¿Dinero del narcotráfico en el PRI de Veracruz?
Qué otra explicación puede darse con la llegada del presunto indiciado Jorge Alejandro Carvallo Delfín, a la dirigencia estatal del partido tricolor.
O más bien dicho, cuál es el argumento, miedo o temor del gobernador Fidel Herrera Beltrán para seguir protegiendo a Carvallo, cuando está informado de su vinculación al crimen organizado, por fungir como uno de sus principales prestanombres operativos en Veracruz y otras entidades del país.
El mandatario veracruzano conoce de cabo a rabo cada una de las actividades ilícitas en las que Carvallo se encuentra involucrado; sabe a detalle de los inmuebles, terrenos y hoteles, propiedad legítima de personajes de la mafia, pero inscritos bajo el nombre del futuro líder del PRI, que lo hacen poseedor de una incalculable pero también inexplicable fortuna.
Por esa riqueza amasada en los últimos dos años, Carvallo es investigado por la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO); la indagatoria sigue abierta buscando más elementos incriminatorios.
Y lo grave del asunto es que el propio Fidel tiene en sus manos las pruebas irrefutables que involucran a Carvallo Delfín en negocios turbios tipificados como delito federal; cuando Jorge sea llamado a cuentas por la PGR o la SIEDO, no podrá decirse sorprendido, desilusionado o engañado de su caballo de Troya, como es su estilo personal de ejercer el poder.
Tampoco tendrá tiempo Fidel para fingir demencia y hacerse el loco, arte en las que realmente sí tiene el grado de Doctor, no como el que busca obtener en Derecho sin asistir siquiera a clases.
Yo me pregunto:
¿Qué le sabe Carvallo a Fidel; qué comparten, secretos o complicidades, de qué tamaño es el mutuo encubrimiento y hasta dónde se encuentra involucrado el propio gobernador?
Sigo sin encontrar una explicación lógica.
Lo que se viene a mi mente es el proceso electoral de 2004 rumbo a la gubernatura del estado, en el que hubo graves señalamientos del PAN que afirmaban el uso de dinero del narcotráfico en la campaña del entonces candidato del PRI, Fidel Herrera.
Recuerdo la respuesta de entonces del tío Fide negando la acusación:
-“No conozco a ningún narco, pero tengo muchos amigos nacos”.
Momentáneamente Iluminado vuelvo a preguntarme:
¿Quién es Jorge Alejandro Carvallo Delfín para el señor gobernador; amigo naco, o narco?
Porque vuelvo a reiterarlo, por si quedan dudas sueltas “sin entender o comprender”… Las pruebas testimoniales que involucran a Carvallo con siniestros personajes de la delincuencia criminal, las vio una y otra vez mi querido amigo el gobernador.
¿Qué falta para que Fidel les de credibilidad y ponga distancia de su amigo, porque él decía en julio de 2004, siendo candidato a gobernador, que no conocía a ningún narco?
Lejos de alejarse de esas amistades peligrosas, el joven gobernante de Veracruz las apapacha y proyecta como la esperanza salvadora del PRI en las contiendas electorales que vienen.
Ayer en el puerto jarocho dio todo su apoyo al simulador Carvallo para que vaya a dirigir al PRI estatal. “Es la persona adecuada y con capacidad probada para sacar adelante el proceso electoral que se avecina”; los cuadros del partido se han pronunciado por el compañero Carvallo Delfín y Carla Rodríguez”, dijo.
De qué capacidad probada en Carvallo, habló el gobernador.
¿De la que tiene para hacer negocios sirviendo de prestanombres al crimen organizado?
A qué cuadros del partido que apoyan a Carvallo, se refirió el mandatario estatal.
¿A los que les renta sus nombres y apellidos para esconder fortunas de dudosa procedencia?
¿O usted qué opina?
P.D. Sigo esperando para aclarar dudas de lo que aquí escribo.
Qué otra explicación puede darse con la llegada del presunto indiciado Jorge Alejandro Carvallo Delfín, a la dirigencia estatal del partido tricolor.
O más bien dicho, cuál es el argumento, miedo o temor del gobernador Fidel Herrera Beltrán para seguir protegiendo a Carvallo, cuando está informado de su vinculación al crimen organizado, por fungir como uno de sus principales prestanombres operativos en Veracruz y otras entidades del país.
El mandatario veracruzano conoce de cabo a rabo cada una de las actividades ilícitas en las que Carvallo se encuentra involucrado; sabe a detalle de los inmuebles, terrenos y hoteles, propiedad legítima de personajes de la mafia, pero inscritos bajo el nombre del futuro líder del PRI, que lo hacen poseedor de una incalculable pero también inexplicable fortuna.
Por esa riqueza amasada en los últimos dos años, Carvallo es investigado por la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO); la indagatoria sigue abierta buscando más elementos incriminatorios.
Y lo grave del asunto es que el propio Fidel tiene en sus manos las pruebas irrefutables que involucran a Carvallo Delfín en negocios turbios tipificados como delito federal; cuando Jorge sea llamado a cuentas por la PGR o la SIEDO, no podrá decirse sorprendido, desilusionado o engañado de su caballo de Troya, como es su estilo personal de ejercer el poder.
Tampoco tendrá tiempo Fidel para fingir demencia y hacerse el loco, arte en las que realmente sí tiene el grado de Doctor, no como el que busca obtener en Derecho sin asistir siquiera a clases.
Yo me pregunto:
¿Qué le sabe Carvallo a Fidel; qué comparten, secretos o complicidades, de qué tamaño es el mutuo encubrimiento y hasta dónde se encuentra involucrado el propio gobernador?
Sigo sin encontrar una explicación lógica.
Lo que se viene a mi mente es el proceso electoral de 2004 rumbo a la gubernatura del estado, en el que hubo graves señalamientos del PAN que afirmaban el uso de dinero del narcotráfico en la campaña del entonces candidato del PRI, Fidel Herrera.
Recuerdo la respuesta de entonces del tío Fide negando la acusación:
-“No conozco a ningún narco, pero tengo muchos amigos nacos”.
Momentáneamente Iluminado vuelvo a preguntarme:
¿Quién es Jorge Alejandro Carvallo Delfín para el señor gobernador; amigo naco, o narco?
Porque vuelvo a reiterarlo, por si quedan dudas sueltas “sin entender o comprender”… Las pruebas testimoniales que involucran a Carvallo con siniestros personajes de la delincuencia criminal, las vio una y otra vez mi querido amigo el gobernador.
¿Qué falta para que Fidel les de credibilidad y ponga distancia de su amigo, porque él decía en julio de 2004, siendo candidato a gobernador, que no conocía a ningún narco?
Lejos de alejarse de esas amistades peligrosas, el joven gobernante de Veracruz las apapacha y proyecta como la esperanza salvadora del PRI en las contiendas electorales que vienen.
Ayer en el puerto jarocho dio todo su apoyo al simulador Carvallo para que vaya a dirigir al PRI estatal. “Es la persona adecuada y con capacidad probada para sacar adelante el proceso electoral que se avecina”; los cuadros del partido se han pronunciado por el compañero Carvallo Delfín y Carla Rodríguez”, dijo.
De qué capacidad probada en Carvallo, habló el gobernador.
¿De la que tiene para hacer negocios sirviendo de prestanombres al crimen organizado?
A qué cuadros del partido que apoyan a Carvallo, se refirió el mandatario estatal.
¿A los que les renta sus nombres y apellidos para esconder fortunas de dudosa procedencia?
¿O usted qué opina?
P.D. Sigo esperando para aclarar dudas de lo que aquí escribo.
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