electoral.
Son dos de los graves delitos que pesan sobre el funcionario Fidelista Salvador Manzur Díaz, por andar desviando millonarios recursos públicos en su loca carrera de proselitismo adelantado.
En su desesperado intento por ganarse la simpatía de los habitantes del distrito electoral de Boca del Río, ha gastado carretadas de dinero del pueblo en resaltar su imagen de… finos modales y gustos raros.
Inversión tirada a la basura porque su precampaña no levanta, y de ser el candidato de la Fidelidad en el 2009, será despedazado en las urnas electorales por cualquiera que sea el adversario del PAN cobijado por los Yunes.
El joven subsecretario de Ingresos del gobierno estatal sabe que su posible postulación a la diputación federal por aquel distrito nació muerta… así le meta a su activismo político todo el dinero que cada día recaudan las oficinas de hacienda estatales, que maneja como le viene en gana, sin darle cuentas a nadie…y se les entrega al tío Fide, júrelo usted amable lector que ya van más que infladas para que le cuadren.
El ex-carga maletas del gobernador Herrera no frena su derroche del erario estatal en su intentona de “llegarle al corazón a los boqueños”. Y con ello lo único que conseguirá es que le reactiven las denuncias que tiene en su contra por los posibles delitos cometidos de peculado, al desviar dinero oficial, y por ilícitos electorales, al usar recursos, infraestructura y personal del gobierno estatal en actividades proselitistas.
A finales de mayo de 2007, en forma discreta y sigilosa el ayuntamiento de Boca del Río, denunció a Manzur Díaz ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), la PGR, el IFE y la Secretaría de la Función Pública.
En la querella federal, se documentan 12 eventos políticos en los que Salvador Manzur aparece entregando diversos apoyos sociales a la población, como láminas de cartón y enseres domésticos, así como también juguetes a niños del municipio. Y en todos los actos, además del dinero, utiliza vehículos y maquinaria oficiales.
Como todo delincuente que no logra readaptarse en las cárceles para reintegrarse a la sociedad, el delfín de Fidel Herrera para el 2009 en Boca del Río, cae en la reincidencia del delito electoral, al seguir desviando recursos de los impuestos de la gente en su enfermedad por ser diputado federal.
Pero porqué nadie para el tiradero de dinero del esbirro del gobernador.
Sin contemplaciones deben aplicársele las sanciones que ordena el artículo 134 de la Constitución Federal para todos los servidores públicos violadores de la ley, al usar recursos públicos en promocionarse políticamente.
Las denuncias interpuestas hace tres meses en instancias de la Federación, que lo señalan como presunto responsable de delitos electorales y de peculado, deben agilizarse, y si se comprueba que Manzur es un hampón electoral, que se le castigue con todo el peso de la ley.
Representantes populares de tal calaña, inexpertos, frívolos, desarraigados y bajo sospecha, no merece ya la ciudadanía veracruzana.
No debe olvidarse el otro episodio vergonzoso de porro de nueva estirpe, que el año pasado presentó al electorado el funcionario de la Secretaría de Finanzas y Planeación.
La madrugada del 13 de octubre de 2007, junto a otras connotadas creaciones políticas de la Fidelidad, participó en actos de vandalismo juvenil al derribar la estatua que, en honor al ex -presidente Fox, inauguraría horas más tarde el entonces alcalde de Boca del Río, el panista Francisco Gutiérrez de Velasco.
En los videos que muestran el salvajismo manipulado, se observa a un Manzur Díaz, relajado, sonriente y malicioso contemplando otras de sus obras consumadas…”Para que el patrón esté contento”, cuentan que dijo aquella mañana de sábado.
Y… ¿De verdad Fidel estará encantado con el trabajo recaudador de Manzur que quiere hacerlo legislador?
Será tanto el cariño que siente por él que por eso lo está enviando a un distrito electoral donde van a devorárselo los Yunes.
Hasta el neófito político piensa que más bien Fidel lo que busca es deshacerse de aquel niño fresa, estudiante del Colón que un día se le acercó para pedirle la chamba de cargador de portafolios.
¿O usted qué opina?
