Y no es para menos.
El Partido Acción Nacional se encuentra fracturado por los grupos que disputan las parcelas de poder concesionadas durante la dirigencia del Pipo Vázquez Cuevas.
El Partido de la Revolución Democrática es un verdadero desastre, no tiene pies ni cabeza, está paralizado, ha perdido sus cuadros básicos y carece de candidatos triunfadores.
Los partidos restantes están a la cosecha de lo que les caiga.
Dante Delgado y su Convergencia; los Fernández ecologistas; Manuel Laborde y su Partido Revolucionario Veracruzano; los Elbistas del Nueva Alianza y las viudas del Cheque Flores del Partido del Trabajo, no tienen nada que hacer en el proceso federal del próximo año.
Subsistirán a las elecciones intermedias dependiendo de los amarres que hagan con el PRI, PAN y PRD; si van solos a la aventura irán directos a su muerte política.
No hay vuelta de hoja.
Por un lado el gobernador Fidel Herrera continúa con su peregrinar por todos los rincones de la geografía veracruzana, sigue estando cerca de la gente, y no bajará el acelerador en lo que resta de su administración.
Y por el otro, los propios actores de las distintas fuerzas políticas de la entidad se han encargado, con sus acciones de rapiña, de abonar a favor de la marea roja que en los comicios locales de septiembre pasado los masacró electoralmente.
Los herederos del poder en el comité directivo estatal del PAN resultaron ser integrantes de una banda de de pillos, que hoy andan a la greña protagonizando escenitas de verduleros por los cotos de poder y la ambición del billete.
Desde la cámara local de diputados un grupito de siete legisladores hicieron equipo con el dirigente Enrique Cambranis para usar al partido y a las delegaciones federales como instrumentos para amasar fortuna.
Son los mismos que confabulados con Cambranis, decidieron los nombres de los candidatos a presidentes municipales en el 2007 y que ellos, como aspirantes a diputados, los arrastraron al fracaso, llevándose entre las patas a su partido que desapareció de la escena política estatal.
Además de las 22 diputaciones y las principales alcaldías, en forma por demás vergonzante el PAN perdió en los ayuntamientos casi todas las posiciones edilicias que había ganado en el 2004. En los que tenía hasta siete regidurías se quedó con tres; donde mantenía cuatro, los votos sólo le dieron una, y en aquellos que venía conservando tres, se quedó sin ninguna.
Y los causantes de esa catástrofe electoral del PAN en Veracruz en el 2007, tienen nombres y apellidos.
Ocupan hoy una curul que nunca soñaron tener, porque el trabajo de unos dentro del partido era hacerla de carga-maletas o de lleva y trae, mientras que los otros venían arrastrando una estela de corrupción como presidentes municipales de Tantoyuca, Villa Azueta y Atzalan.
Y como se adueñaron del PAN serán los que manejen el proceso federal recomendando a sus amigos, compadres o familiares.
Llama mi atención que algunos de esos legisladores panistas causantes de la desgracia azul el año pasado, como Tito Delfín Cano, salgan a la palestra a criticar al gobernador Herrera, diciendo que el Cuarto Informe de gobierno será un “documento plagado de cifras alegres y datos inflados”.
Qué cinismo y falta de memoria de don Tito, en Azueta, cuando fue alcalde reportaba obras de 5 o 10 millones terminadas y ni siquiera las había iniciado, como caminos vecinales rehabilitados o asfaltados. Cuentan sus paisanos que llegó a la presidencia con una mano atrás y otra adelante, y salió multimillonario.
Por su parte el PRD nacional no sale del atolladero, los chuchistas y los pejistas se están dando con todo, y la publicación de la lista de los presuntos traidores de México al aprobar la reforma energética ahondará las heridas.
Ese desquebrajamiento político en la cúpula nacional trae graves repercusiones en el estado, que convierten al PRD en un partido que nada tiene que ofrecer al electorado veracruzano.
Y peor le irá al Sol Azteca en Veracruz mientras prevalezca el cacicazgo de Arturo Hérviz Reyes, quien por cierto ayer vino a leer la Carta a Eufemia como documento de labores legislativas.
En cuanto al senador Dante Delgado y su Convergencia, dicen sus amigos que le preocupó que le recordaran que “él ya sirvió a Veracruz”; siente que la alianza con el PRI se le escapa de las manos.
DEL PRV, PT, PVEM y el PNAL, ni gastar hormones dedicándoles una sola línea, están para llorar…pero qué bueno resulta como negocio familiar.
Bajo ese escenario político, el PRI de la Fidelidad por Veracruz no tiene enemigo de peligro enfrente, por lo que, de las 21 diputaciones federales a disputarse, mínimo 18 están más que amarradas.
Lo desagradable será que muchos desleales que usaron el cargo para enriquecerse traicionando a Veracruz y al gobernador Fidel Herrera, alcanzarán una curul en San Lázaro, no porque vayan a ganarla en las urnas por méritos propios, sino porque el tío Fide con su trabajo se las pondrá en bandeja de plata.
¿Se la merecerán?
¿ O usted qué opina?
