¿Qué más sigue señor gobernador Fidel Herrera?
Se preguntan los millones de veracruzanos que son víctimas de los transportistas cada vez que a estos señores, impunemente se les ocurre paralizar el servicio de pasajeros.
Y no es para menos el cuestionamiento público.
Los últimos cuatro años el pueblo de Veracruz ha venido viviendo en medio del terror de las balas y la sangre, el miedo a los secuestros por rescate, y a la zozobra de los levantones para ser extorsionados.
Todo en paquete y a plena luz del día. No se salva nadie, así habite en cualquier ciudad importante o en una congregación apartada de la geografía estatal.
Y todo, a partir de diciembre de 2004 con la llegada del Fidelismo al gobierno del estado.
Por la incertidumbre de la inseguridad pública que le ha tocado vivir, ayer lunes la ciudadanía no pudo aguantar más y explotó.
El caos provocado por el segundo paro camionero que de nueva cuenta paralizó la entidad, fue la gota que derramó el vaso.
La gente de trabajo, el niño de primaria o secundaria, los universitarios, las amas de casa, los comerciantes, en fin, todos los que resultan afectados por la falta de autobuses en qué transportarse, recriminaron la complacencia de las autoridades estatales en las acciones criminales que realizan los camioneros.
El gobierno de Herrera Beltrán se aparta de la aplicación estricta de la ley a los cocesionarios del transporte de pasajeros que la violan al dejar sin el servicio a la población.
En ocasión del primer paro transportista el pasado lunes 12 de enero, el propio gobernador salió a la palestra con otros de sus cuentos, advirtiendo…
“No permitiré otro paro de camiones en Veracruz, que los transportistas busquen resultados a sus demandas por la vía jurídica”.
Su bocón de cabecera Reynaldo Escobar, buscando recuperar las simpatías del jefe, “amenazó con requisar el transporte de pasajeros si los concesionarios insistían en otro paro”.
Fidel y su secretario de gobierno, fueron ignorados en cumplimiento al pacto de complicidades que tienen con los transportistas, burlándose una vez más del pueblo veracruzano.
Por el manto de la impunidad que los protege, los camioneros tuvieron oídos sordos ante el ultimátum Fidelista… Y todo porque saben su juego.
Los propios dueños del transporte en el estado, se han encargado de difundir que tienen bien agarrado al gobernador con fotos y videos de todos los portafolios repletos de millones de pesos que presuntamente le entregaron en 2004 para su campaña proselitista buscando la gubernatura.
A cambio Fidel dio a los transportistas cientos de permisos y concesiones que Tomás Mundo, por órdenes de Montano, le mandó “como ayuda del gobierno alemanista a su activismo electoral”.
Sin embargo al ciudadano común y corriente que está al corriente con el pago de sus impuestos, le importan un bledo los acuerdos que tengan en lo oscurito Fidel y concesionarios.
El pueblo repudia ese doble discurso de Fidel, que pronto tendrán un alto costo político para el joven gobernante.
Por un lado, el tío Fide presiona al presidente Felipe Calderón generándole conflictos con transportistas que demandan reducción del precio del diesel.
Y por el otro busca darse baños de pueblo intentando palear los efectos del paro camionero con patrullas policiacas que implementa como “unidades Fieles”, las cuales hacen más productivo el negocio de las gasolineras instaladas en el estado, propiedad de uno de sus principales socios financieros en varias empresas.
Agarrar a los policías como choferes para transportar a la gente, y que al igual que los cafres de los urbanos también la ponen en riesgos por manejar como animales, es sólo una actitud mediática de Fidel con tientes electorales.
Por eso es que aquellos que se ven afectados por no llegar a sus centros de trabajo y escuelas, han decidido organizarse y cooperar financieramente para levantar la voz ante la presidencia de la república y organismos internacionales, a través de desplegados periodísticos y radiofónicos.
Denuncias que lamentablemente no tendrán frutos si caen en manos de los medios controlados o al servicio del gobierno de la Fidelidad, para quienes “Veracruz es un maravilloso paraíso Fidelista”, porque ocultan lo que en realidad sucede en la entidad.
Una muestra del amasiato Fidel-prensa, se observó ayer mismo mientras se desarrollaba el criminal paro transportista, al no difundir que Veracruz fue el principal de los estados en donde el servicio de pasajeros se paralizó en un 95 por ciento.
En las 13 entidades restantes, la suspensión se efectuó en forma parcial, razón por la cual la misma tarde de ayer lunes algunos periódicos importantes de la ciudad de México, subieron a su portal de Internet informaciones en las que aseguraban que el gobernador Fidel Herrera era el principal operador de la demanda transportista de bajar el costo del diesel.
Confirmaron lo que aquí he venido denunciado en los últimos comentarios. Y por si todavía algún arrastrado de la Fidelidad duda que el gobernador de Veracruz esté moviendo los hilos del paro camionero, ayer salió a escena otro esbirro suyo sumándose a la resistencia bloqueando la autopista Veracruz-Cardel con productores de caña que ahora explota.
Se trata de Juan Carlos Molina Palacios, un don nadie convertido, gracias a Fidel, en rico y próspero cañero, a quien apuntala para que alcance la dirigencia nacional cañera CNC y lo destape en 2012 como el candidato de los campesinos a la presidencia de la república.
Por tal razón, en este espacio comprometido con la verdad, hacemos nuestro el sentir ciudadano preguntando…
--¿Señor gobernador, qué más tienen que aguantar los veracruzanos en lo que resta a su mandato?
En su mensaje dominical criticando al narcotráfico y al crimen organizado, el presidente Calderón dijo que “hay que preguntarnos cómo fue que permitimos que semejante barbarie penetrara en la sociedad y en el gobierno”.
Yo le agregaría que “también deben preguntarse cómo es que su gobierno y los gobernadores de los estados permiten que semejante crimen transportista se cometa contra el pueblo mexicano”.
La solución está en sus manos, sólo tienen que buscarla haciendo a un lado cerrazón e intolerancia.
Que las armas del diálogo no se cambien por más barbaries.
¿O usted qué opina?
davidvaronaf@hotmail.com
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