Los veracruzanos abandonados por el gobierno calderonista.
La entidad está siendo azotada por torrenciales lluvias y los funcionarios federales se hacen los ciegos y sordos.
Todos los medios nacionales de información dan cuenta diaria de los desbordamientos de ríos y lagunas, de muertos, damnificados y del saldo en daños materiales.
Y es increíble la demencia del secretario de Sedesol Ernesto Cordero Arroyo y de todos los delegados de la federación en la entidad, porque sólo ellos no ven la gran tragedia que vive el pueblo de Veracruz.
Eso se llama tener mala leche.
No son momentos de revanchismo político, se trata de cumplir con la responsabilidad por la que el presidente Calderón juró lealtad al país, del que Veracruz forma parte.
La desgracia de los veracruzanos que lo han perdido todo, sean de cualquier afiliación partidista, les asiste el derecho de reclamar al gobierno federal ser tratados como mexicanos que son. Que hagan a un lado o se guarden envidias, odios y rencores para mejores momentos.
Lo único que debe importar hoy es brindar el apoyo a los cientos de miles de afectados por los fenómenos naturales.
Con la cerrazón a prestarle ayuda al gobierno del estado, lo único que confirman es la perversidad con la que se ejerce el poder en la presidencia de la república.
Soy de los reporteros que convencido estoy del doble discurso de los militantes del Partido Acción Nacional, en su gran mayoría ricos empresarios, hambreadores del pueblo mexicano, y dueños todos de fortunas sospechosas.
En la actualidad, la doctrina que dio vida al PAN es letra muerta para los principales regenteadores del partido. Es una nueva camarilla política que busca el poder para usarlo como manto de protección al enriquecimiento y la impunidad.
Llegan a los cargos públicos rezando el ave purísima en sus labios, y salen envueltos en escándalos de corrupción y tráfico de influencias.
A estas alturas nadie ignora el deseo enfermizo de los panistas por apoderarse del gobierno de Veracruz, y hay voces que afirman que usarán toda la fuerza judicial para lograrlo.
Pensar en esa remota posibilidad, echaría a la borda lo que hemos ganado en el terreno democrático.
Volveríamos a los tiempos de prefabricación de delitos como instrumentos de persecución y venganza, que sinceramente creía yo, estaban sepultados.
Nada bueno esperarían los veracruzanos de un gobierno emanado del PAN. Con ver las acciones en estos momentos de desgracia, no hay necesidad de esperar para comprobarlo.
Si tanto interés dicen tener en alcanzar mejores niveles de vida y sacar de la marginación a los 4 millones de veracruzanos, qué esperan para empezar; acudir al auxilio de quienes enfrentan dolor, meterse al río para salvar víctimas; mojarse y llenarse de lodo, sería buen inicio.
No harán eso, la desgracia de sus semejantes les vale madres. Ya lo dijo Fidel, “sólo sirven para criticar desde la comodidad de sus oficinas”, principalmente el Pipo Vázquez y sus secuaces, aquellos que ocupan una curul sin haberla ganado en las urnas.
La embestida federal continuará contra el gobierno de Veracruz, no hay la menor duda; falta ver quiénes serán los nuevos agresores.
En la visita secreta que hizo a Boca del Rio Abel Cuevas Melo, el oficial mayor de la Secretaría de Gobernación, para reunirse con todos los delegados federales en el estado, salieron rayos y centellas.
El político de Coatepec, cercano a Calderón y que también quiere la silla de Fidel, puso como trapeador a los delegados, a quienes refutó que “guardaran silencio cuando el gobernador cuestiona y critica el trabajo presidencial”.
A todos los “sentenció a perder sus empleos si no se arman de valor y salen a denostar el populismo del gobernador Herrera”.
Muchos se preguntan…¿Porqué tanto odio hacia Fidel?
¿Quién se ha encargado de envenenarle el alma y corazón a los buenos y fieles católicos que ostentan el poder presidencial?
El mandatario estatal, como siempre lo hace, está al lado de los veracruzanos en desgracia, y ese mérito no se lo quitamos ni siquiera los periodistas que hemos sido duros críticos de su gobierno.
Apoyar en la tragedia y dar palabras de aliento al doliente, es la bandera del éxito popular de Fidel… hay que recocerlo.
Y el pueblo tiene memoria…el siete de julio de 2007, el gran juez emitirá su sentencia.
¿O usted qué opina?