El Partido Acción Nacional se encuentra fracturado por los grupos que disputan las parcelas de poder concesionadas durante la dirigencia del Pipo Vázquez Cuevas.
El Partido de la Revolución Democrática es un verdadero desastre, no tiene pies ni cabeza, está paralizado, ha perdido sus cuadros básicos y carece de candidatos triunfadores.
Los partidos restantes están a la cosecha de lo que les caiga.
Dante Delgado y su Convergencia; los Fernández ecologistas; Manuel Laborde y su Partido Revolucionario Veracruzano; los Elbistas del Nueva Alianza y las viudas del Cheque Flores del Partido del Trabajo, no tienen nada que hacer en el proceso federal del próximo año.
Subsistirán a las elecciones intermedias dependiendo de los amarres que hagan con el PRI, PAN y PRD; si van solos a la aventura irán directos a su muerte política.
No hay vuelta de hoja.
Por un lado el gobernador Fidel Herrera continúa con su peregrinar por todos los rincones de la geografía veracruzana, sigue estando cerca de la gente, y no bajará el acelerador en lo que resta de su administración.
Y por el otro, los propios actores de las distintas fuerzas políticas de la entidad se han encargado, con sus acciones de rapiña, de abonar a favor de la marea roja que en los comicios locales de septiembre pasado los masacró electoralmente.
Los herederos del poder en el comité directivo estatal del PAN resultaron ser integrantes de una banda de de pillos, que hoy andan a la greña protagonizando escenitas de verduleros por los cotos de poder y la ambición del billete.
Desde la cámara local de diputados un grupito de siete legisladores hicieron equipo con el dirigente Enrique Cambranis para usar al partido y a las delegaciones federales como instrumentos para amasar fortuna.
Son los mismos que confabulados con Cambranis, decidieron los nombres de los candidatos a presidentes municipales en el 2007 y que ellos, como aspirantes a diputados, los arrastraron al fracaso, llevándose entre las patas a su partido que desapareció de la escena política estatal.
Además de las 22 diputaciones y las principales alcaldías, en forma por demás vergonzante el PAN perdió en los ayuntamientos casi todas las posiciones edilicias que había ganado en el 2004. En los que tenía hasta siete regidurías se quedó con tres; donde mantenía cuatro, los votos sólo le dieron una, y en aquellos que venía conservando tres, se quedó sin ninguna.
Y los causantes de esa catástrofe electoral del PAN en Veracruz en el 2007, tienen nombres y apellidos.
Ocupan hoy una curul que nunca soñaron tener, porque el trabajo de unos dentro del partido era hacerla de carga-maletas o de lleva y trae, mientras que los otros venían arrastrando una estela de corrupción como presidentes municipales de Tantoyuca, Villa Azueta y Atzalan.
Y como se adueñaron del PAN serán los que manejen el proceso federal recomendando a sus amigos, compadres o familiares.
Llama mi atención que algunos de esos legisladores panistas causantes de la desgracia azul el año pasado, como Tito Delfín Cano, salgan a la palestra a criticar al gobernador Herrera, diciendo que el Cuarto Informe de gobierno será un “documento plagado de cifras alegres y datos inflados”.
Qué cinismo y falta de memoria de don Tito, en Azueta, cuando fue alcalde reportaba obras de 5 o 10 millones terminadas y ni siquiera las había iniciado, como caminos vecinales rehabilitados o asfaltados. Cuentan sus paisanos que llegó a la presidencia con una mano atrás y otra adelante, y salió multimillonario.
Por su parte el PRD nacional no sale del atolladero, los chuchistas y los pejistas se están dando con todo, y la publicación de la lista de los presuntos traidores de México al aprobar la reforma energética ahondará las heridas.
Ese desquebrajamiento político en la cúpula nacional trae graves repercusiones en el estado, que convierten al PRD en un partido que nada tiene que ofrecer al electorado veracruzano.
Y peor le irá al Sol Azteca en Veracruz mientras prevalezca el cacicazgo de Arturo Hérviz Reyes, quien por cierto ayer vino a leer la Carta a Eufemia como documento de labores legislativas.
En cuanto al senador Dante Delgado y su Convergencia, dicen sus amigos que le preocupó que le recordaran que “él ya sirvió a Veracruz”; siente que la alianza con el PRI se le escapa de las manos.
DEL PRV, PT, PVEM y el PNAL, ni gastar hormones dedicándoles una sola línea, están para llorar…pero qué bueno resulta como negocio familiar.
Bajo ese escenario político, el PRI de la Fidelidad por Veracruz no tiene enemigo de peligro enfrente, por lo que, de las 21 diputaciones federales a disputarse, mínimo 18 están más que amarradas.
Lo desagradable será que muchos desleales que usaron el cargo para enriquecerse traicionando a Veracruz y al gobernador Fidel Herrera, alcanzarán una curul en San Lázaro, no porque vayan a ganarla en las urnas por méritos propios, sino porque el tío Fide con su trabajo se las pondrá en bandeja de plata.
¿Se la merecerán?
¿ O usted qué opina?
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