1 de marzo de 2010
Por:David Varona Fuentes.
Urgente que llegue la reconciliación nacional.
Es necesario cerrar heridas, dejando atrás odios y rencores, privilegiando el bienestar común sobre intereses partidistas.
Ya no más enfrentamientos entre mexicanos; el país reclama la unidad de todos para salir del precipicio político-financiero y de seguridad pública donde se encuentra.
México está paralizado, no avanza, pareciera que la última crisis económica llegó para quedarse; todos los días son lanzados a las calles miles de trabajadores que pasan a engrosar las alarmantes estadísticas del desempleo.
México vive también momentos de terror y zozobra por la incontrolable ola delictiva que azota al país.
Los mexicanos tienen pavor salir a las calles para no convertirse en víctimas de los carteles de la delincuencia organizada que ahora, violando sus propios códigos o reglas, atacan a blancos inocentes, no importando que sean mujeres y niños, que en el pasado respetaban
La carestía de la vida, es otro punto preocupante…
No existe ley, reglamento, o autoridad competente que ponga freno a los voraces comerciantes, quienes todos los días aumentan los precios en los productos de la canasta básica que consume el pueblo.
Según cifras no oficiales, en los últimos 9 años, seis del gobierno de Vicente Fox y tres de Felipe Calderón, productos como el arroz, frijol, leche, aceite, pan, tortillas, carne, pollo, entre otros, han elevado sus costos hasta en mil 500 por ciento.
Y las excusas de los empresarios considerados verdaderos hambreadores del pueblo, siempre son las mismas: los aumentos al diesel y gasolina autorizados por el gobierno federal.
Si a las criminales alzas en los artículos que comen los mexicanos le agregamos de postre el desempleo, la inseguridad pública y los incrementos en gas, energía eléctrica, IVA, ISR, IETU y otros servicios que presta la federación, la situación se convierte caótica.
Por todo lo anterior, el país arde, la ciudadanía en su conjunto da muestras de inconformidad e irritación sociales, malestar que es aprovechado por las distintas fuerzas políticas opositoras al régimen del presidente Felipe Calderón, para llevar agua a sus molinos.
El hecho que las facturas de todos los males que padece el país se las carguen al gobierno de Calderón, es evidente que existe mano negra en las acusaciones, es claro que hay intereses partidistas de por medio.
Los reclamos ciudadanos que recibió el presidente Calderón en sus dos visitas a Ciudad Juárez, Chihuahua, y los que enfrenta en cada gira de trabajo que realiza en el Distrito federal o en los estados de la república, son muestras del coraje y de lo encabronada que está la gente, desde luego, muchos de esos odios son alimentados por lidercillos políticos sin escrúpulos.
Es cierto, ni en el gobierno de Fox, ni lo que va de Calderón, se han visto cumplidas las promesas contraídas; fueron muchas las expectativas y pocos son los resultados después de 9 años, hasta el 2009, de administraciones panistas.
Sin embargo, no todo está perdido; México tiene todo para salir adelante, porque grande es su historia y más grande puede ser su futuro.
Para salir de la parálisis sólo se requieren unidad de todos los sectores productivos y del pueblo en general.
El Presidente Felipe Calderón necesita del apoyo de todos los mexicanos sin distingos, siglas o colores partidistas.
Hoy más que nunca es urgente recobrar la confianza y mostrar solidaridad inquebrantable en torno al mandatario mexicano, quien hace unos días salió a dar la cara para rechazar y desmentir la supuesta protección que su gobierno otorga a carteles de las drogas, en especial al de Joaquín El Chapo Guzmán, prófugo de la justicia desde el 19 de enero de 2001, cuando en forma misteriosa escapó del Penal de alta seguridad de Puente Grande, en el estado de Jalisco.
Calderón fue determinante al afirmar que “mi gobierno no protege, escuda o tolera a ningún grupo criminal y calificó de falsa y fruto en el mejor de los casos, de un desconocimiento de las cosas o de otros intereses que otros deben aclarar, sobre el porqué no se actúa contra El Chapo Guzmán”.
También dijo que “yo no tengo nada personalmente contra una persona u otra, llámense rojos, verdes, del Pacífico, del Golfo o del que sea; por ello mi gobierno ha atacado indiscriminadamente a todos grupos criminales en México”.
Recobrar la paz y tranquilidad, es el objetivo de Calderón, y sin lugar a dudas vencer el flagelo de la inseguridad pública nacional es prioritario para que México retorne al camino del progreso y prosperidad.
Pero caminando unos por un lado y el presidente por otro, jamás podrá alcanzarse.
Gobernadores y alcaldes, pertenezcan al partido que sea, deben sumarse a la cruzada nacional del presidente Calderón contra la delincuencia organizada.
Después del gobernador de Veracruz Fidel Herrera apoyando las políticas anticrimen de Calderón, no se escuchan en el país otras voces que en materia de seguridad pública digan, “esta boca es mía”.
Por ello insisto…
Urge la reconciliación en México.
Desde este espacio siempre nos hemos sumado al llamado a la Unidad que viene haciendo el Presidente Calderón.
Es por México; es por los niños y jóvenes.
¿O usted qué opina?