21 de febrero de 2010
Por: David Varona Fuentes
Miguel Ángel Yunes Linares, es el candidato del PAN al gobierno del estado de Veracruz.
La designación del político oriundo de Soledad de Doblado, estaba amarrada en Los Pinos desde hace tres años.
Sólo los ciegos, y los serviciales mercachifles del periodismo veracruzano, se negaban a ver lo que ya estaba escrito desde que Yunes Linares fue nombrado director general del ISSSTE en el gobierno federal.
En ningún momento nos equivocamos aquí en la gazeta.org cuando afirmamos, insistimos y reiteramos hasta el cansancio que Miguel era el favorito para la candidatura blanquiazul al gobierno de Veracruz.
No era para menos nuestra lectura política que sobre la sucesión del 2010 visualizábamos en el estado que gobierna el priísta Fidel Herrera.
Ya que Yunes Linares, siempre fue el candidato preferido de Calderón.
Y el turco Yunes lo sabía, por eso se movía en Veracruz como pez en el agua; por ello iba y venía con nuevas inversiones hospitalarias para el territorio estatal, por cierto las más millonarias que el ISSSTE haya realizado en toda su historia en Veracruz.
De no tener el apoyo de Calderón y su permiso para andar en precampaña usando la bandera social del ISSSTE, jamás se hubiera venido a parar a Veracruz simulando giras de trabajo, menos estuviera construyendo clínicas y hospitales en diversas ciudades del estado.
Todo formaba parte de un plan con mañas, desde luego, avalado por la presidencia de la república.
A quienes los sorprendió el anuncio oficial del CEN del PAN resolviendo la candidatura de Veracruz, literalmente no saben nada de política, ignoran que la política es de tiempos y es de ritmos.
¿O acaso esperaban sucediera un milagro con aroma a café cordobés, ese en el que de pronto, se gastan cientos de miles de pesos en promoción televisiva?
Si fue así, se dejaron llevar por el falso canto de la trinca infernal, compuesta por Gerardo Buganza, Julen Rementería y Juan Bueno Torio, cuyas aspiraciones a la candidatura panista, sólo fueron cortinas de humo para distraer y agarrar de pendejos a los propios militantes del Partido Acción Nacional.
Pero en fin, el PAN ya tiene candidato y Yunes es el agraciado.
Feliz y contento por la bendición calderonista, Miguel Ángel anda declarando que “en su campaña proselitista dará una batalla limpia y en los mejores términos; que luchará por ganarse cada voto de los veracruzanos, aclarando que no será mártir de nadie”.
¿Pero qué sigue ahora?
¿Está preparado Yunes para hacerle frente al pueblo de Veracruz, al que afirman tanto agravió en el pasado?
¿Quiénes son sus operadores políticos; acaso otra vez Enrique Ampudia y sus estrategias de policía chino que tanto humillaron a empresarios, dirigentes sociales, políticos y periodistas?
¿Cuál será su relación con los medios de comunicación, especialmente con los críticos, libres y profesionales, porque seguro, a los vendidos y arrastrados, los tiene plenamente identificados?
¿O también buscará el blindaje de los aduladores y corifeos para pretender vestirse de gloria y esconder la verdad, que ahora dice, defenderá?
Las anteriores, son interrogantes que por el momento quedarán en el aire; basados en su temperamento explosivo, ni el propio Yunes podría responderlas, porque ahorita puede decir una cosa, y al rato irritado, hacer otra.
Conozco al turco Miguel Ángel Yunes Linares desde hace más de 30 años, sé de sus alcances y limitaciones, de sus iras y paciencia, de su sinceridad y falsedad, de su amor y desamor por Veracruz, de su respeto y violaciones a la ley, de su tolerancia e intolerancia a las críticas a su persona, y también de sus trucos, mañas, promesas y agarradas de pendejos.
Hoy afirma haber cambiado, ser otro, diferente al represor que dicen, se convierte cuando tiene el poder en sus manos.
Pero para poder llegarle a los veracruzanos, convencerlos que su candidatura es la mejor opción para los siguientes seis años, y principalmente ganarse la confianza y el voto ciudadano, se requieren más que palabras, acusaciones, señalamientos, promesas y buenos deseos.
Mas en estos tiempos que vive Veracruz, donde la Fidelidad, quiérase ver o no, se escucha por todos los rincones de la geografía estatal.
De acuerdo a los números electorales de septiembre de 2007 y julio de 2009; a la irritación de la gente por la inseguridad pública que prevalece en el país incluyendo Veracruz,-de la cual responsabilizan al gobierno de Calderón- y al descontento en el PAN veracruzano por las formas en que se dio el nombramiento de Yunes como candidato a gobernador…
Sinceramente, no veo por dónde puedan los panistas aspirar al triunfo limpio y democrático en Veracruz, el próximo 4 de julio.
O al menos que la desesperación, los obligue a otro michoacanazo; no importa que pasadas las elecciones salgan con “un usted disculpe, nos equivocamos”.
Todo es posible en la guerra del poder por el poder.
Y si no al tiempo.
¿O usted qué opina?
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