BUENOS DIAS VERACRUZ
Por: David Varona fuentes
7 de octubre de 2010
Ese es el canto generalizado de todos los oficiosos y falsos aduladores del gobernante en turno, que incluye desde sus propios servidores públicos hasta los insaciables editores, plumíferos y todos los mercenarios de la información, quienes del servilismo encontraron su mina de oro.
Veracruz no es la excepción.
A 52 días que termine la actual administración estatal, se observa a un gobernador solitario, abandonado por la totalidad de sus principales colaboradores.
Cada uno de los farsantes amigos del gobernador Herrera Beltrán que ven terminado el pastel Fidelista, como ratas de barco han abandonado la nave estatal y buscan treparse ahora en la embarcación de Javier Duarte.
Qué tristeza y decepción causa entre los veracruzanos observar que aquellos que hace casi seis años juraron al gobierno de Veracruz lealtad, honestidad y transparencia en la responsabilidad encomendada, tiren hoy la toalla porque andan buscando nuevos y mejores horizontes para los siguientes seis años.
En tiempos de contingencia, justo cuando es urgente la participación y cooperación de todos los servidores públicos del gobierno de Veracruz, se nota que a la inmensa mayoría de los funcionarios les vale madres el infortunio de los veracruzanos por los que el gobernador Fidel Herrera y su esposa Rosita Borunda, sufren la tragedia que enfrentan a causa de los fenómenos naturales.
Debo escribirlo y machacarlo, una y las veces que sean…
Contados son los colaboradores fieles al mandatario estatal Herrera Beltrán que permanecen en sus respectivas trincheras luchando y cooperando cuerpo a cuerpo por los hermanos en desgracia.
Veo desde su trinchera trabajar a marchas forzadas cumpliendo al pie de la letra las instrucciones del gobernador a un secretario de Finanzas, Salvador Sánchez; veo también a una titular de Protección Civil, Silvia Domínguez, no separarse del mandatario estatal en las peores inundaciones donde junto a Fidel se introduce en el agua al lado de los afectados.
Después de Salvador y Silvia, no veo a ningún otro funcionario estatal que verdaderamente estén cumpliendo con su responsabilidad de servir a Veracruz, no desde la comodidad de la oficina, sino en estos momentos de tragedia meteorológica de grandes afectaciones como la que enfrentan más de un millón de veracruzanos.
Y no es para menos.
El grueso de hombres y mujeres que Fidel invitó a colaborar en su gobierno, ya inmensamente ricos y poderosos, le han dado la espalda.
Por ello se observa la ausencia de secretarios de despacho y directores en las tareas de ayuda a los veracruzanos que enfrentan la peor de sus desgracias al haberlo perdido todo a causa de las inundaciones provocadas por los fenómenos Karl y Matthew.
La mayoría de los servidores públicos del gobierno estatal que no apoya al jefe Fidel en la contingencia, se esconde, se pierde, argumenta comisiones fantasmas, o lo que sea porque quizás, al igual que el ratón Miguelito diga que no es bombero para salvar a la gente del fuego o buzo para sacarlos del agua.
Sin embargo, dentro de todos los falsos secretarios de despacho que han caído de la gracia del pueblo de Veracruz es Juan Humberto García Sánchez, responsable de Agricultura, Ganadería y Pesca del gobierno estatal.
Ese señor, considerado todo un fracaso para el agro veracruzano, se burla de los veracruzanos en desgracia.
Mientras la gente pobre del estado hace esfuerzos sobrehumanos para ayudar a los hermanos en desgracias cooperando con algo que los damnificados puedan llevarse al estómago, el titular de la Sedarpa se gasta el dinero públicos en viajes de placer.
Cuentan que Juan cañitas, como lo conoce todo el gabinete Fidelsita, se la ha pasado todo el sexenio en franca chelas, con divas del espectáculo, todo a cuenta del presupuesto de la secretaría, pero bueno, dicen, eran tiempos de bonanza del régimen estatal.
Pero hoy las finanzas estatales se encuentran en estado de emergencia; los pocos recursos que tienen se cuidan.
Por ello a todos extraña la gran vida de placer que a cuenta del estado sigue dándose Juan Cañitas.
A penas la mañana del miércoles, en el aeropuerto internacional, Heriberto Jara Corona, del puerto de Veracruz, se le vio partir a la ciudad de México acompañado de su capricho ocasional, cuentan, una joven que parecía la más menor de sus hijos.
Y todo, boletos de avión, hospedaje y alimentos en un hotel de la zona Rosa de la capital del país, pagados con recursos del erario veracruzano, que hoy tanta falta hacen para los miles de damnificados.
Por eso siempre he dicho:
Con funcionarios de esa calaña, para qué quiere enemigos el gobernado Fidel Herrera.
¿O usted qué opina?
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