¡¡QUÉ BONITA FAMILIA!!

BUENOS DIAS VERACRUZ

 

Por: David Varona Fuentes

12 de Octubre de 2010

Contratistas cobijados en Veracruz…
Sin lugar a dudas son muchos en la era Fidelista.
Todos sin excepción alguna, amasaron en un sexenio fortunas financieras escalofriantes, que insultan la pobreza del pueblo veracruzano, hoy en desgracia a causa de los fenómenos Karl y Matthew.
Y que por cierto, a ninguno de esos nuevos millonarios de la construcción, se les ha visto hacer suya la petición de doña Rosita Borunda de Herrera, de aportar siquiera un kilo de frijol, de arroz, o un litro de agua o leche para los veracruzanos en auxilio.
Claro, entre los constructores apapachados del sexenio, como en todo, hubo unos más pillos que otros.
Y esos fueron, o siguen siendo con las obras de reconstrucción de Veracruz, los que se consideran cuadernos de doble raya de quien manda en Veracruz hasta el 30 de noviembre.
Es entendible lo que sucede en la Fidelidad.
Como en la viña del señor, en el ejercicio del poder político siempre existen los privilegiados, aquellos que con constructoras fantasmas y bajo la responsabilidad de prestanombres realizan obras fraudulentas que, en casos de huracán o fenómenos naturales devastadores, se caen como si hubiesen sido construidas exclusivamente para el rodaje de alguna película de Mel Gibson.
La Fidelidad dio obras a contados empresarios de la construcción; alguno que otro puente, asfaltado de carretera estatal, construcción de aulas escolares, clínicas, entre otros trabajos menores.
Pero el grueso del paquete millonario sexenal en materia de obra pública, sólo fue para uno de los grandes amigos del Fidelismo: Juan Felipe Ruiz Ortiz, y su grupo inmobiliario RUSO, nombre designado para darle crédito, y posiblemente para evadir pago de impuestos, a su esposa Patricia Sosa.
Detrás del grupo RUSO de Juan Felipe Ruiz Ortiz, se mueven decenas de empresarios de la construcción que, no quedándoles de otra para subsistir, reciben obra del gobierno estatal subcontratada.
Infinidad de proyectos Fidelistas en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, en Jamapa, Medellín, y otras partes del estado, se han realizado bajo el usufrutuo y control absoluto del arquitecto Juan Felipe Ruiz Ortiz, miembro de una familia cuyos ancestros hicieron riqueza precisamente confabulados con el gobierno estatal en turno.
Pareciera mentira escribirlo, pero el 95 por ciento de la obra pública del estado de Veracruz en el gobierno de la Fidelidad fue dejada en manos del dueño de la constructora RUSO, quien con máscara, hablando un doble discurso y usando una doble vestimenta, engañó al gobernador Fidel Herrera Beltrán de “soy el único hermano de la dinastía Ruiz Ortiz que estoy de tu lado”, ya que Valentín, el patriarca después de la muerte del padre, don Valentín Ruiz Obregón, es aliado de tu enemigo Miguel Ángel Yunes Linares”.
Y como al tío Fide, a quien conozco como la palma de mi mano, muchas veces se pasa de noble y creído, cayó en manos de Felipillo, por unos cuantos millones de pesos que aportó a la campaña electoral del 2004.
Lo que Fidel ignora, o finge demencia, es que Juan Felipe y Valentín, hicieron un pacto de sangre en 2004, cuyo objetivo financiero era el mismo:
-Que uno, por sus lazos con Yunes se iría con Buganza (PAN), y el otro con Fidel (PRI)
Y no era para menos el acuerdo de los hermanos Ruiz; quien perdiera salía ganando.
Si ganaba Buganza, ganaba Valentín; si ganaba Fidel, como sucedió, ganaba Juan Felipe; lo importante fue que el objetivo trazado se consiguió.
Algo parecido al acuerdo de los hermanos Raúl y Carlos Salinas de Gortari, cuando decidieron echarse un bolado para asesinar a la pobre sirvienta. Aún cuando Raúl no la mató, de todas formas ganó porque el objetivo era matar a la inocente trabajadora doméstica.
Para quienes no entendieron, les digo que Valentín aparentando ser aliado de Yunes, acaparó un chingo de obra estatal conseguida por el grupo RUSO de su hermano menor, Juan Felipe.
Que la verdad, Valentín, siempre ha dicho a sus amigos que como amigo le agrada más Fidel que Miguel. Y por ello se entiende que aquel medio día del 24 de diciembre de 2008, cuando Herrera Beltrán compró la serie de la suerte, éste se encontrara a su lado para recibir un cachito que a la postre le dio un millón 200 mil pesos por haber resultado ganador del premio mayor.
Pero bueno, los engaños del clan Ruiz a Fidel, son punto y aparte.
Aquí el tema principal del comentario, son los contratistas cobijados por la Fidelidad.
Que como ya aseveré, son pocos.
Y ninguno de éstos aguantaría una investigación de cabo a rabo; ni por el lado de la calidad de obra que realizan al gobierno de Veracruz, ni por el INFONAVIT por no depositar las cuotas que descuentan a sus empleados y trabajadores, mucho menos por la Secretaría de Hacienda de Ernesto Cordero arroyo, por presunta evasión fiscal.
Y lo peor es que, familiares de los Ruiz Ortiz se encuentran apostados en importantes responsabilidades de beneficio social, a cargo de la incansable defensora de los veracruzanos en desgracia, Rosita Borunda quien, mientras ella busca más beneficios para los pobres, esos pillos se enriquecen robándose lo que la presidenta del DIF trata de ahorrar. (pero este es tema de otro comentario).
Sin lugar a dudas…
La de los amigos privilegiados de la Fidelidad.
¿O usted qué opina?


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