16 de Febrero de 2010
Por. David Varona Fuentes
Los alcaldes del PRI tienen listos a sus candidatos.
Que desde luego, no son los favoritos de palacio de gobierno, menos los recomendados del amigo, del compadre o la comadre influyentes.
Tampoco son los palomeados por el Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional en Veracruz, bajo previa subasta, sobornos o cochupos entregados al dirigente, Jorge Carvallo.
Es decir, los actuales presidentes municipales determinaron seleccionar a sus propios candidatos a ediles, siguiendo el ejemplo de los gobernadores de su partido que están decidiendo los nombres de los abanderados del PRI a las gubernaturas.
Lo que en política significa una franca rebeldía a las órdenes de la dirigencia tricolor y al propio comandante en jefe del partido, en estos casos, el gobernador del estado.
Muchos han sido los enviados del gobierno Fidelista ordenándoles a los alcaldes que “encierren a sus gallos porque no les toca pelear, que los disciplinen, porque el que manda en Veracruz ya tiene sus candidatos designados”.
Esas amenazas han caído como balde agua fría en los ayuntamientos administrados por alcaldes de extracción priísta, quienes “se muestran renuentes y no aceptan los recomendados del señor”.
Las respuestas de los munícipes a las presuntas imposiciones de Xalapa, son determinantes y retadoras…
-“Nosotros no queremos a Duarte –Javier- como candidato a gobernador y nos lo van a imponer; entonces, si ellos –el PRI- no quieren a nuestros candidatos, que se aguanten, nosotros nos aguantamos aceptando a Duarte”.
Expresiones como la anterior, están escuchándose en varios rincones del estado, sólo que se quedan en el camino y no llegan a los oídos del gobernador Herrera, o también podría estar sucediendo que el propio Fidel se hace el ciego y el sordo para ignorar las voces reales de los pueblos, esas que han significado votos y más votos para el PRI.
Esa vieja costumbre de fingir demencia, no sería extraña en mi amigo el gobernador de Veracruz, principalmente cuando se trata de cumplir acuerdos.
La actitud rebelde de muchos de los ediles pertenecientes al revolucionario institucional, calificada de beligerante por corifeos y aduladores de Fidel, podría ser entendible si se considera que muchos alcaldes comprometieron gran parte de los presupuestos municipales en tareas partidistas ajenas a sus ayuntamientos.
Y en consecuencia, desesperados por el quebranto en las arcas, buscan heredarles la estafeta municipal a sus incondicionales, aquellos que con el manto de la complicidad tapen los grandes hoyos en las tesorerías y les garanticen impunidad; privilegios que, presienten, no obtendrán de los recomendados de palacio de gobierno estatal.
Es inocultable la negativa de la inmensa mayoría de los presidentes municipales a no aceptar los candidatos golondrinos, ahijados de los poseedores del poder político en Veracruz.
Y una muestra de ellos es que, en casos concretos, los actuales alcaldes ni la burla perdonan al pretender imponer como futuros sucesores en los ayuntamientos a las esposas, hermanos, hijos, parientes, y hasta a las amasias en turno que hoy despachan como sus secretarias privadas.
No la tiene fácil el PRI veracruzano en la selección de sus 212 abanderados a las presidencias municipales, principalmente en aquellas donde el dedo que manda ya se decidió por un candidato foráneo que, es seguro, no cuenta con las simpatías de la población.
Sería oficioso escribir la lista de alcaldes que llegarán al extremo de reventar las elecciones o de apoyar al adversario, en casos de que el alto mando tricolor en la entidad persista en imponer a sus desarraigados delfines.
Para no verme como agorero del desastre, hoy sólo afirmaré que es larga la lista de posibles alcaldes que, después del 4 de julio, les colgarán la etiqueta de traidores del PRI. Y para quien lo dude, se lo dejo al tiempo.
“CAROLINA RESULTO CACHIRUL”
Y aprovechando el tema que hoy escribo, cae como anillo al dedo el escándalo desatado en el puerto jarocho tras la publicación del Diario Notiver, donde se afirma que la diputada federal priísta, Luz Carolina Gudiño Corro, resultó cachirul, al no ser veracruzana, sino oriunda del estado de Oaxaca.
Con pelos y señales, el periódico de mayor circulación en la región del puerto de Veracruz, da cuenta que la flamante legisladora federal representante del estado de Veracruz, es oaxaqueña, según el acta número 587, foja número 07083, del libro número Uno, CRIP 201840182005874,de fecha 1 de marzo de 1982, de la Oficialía 1ra. Del Registro Civil del municipio de San Juan Bautista, Tuxtepec, Oaxaca.
Agrega la información que quienes presentaron a la niña que pusieron por nombre Luz Carolina Gudiño Corro, fueron sus padres, Manuel Gudiño Rendón y Luz María Corro Sandra, nacida el 19 de noviembre de 1981.
¿Qué argumentará esta vez la señora ex presidenta del Congreso veracruzano, acostumbrada a negar todo lo que de ella se dice y publica?
La última vez que despotricó contra sus críticos fue cuando vociferó “ladren perros, es muestra que vamos avanzando”, simulando conocer de la obra del español Miguel Cervantes Saavedra.
¿Con qué cara vendrá a presentársele al pueblo jarocho ahora que quiere ser alcaldesa?
Veremos hasta dónde llega el cinismo y la vergüenza de esta política oaxaqueña, muy cercana, cercanísima, al gobernador Fidel Herrera Beltrán a quien, no es remoto, también haya engañado con su cara de mustia.
Vale la pena preguntar…
¿Cuántos cachirulos más existen entre los alumnos formados y protegidos por esta nueva corriente llamada Fidelidad, que aspira apoderarse de Veracruz por los siguientes seis años?
¿Qué acaso los veracruzanos no merecen mejor suerte?
¿O usted qué opina?
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