El joven político Fidel Herrera ha llegado al clímax del hartazgo en su encargo como gobernador de Veracruz.
Luce ojeroso, cansado y sin ilusiones.
No hay día que no amanezca de cascarrabias, irascible y mal humorado, mentando madrecitas por todos lados a los primeros de sus colaboradores o ayudantes que se le atraviesan en su camino, o que acuden por la mañana a la firma de acuerdos.
El estado de ánimo de Fidel empeora cada día que transcurre.
“Hay momentos que nadie lo soporta”, comentan desconsolados algunos de sus cercanos colaboradores que han sufrido las rabietas del tío Fide en las últimas semanas.
Es indudable que el mandatario veracruzano trae algo atravesado que lo mantiene encolerizado cada nuevo amanecer.
Para colmo, ayer jueves en gira de trabajo por la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, en forma accidental recibió brutal golpe en la cabeza, tan duro fue el madrazo que por poco y se desbarata la computadora portátil que lo impactó.
Hasta verde se puso Herrera Beltrán del coraje contenido; con la mirada deseó fulminar a su cuerpo de ayudantes.
¿Qué será lo que le ocurre al gobernador?
¿Acaso lo iracundo se debe al distanciamiento con el presidente Calderón, quien cada vez que se lo propone intenta ahorcarlo financieramente al ordenarle recortes en las partidas federales con destino a Veracruz?
¿O la irritación que carga los últimos días es causada por la inminente llegada de Miguel Ángel Yunes Linares como candidato del PAN al gobierno del estado en el 2010?
¿O su hosquedad es provocada por la pérdida del control de los grupos criminales que mantienen en terror permanente a los veracruzanos?
Porque lo cierto de todo es que los cabecillas de esas bandas delictivas que pactaron en palacio estatal para operar en Veracruz, ya nadie los para ni mete en cintura.
Hasta el “cobrador oficial”, ese próspero abogado metido a político, se queja que ya no lo obedecen. Y lo peor del caso es que ya van dos meses que no reportan nada de ganancias.
Quienes conocen de muy cerca los oscuros acuerdos con esos criminales, aseguran al oído que “ya se le subieron a las barbas a Fidel”, y que incluso hay amenazas graves de por medio.
Después de cuatro años 3 meses de pachangas enlutando hogares, levantando y secuestrando a políticos y empresarios, que han servido para engrosar cuentas bancarias, comprar y construir mansiones millonarias de señalados Fidelistas, ahora los facinerosos ya estorban a dos que tres del gobierno estatal.
Del propio gobierno salió el mensajero a decirles a los cómplices que “la fiesta llegó a su final”.
Les han “ordenado” terminar con el negocio y guardar los cuernos de chivo, al menos mientras las aguas vuelven a la normalidad y la inseguridad en Veracruz deje de estar en el ojo del huracán calderonista.
Pero la respuesta de la mafia ha sido contundente y determinante…
¡¡No!! “Hay mucha “chamba en puerta”.
Contestación oportuna que fue acompañada por otros juegos de palabras que por respeto a la investidura oficial de quien gobierna Veracruz, las reservo.
La decisión ha puesto los pelos de punta a los socios.
En éstos asuntos gansteriles bien vale la pena recordar “cría cuervos y te sacarán los ojos”.
Por cierto, a qué “chamba se refiere el clan de los amigos del poder en el estado”.
Mientras tanto, de acuerdo a informes internos provenientes de los partidos políticos opositores al PRI y la Fidelidad por Veracruz, que participarán en la contienda electoral del 5 de julio, existe temor entre quienes serán los candidatos.
En forma personal los futuros abanderados con amplias posibilidades de triunfar, se han informado que podrían ser víctimas de “atorones” como calambres o advertencias para que desistan en sus candidaturas y dejen libre el camino a los priístas.
Y no es para menos la zozobra.
Al menos los panistas tienen antecedentes de exfuncionarios municipales del puerto jarocho, que hace dos años fueron “levantados y amenazados” de no participar en las elecciones locales del 2007. Además de chingarles el consabido soborno no menor a 500 mil pesos, los blanquiazules quedaron advertidos.
Varios de éstos, despavoridos salieron huyendo de Veracruz con rumbo al extranjero. “Al menos mientras se va Fidel”, alcanzaron decirles a sus amigos.
Lo que confirma que “en el Veracruz moderno de Fidel Herrera, el miedo no anda en burro”.
Y al parecer el caso del maridaje con las bandas delictivas, es la piedra en el zapato del gobernador del estado.
Es lo que le roba el sueño haciendo las noches interminables.
Fidel sabe su cuento.
Convencido está, que es precisamente por esos renglones torcidos de su gobierno, por donde buscarán “atorarlo”.
Antes o después del 30 de noviembre, pero el día llegará.
¿O usted qué opina?
sábado, 4 de abril de 2009
LOS SUFRIMIENTOS DEL TIO FIDE
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