BUENOS DÍAS VERACRUZ
David Varona Fuentes
Martes 12 de marzo del 2013.
Misteriosa desaparición…
La del constructor José Manuel Flores Río, alias el Oaxaco.
El presunto levantón, del que dicen fue víctima el pasado 28 de febrero en Xalapa, tiene sorprendidos a propios y extraños.
Y no es para menos.
Desde el sexenio de la Fidelidad, el Oaxaco es de los contratistas privilegiados del gobierno de Veracruz.
Por amistad, interés o complicidad, casi comía en el mismo plato con los entonces gobernadores Fidel Herrera, de Veracruz y José Murat Casab, de Oaxaca.
Esa cercanía con el pinche poder le dio a ganar tanto dinero que, de ser un humilde chofer hace 10 años, el Oaxaco es hoy un contratista multimillonario, dueño del día y de la noche en todos los municipios indígenas del sur del estado.
Tan sólo durante el régimen Fidelista la Constructora del Sureste, de su propiedad, recibió contratos superiores a los 5 mil millones de pesos.
Toda la obra pública en los municipios, Sayula de Alemán, Texistepec, Moloacán, Tatahuicapan, Mecayapan, Oteapan, Soteapan, Zaragoza y Pajapan, fue realizada por la empresa de José Manuel Flores Ríos.
El Oaxaco no tenía adversarios enfrente que le disputaran el millonario negocio de la construcción.
En poco tiempo se convirtió en amo y señor de los alcaldes, a quienes ha manejado como vasallos a su servicio y bajo sus órdenes.
Flores Ríos acumuló tanto poder que llegó el momento que no tan solo acaparaba los contratos de obras, sino que también se daba el lujo de imponer candidatos a presidentes municipales y diputados, especialmente de extracción perredista.
Esteban Bautista, fue uno de tantos. Primero lo hizo munícipe de Tatahuicapan, y en 2012 lo convirtió en candidato a diputado federal por la alianza PRD-PT-Movimiento Ciudadano, perdiendo por estrecho margen de votos ante el abanderado del PRI, contienda en la que dicen los habitantes de esa zona, hubo despilfarro de dinero y enfrentamientos bélicos de ambos bandos de campaña.
Manipulados y tentados por las jugosas comisiones arriba del diezmo que les ofrece el Oaxaco, los alcaldes de aquella región terminaron convirtiéndose en sus aliados.
Su principal operador siempre ha sido Esteban Bautista Hernández, quien en su periodo al frente del ayuntamiento de Tatahuicapan, fundó el Consejo de Gobierno Indígena del Sur de Veracruz, que nació para asegurar que toda la obra pública de los municipios agremiados sería entregada a la Constructora del Sureste, con domicilio fiscal en la ciudad de Coatzacoalcos, Veracruz.
Conocido el levantón o secuestro de Flores Ríos, se soltó la interrogante:
¿Quién ordenó desaparecer al Oaxaco?
Por lo pronto, el gobierno de Javier Duarte es el blanco de los señalamientos.
El fiel escudero de los intereses del Oaxaco, Esteban Bautista Hernández, acusa a la administración de la prosperidad estar detrás de la desaparición del dueño de la Constructora del Sureste. Asegura que Flores Ríos fue levantado al salir del Café la Parroquia de la calle Ignacio Zaragoza, lugar al que se dirigió después de reunirse en palacio con el secretario de Gobierno Gerardo Buganza Salmerón.
El día 3 de marzo, Bautista lanzó el ultimátum al régimen Duartista, al que dio 72 horas para que el Oaxaco apareciera vivo y sano, en caso contrario empezarían a tomar carreteras y autopistas.
Fue tanto el temor que el propio gobernador Duarte acompañado por el secretario Buganza y el subsecretario Enrique Ampudia, se reunieron ese mismo día en el Hotel Terranova de Coatzacoalcos con los 9 alcaldes integrantes del Consejo de Gobierno Indígena del Sur de Veracruz, a quienes trataron de persuadir de no cometer actos vandálicos fuera de la ley, además de asegurarles que el Gobierno del estado ignoraba el paradero de José Manuel flores Ríos.
Lo cierto de todo es que desde 2011, por asuntos financieros, el Oaxaco tenía diferencias muy serias con la administración de Javier Duarte. Flores decía que el estado no bajaba los recursos para las obras sociales comprometidas en los 9 municipios indígenas afectados por fenómenos naturales de 2010.
Cansados de las promesas oficiales, el 12 de diciembre estalló el conflicto:
Los pueblos indígenas encabezados por Esteban Bautista, tomaron carreteras estatales, autopistas, y bloquearon la presa Yuribia cortando el suministro de agua a toda la zona sur de Veracruz.
De aquel ataque a las vías generales de comunicación, tipificado como delitos graves, se ignora si la autoridad interpuso denuncia correspondiente.
Al parecer no, de lo contrario Esteban Bautista estaría tras las rejas.
La pregunta sigue en el aire…
¿Dónde está el Oaxaco?
El plazo de las 72 horas otorgado al gobierno de Veracruz para que lo presentara vivo y sano, concluyó el día 7 de marzo.
Y Flores Ríos continúa sin aparecer.
Su repentina desaparición está rodeada de velos de misterio.
¿Qué se comió o qué intereses afectaba?
¿O usted qué opina?
davidvaronaf@hotmail.com
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PUNTA DE LANZA..
Nombramientos extraños en el gabinete estatal.
De pronto, gente sin perfil e ignorante del cargo, se convierte en secretarios de despacho y directores de área.
¿Qué le pasa al doctor Duarte?
Lo observo ojeroso, cansado y sin ilusiones.
Sin la energía del comienzo prometedor de aquel 1 de diciembre de 2010.
Se habrá cansado de ser y finalmente no ser.
Que lo investigue Vargas.
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