La inseguridad pública en Veracruz, es un pulpo de mil cabezas.
¿Por dónde empezar?
Representa el gran dilema para las autoridades estatales…es como buscar una aguja en un pajar.
Y mientras tanto, se seguirán dando palos de ciegos buscando cómo capturar o ahuyentar de la entidad a los malosos que decidieron trasladar sus operaciones a Veracruz, una vez llegada la Fidelidad al gobierno estatal.
-“Veracruz es el estado de todos”, rezaba aquel primer slogan televisivo que anunciaba el arribo al poder de un nuevo gobernador.
Y las bandas criminales dedicadas a cometer todo tipo de delitos, no despreciaron la invitación y se mudaron a la entidad que hoy mantienen al borde del colapso productivo.
Los hombres del dinero, como son los empresarios, industriales y hasta los políticos que han acumulado fortunas bajo sospechas, viven momentos de tensión y se quejan de la ola de violencia y falta de seguridad que, desde hace cuatro años se acrecentó en Veracruz.
Cuentan que hace algunos meses un eterno y acaudalado dirigente electricista de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, llamó vía telefónica a un alto funcionario del gobierno estatal para quejarse del “levantón” que había sufrido un hermano suyo.
En tono molesto y bravucón, reclamó a su interlocutor de palacio de gobierno que lo escuchaba:
-“Son putas madres lo que le hacen a mi familia…nosotros toda la vida hemos apoyado al PRI y… ¿Con esto nos pagan?
Una vez derrochada la ira del líder de la Comisión Federal de Electricidad, del otro lado del teléfono, una voz paciente y amena, sólo contestó:
-“Con toda exactitud tu hermano andaba en malos pasos…ustedes tienen antecedentes de ser una gran mafia que cobra a las industrias y comercios sus cuotas especiales por los diablitos que ustedes mismos colocan para robarse la energía.”
El representante sindical, no supo qué decir…balbuceó…la lengua se le estranguló y decidió, sin despedirse, concluir con esa llamada.
Historias de sobornos, chantajes o de complicidades y el nacimiento de la noche a la mañana de nuevos millonarios, poseedores de incalculables fortunas que huelen a corrupción, parecieran ser el objetivo común de los actos delictivos en la entidad.
El ciudadano común y corriente que se gana el pan diario para su hogar en forma honesta y transparente, sigue su rutina sin sufrir ningún sobresalto.
Cualesquiera que sean los motivos de las bandas para delinquir, no se justifican…y para combatirlas, la autoridad competente debe aceptar su existencia.
No caben ya cuentos alegres del secretario de gobierno Reynaldo Escobar diciendo que Veracruz está en “paz y tranquilo”, tratando de ocultar que la paz que viven los veracruzanos, es la de los sepulcros, la misma que en la época de Porfirio Díaz.
A lo dicho por el empresario Alejandro Martí el día de la reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública encabezada por el presidente Calderón, faltó un agregado…”Inútiles, si no pueden renuncien”…señalamiento público que caló muy hondo en los gobernadores, a pesar que algunos se hicieron los locos.
En territorio fiel está pesando mucho la advertencia que hiciera el padre del infante secuestrado y luego asesinado en la ciudad de México.
Todos los que tienen que ver con el aparato de seguridad estatal, desesperados se jalan los pelos por el reto de dar resultado, adquirido en forma obligada, en Palacio Nacional.
Y no es para menos.
Recobrar la seguridad a la ciudadanía, está en chino…es como armar un gigantesco rompecabezas, en el que muchas de las piezas, a pesar de existir, una mano cómplice y muy poderosa, las oculta.
Es un secreto a voces que muy pocos se atreven a escuchar.
Como periodista, muchas veces he puesto el dedo en la llaga y vaya si ha salido pus…Y en algunos de esos casos, “hombres honorables”, llamados así por el gobernador de Veracruz, se molestan y se dicen calumniados…pero no aportan soporte que eche abajo mi investigación reporteril.
En base a esos antecedentes de ejercer el poder en la era Fidelista, por el momento, a quienes han soltado las campanas al vuelo anunciando qué harán para combatir al hampa, yo les pregunto:
¿Se alcanzará la seguridad en el estado cuando se presume que las armas para cometer los delitos son transportadas en las patrullas de la propia policía?
Del caso Karina Reyes, empieza a salir la pudedumbre por la prisa oficial para dar como “resuelto” el secuestro y homicidio ante la presión del Vaticano…Por lo que también cuestiono:
¿Hasta dónde es cierto que el mismo alto funcionario del gobierno estatal que hablara con el líder electricista, fue amenazado con una pistola en la cien derecha durante una reunión entre bandas, por andar fabricando culpables?
