El tío Fide lo sabe y por ello busca sustituto, uno que en realidad tenga experiencia, capacidad y talentos políticos para apaciguar los vendavales con rachas violentas que se avecinan.
Las contiendas electorales que vienen serán la madre de todas las batallas, por lo que se requiere de un verdadero operador, que vea la realidad política que enfrentará Veracruz y no todo se le vaya en triunfalismos.
El Partido Acción Nacional vendrá con todo al proceso federal intermedio; inyectarán costales de dinero a sus 21 candidatos en la entidad; se habla de 800 millones de pesos para cada uno de ellos.
Al menos eso es lo que andan comentando algunos distinguidos panistas del puerto jarocho, quienes aseguran que todo el billetote saldrá, una parte del gobierno federal y otra de los ayuntamientos que administra el PAN.
Y no es para menos esa intentona financiera blanquiazul en Veracruz buscando comprar el voto de los veracruzanos, principalmente porque el alto mando sabe que si otra vez son masacrados en las urnas por la ola roja, tendrán que olvidarse de la gubernatura en 2010.
El joven e inexperto dirigente estatal del PAN, Enrique Cambranis ha echado las campanas al vuelo diciendo que “ganaremos, por lo menos, 13 diputaciones federales”; de no conseguirlo, prometió renunciar al liderazgo que le heredó el Pipo Vázquez.
Yo lo veo en chino que los abanderados azules puedan alcanzar tal hazaña; no les doy más de tres triunfos, y eso si bien les va con todo ese divisionismo, chismes y actos de corrupción que se traen al interior de Acción Nacional.
Al menos por ese lado, el gobernador Herrera sabe que la crisis de credibilidad que enfrenta el PAN, beneficia a su partido el Revolucionario Institucional, además que él pavimenta el camino todos los días para seguir acumulando más triunfos electorales.
Fidel sabe su juego y apuesta todo su capital político ganado en los cuatro años al agradecimiento de la gente que, nuevamente podría verse reflejado en las urnas el próximo julio.
Sin embargo, como todo zorro de la política, el mandatario veracruzano no subestima a sus enemigos políticos, menos al principal de ellos, al que despacha en el ISSSTE, quien ante comentarios de su enfriamiento en que el cayó su precampaña, prepara evento multitudinario como muestra que siguen vivas sus aspiraciones de gobernar Veracruz.
Al gobernador del estado no le preocupan quiénes serán los candidatos del PAN a los 21 escaños legislativos federales; lo que le quita el sueño es la guerra sucia que podría desatarse desacreditándolo a él y a su administración.
Al parecer, el actual secretario de Gobierno se convertiría en blanco fácil de los embates panistas, no por el odio a muerte que trae con su sobrino el Pipo Vázquez, sino por las presuntas relaciones peligrosas con bandas del crimen organizado que operan en el estado, que le han dejado jugosas ganancias, que argumenta haber ganado como exitoso abogado litigante.
Por esa tenebra alrededor de su colaborador, Fidel vino dándole vueltas al asunto del relevo en la Secretaría de Gobierno; ha postergado el cambio en varias ocasiones, pero al parecer quiere iniciar 2009 con un nuevo responsable de la política interna estatal.
Hasta el viernes pasado el candidato idóneo a ocupar la segunda oficina de mayor importancia en el gobierno estatal, era el notario público de la ciudad de México, Ignacio Morales Lechuga, quien ya desempeñó el cargo de secretario de Gobierno en el sexenio del gobernador Agustín Acosta Lagunes.
Gobernar Veracruz ha sido el sueño imposible de alcanzar del buen Nacho; y fue la razón principal por la que hizo mantener la posibilidad que aceptaría venir a colaborar en el gobierno Fidelista…y desde luego, pensar en el 2010.
Desde el momento mismo que desde palacio de gobierno ordenaron se filtrara la llegada de Morales Lechuga a la Secretaría de Gobierno, surtió el efecto esperado; la clase política estatal coincidió que el posible nombramiento llevaba mensaje dirigido a los agresores del pasado; en especial para quien ordenó un día tormentoso en Poza Rica.
Sin embargo, el extitular de la PGR en la época salinista, ha declinado la invitación.
El sábado último estuvo aquí en Xalapa; su breve estancia la aprovechó para confiar a un amigo suyo que no viene al régimen estatal; que “esa oficina (la SG) está convertida en un polvorín”.
Sus motivos fundados tendrá Morales Lechuga para expresarse como lo hizo de dicha secretaría de despacho; es un político que se mantiene muy bien informado.
Por lo pronto, ha causado que…
“Siga buscándose un nuevo secretario de Gobierno”.