La entidad está siendo azotada por torrenciales lluvias y los funcionarios federales se hacen los ciegos y sordos.
Todos los medios nacionales de información dan cuenta diaria de los desbordamientos de ríos y lagunas, de muertos, damnificados y del saldo en daños materiales.
Y es increíble la demencia del secretario de Sedesol Ernesto Cordero Arroyo y de todos los delegados de la federación en la entidad, porque sólo ellos no ven la gran tragedia que vive el pueblo de Veracruz.
Eso se llama tener mala leche.
No son momentos de revanchismo político, se trata de cumplir con la responsabilidad por la que el presidente Calderón juró lealtad al país, del que Veracruz forma parte.
La desgracia de los veracruzanos que lo han perdido todo, sean de cualquier afiliación partidista, les asiste el derecho de reclamar al gobierno federal ser tratados como mexicanos que son. Que hagan a un lado o se guarden envidias, odios y rencores para mejores momentos.
Lo único que debe importar hoy es brindar el apoyo a los cientos de miles de afectados por los fenómenos naturales.
Con la cerrazón a prestarle ayuda al gobierno del estado, lo único que confirman es la perversidad con la que se ejerce el poder en la presidencia de la república.
Soy de los reporteros que convencido estoy del doble discurso de los militantes del Partido Acción Nacional, en su gran mayoría ricos empresarios, hambreadores del pueblo mexicano, y dueños todos de fortunas sospechosas.
En la actualidad, la doctrina que dio vida al PAN es letra muerta para los principales regenteadores del partido. Es una nueva camarilla política que busca el poder para usarlo como manto de protección al enriquecimiento y la impunidad.
Llegan a los cargos públicos rezando el ave purísima en sus labios, y salen envueltos en escándalos de corrupción y tráfico de influencias.
A estas alturas nadie ignora el deseo enfermizo de los panistas por apoderarse del gobierno de Veracruz, y hay voces que afirman que usarán toda la fuerza judicial para lograrlo.
Pensar en esa remota posibilidad, echaría a la borda lo que hemos ganado en el terreno democrático.
Volveríamos a los tiempos de prefabricación de delitos como instrumentos de persecución y venganza, que sinceramente creía yo, estaban sepultados.
Nada bueno esperarían los veracruzanos de un gobierno emanado del PAN. Con ver las acciones en estos momentos de desgracia, no hay necesidad de esperar para comprobarlo.
Si tanto interés dicen tener en alcanzar mejores niveles de vida y sacar de la marginación a los 4 millones de veracruzanos, qué esperan para empezar; acudir al auxilio de quienes enfrentan dolor, meterse al río para salvar víctimas; mojarse y llenarse de lodo, sería buen inicio.
No harán eso, la desgracia de sus semejantes les vale madres. Ya lo dijo Fidel, “sólo sirven para criticar desde la comodidad de sus oficinas”, principalmente el Pipo Vázquez y sus secuaces, aquellos que ocupan una curul sin haberla ganado en las urnas.
La embestida federal continuará contra el gobierno de Veracruz, no hay la menor duda; falta ver quiénes serán los nuevos agresores.
En la visita secreta que hizo a Boca del Rio Abel Cuevas Melo, el oficial mayor de la Secretaría de Gobernación, para reunirse con todos los delegados federales en el estado, salieron rayos y centellas.
El político de Coatepec, cercano a Calderón y que también quiere la silla de Fidel, puso como trapeador a los delegados, a quienes refutó que “guardaran silencio cuando el gobernador cuestiona y critica el trabajo presidencial”.
A todos los “sentenció a perder sus empleos si no se arman de valor y salen a denostar el populismo del gobernador Herrera”.
Muchos se preguntan…¿Porqué tanto odio hacia Fidel?
¿Quién se ha encargado de envenenarle el alma y corazón a los buenos y fieles católicos que ostentan el poder presidencial?
El mandatario estatal, como siempre lo hace, está al lado de los veracruzanos en desgracia, y ese mérito no se lo quitamos ni siquiera los periodistas que hemos sido duros críticos de su gobierno.
Apoyar en la tragedia y dar palabras de aliento al doliente, es la bandera del éxito popular de Fidel… hay que recocerlo.
Y el pueblo tiene memoria…el siete de julio de 2007, el gran juez emitirá su sentencia.
¿O usted qué opina?
No hay comentarios:
Publicar un comentario