¿O usted qué opina?
¿Por dónde empezar?
Representa el gran dilema para las autoridades estatales…es como buscar una aguja en un pajar.
Y mientras tanto, se seguirán dando palos de ciegos buscando cómo capturar o ahuyentar de la entidad a los malosos que decidieron trasladar sus operaciones a Veracruz, una vez llegada la Fidelidad al gobierno estatal.
-“Veracruz es el estado de todos”, rezaba aquel primer slogan televisivo que anunciaba el arribo al poder de un nuevo gobernador.
Y las bandas criminales dedicadas a cometer todo tipo de delitos, no despreciaron la invitación y se mudaron a la entidad que hoy mantienen al borde del colapso productivo.
Los hombres del dinero, como son los empresarios, industriales y hasta los políticos que han acumulado fortunas bajo sospechas, viven momentos de tensión y se quejan de la ola de violencia y falta de seguridad que, desde hace cuatro años se acrecentó en Veracruz.
Cuentan que hace algunos meses un eterno y acaudalado dirigente electricista de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, llamó vía telefónica a un alto funcionario del gobierno estatal para quejarse del “levantón” que había sufrido un hermano suyo.
En tono molesto y bravucón, reclamó a su interlocutor de palacio de gobierno que lo escuchaba:
-“Son putas madres lo que le hacen a mi familia…nosotros toda la vida hemos apoyado al PRI y… ¿Con esto nos pagan?
Una vez derrochada la ira del líder de la Comisión Federal de Electricidad, del otro lado del teléfono, una voz paciente y amena, sólo contestó:
-“Con toda exactitud tu hermano andaba en malos pasos…ustedes tienen antecedentes de ser una gran mafia que cobra a las industrias y comercios sus cuotas especiales por los diablitos que ustedes mismos colocan para robarse la energía.”
El representante sindical, no supo qué decir…balbuceó…la lengua se le estranguló y decidió, sin despedirse, concluir con esa llamada.
Historias de sobornos, chantajes o de complicidades y el nacimiento de la noche a la mañana de nuevos millonarios, poseedores de incalculables fortunas que huelen a corrupción, parecieran ser el objetivo común de los actos delictivos en la entidad.
El ciudadano común y corriente que se gana el pan diario para su hogar en forma honesta y transparente, sigue su rutina sin sufrir ningún sobresalto.
Cualesquiera que sean los motivos de las bandas para delinquir, no se justifican…y para combatirlas, la autoridad competente debe aceptar su existencia.
No caben ya cuentos alegres del secretario de gobierno Reynaldo Escobar diciendo que Veracruz está en “paz y tranquilo”, tratando de ocultar que la paz que viven los veracruzanos, es la de los sepulcros, la misma que en la época de Porfirio Díaz.
A lo dicho por el empresario Alejandro Martí el día de la reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública encabezada por el presidente Calderón, faltó un agregado…”Inútiles, si no pueden renuncien”…señalamiento público que caló muy hondo en los gobernadores, a pesar que algunos se hicieron los locos.
En territorio fiel está pesando mucho la advertencia que hiciera el padre del infante secuestrado y luego asesinado en la ciudad de México.
Todos los que tienen que ver con el aparato de seguridad estatal, desesperados se jalan los pelos por el reto de dar resultado, adquirido en forma obligada, en Palacio Nacional.
Y no es para menos.
Recobrar la seguridad a la ciudadanía, está en chino…es como armar un gigantesco rompecabezas, en el que muchas de las piezas, a pesar de existir, una mano cómplice y muy poderosa, las oculta.
Es un secreto a voces que muy pocos se atreven a escuchar.
Como periodista, muchas veces he puesto el dedo en la llaga y vaya si ha salido pus…Y en algunos de esos casos, “hombres honorables”, llamados así por el gobernador de Veracruz, se molestan y se dicen calumniados…pero no aportan soporte que eche abajo mi investigación reporteril.
En base a esos antecedentes de ejercer el poder en la era Fidelista, por el momento, a quienes han soltado las campanas al vuelo anunciando qué harán para combatir al hampa, yo les pregunto:
¿Se alcanzará la seguridad en el estado cuando se presume que las armas para cometer los delitos son transportadas en las patrullas de la propia policía?
Del caso Karina Reyes, empieza a salir la pudedumbre por la prisa oficial para dar como “resuelto” el secuestro y homicidio ante la presión del Vaticano…Por lo que también cuestiono:
¿Hasta dónde es cierto que el mismo alto funcionario del gobierno estatal que hablara con el líder electricista, fue amenazado con una pistola en la cien derecha durante una reunión entre bandas, por andar fabricando culpables?
¿O usted qué opina?
No hay comentarios:
Publicar un comentario