Son dos de los graves delitos que pesan sobre el funcionario Fidelista Salvador Manzur Díaz, por andar desviando millonarios recursos públicos en su loca carrera de proselitismo adelantado.
En su desesperado intento por ganarse la simpatía de los habitantes del distrito electoral de Boca del Río, ha gastado carretadas de dinero del pueblo en resaltar su imagen de… finos modales y gustos raros.
Inversión tirada a la basura porque su precampaña no levanta, y de ser el candidato de la Fidelidad en el 2009, será despedazado en las urnas electorales por cualquiera que sea el adversario del PAN cobijado por los Yunes.
El joven subsecretario de Ingresos del gobierno estatal sabe que su posible postulación a la diputación federal por aquel distrito nació muerta… así le meta a su activismo político todo el dinero que cada día recaudan las oficinas de hacienda estatales, que maneja como le viene en gana, sin darle cuentas a nadie…y se les entrega al tío Fide, júrelo usted amable lector que ya van más que infladas para que le cuadren.
El ex-carga maletas del gobernador Herrera no frena su derroche del erario estatal en su intentona de “llegarle al corazón a los boqueños”. Y con ello lo único que conseguirá es que le reactiven las denuncias que tiene en su contra por los posibles delitos cometidos de peculado, al desviar dinero oficial, y por ilícitos electorales, al usar recursos, infraestructura y personal del gobierno estatal en actividades proselitistas.
A finales de mayo de 2007, en forma discreta y sigilosa el ayuntamiento de Boca del Río, denunció a Manzur Díaz ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), la PGR, el IFE y la Secretaría de la Función Pública.
En la querella federal, se documentan 12 eventos políticos en los que Salvador Manzur aparece entregando diversos apoyos sociales a la población, como láminas de cartón y enseres domésticos, así como también juguetes a niños del municipio. Y en todos los actos, además del dinero, utiliza vehículos y maquinaria oficiales.
Como todo delincuente que no logra readaptarse en las cárceles para reintegrarse a la sociedad, el delfín de Fidel Herrera para el 2009 en Boca del Río, cae en la reincidencia del delito electoral, al seguir desviando recursos de los impuestos de la gente en su enfermedad por ser diputado federal.
Pero porqué nadie para el tiradero de dinero del esbirro del gobernador.
Sin contemplaciones deben aplicársele las sanciones que ordena el artículo 134 de la Constitución Federal para todos los servidores públicos violadores de la ley, al usar recursos públicos en promocionarse políticamente.
Las denuncias interpuestas hace tres meses en instancias de la Federación, que lo señalan como presunto responsable de delitos electorales y de peculado, deben agilizarse, y si se comprueba que Manzur es un hampón electoral, que se le castigue con todo el peso de la ley.
Representantes populares de tal calaña, inexpertos, frívolos, desarraigados y bajo sospecha, no merece ya la ciudadanía veracruzana.
No debe olvidarse el otro episodio vergonzoso de porro de nueva estirpe, que el año pasado presentó al electorado el funcionario de la Secretaría de Finanzas y Planeación.
La madrugada del 13 de octubre de 2007, junto a otras connotadas creaciones políticas de la Fidelidad, participó en actos de vandalismo juvenil al derribar la estatua que, en honor al ex -presidente Fox, inauguraría horas más tarde el entonces alcalde de Boca del Río, el panista Francisco Gutiérrez de Velasco.
En los videos que muestran el salvajismo manipulado, se observa a un Manzur Díaz, relajado, sonriente y malicioso contemplando otras de sus obras consumadas…”Para que el patrón esté contento”, cuentan que dijo aquella mañana de sábado.
Y… ¿De verdad Fidel estará encantado con el trabajo recaudador de Manzur que quiere hacerlo legislador?
Será tanto el cariño que siente por él que por eso lo está enviando a un distrito electoral donde van a devorárselo los Yunes.
Hasta el neófito político piensa que más bien Fidel lo que busca es deshacerse de aquel niño fresa, estudiante del Colón que un día se le acercó para pedirle la chamba de cargador de portafolios.
¿O usted qué opina?
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