¿Locura o paranoia?
Vaya sorpresa la que dio ayer don Héctor Yunes Landa, flamante presidente de la Junta de Coordinación Política de la Legislatura local y líder de la bancada Fidelista.
De pronto olvidó que forma parte del Poder Legislativo y habló como titular del Ejecutivo.
A todos los funcionarios del gobierno estatal les “pidió renunciar a sus cargos si no desean trabajar, y los invitó a ceder el puesto a otros que sí quieran hacerlo”.
También los invitó a “redoblar el paso para cerrar a tambor batiente el sexenio, y dar la mejor muestra de lealtad”.
Cuando se supo en palacio de gobierno y otras dependencias estatales la sentencia del diputado Yunes, los secretarios de despacho, subsecretarios y directores de áreas preguntaron de cuál había fumado el legislador oriundo de Soledad de Doblado.
Bien vale la pena hacer una reflexión a los exabruptos del señor Yunes Landa.
¿Acaso es tan grave su obsesión de ser gobernador que ya siente ejercer el cargo?
La Real Academia define paranoico a toda persona víctima de delirios de persecución y grandeza. Y los trastornos se presentan con mayor severidad en individuos de personalidad orgullosa, ególatra y desconfiada, a quien su estado de inseguridad lo llevan a desarrollar conductas autosuficientes y de control hacia el entorno que los rodea.
A quienes conocen la nueva actitud de todo un perdona-vidas asumida por Héctor Yunes desde el primer día que pisó la Cámara de Diputados, y cuyo proceso de metamorfosis aún no concluye, les corresponde ubicarlo en el lugar que le corresponda.
Nadie duda de la transformación del humilde y atento subsecretario de gobierno fidelista, al orgulloso y prepotente diputado local con la investidura de líder camaral y guía del rebaño priísta.
Fantasías y frustraciones, son el fruto de la paranoia, dicen los especialistas.
Y lo innegable es que conocer de antemano la verdad que nunca será candidato, menos gobernador, pudiera ser causante de todo tipo de desequilibrios emocionales en todo aquel que tenga sueños y aspiraciones en el 2010.
Yunes Landa sabe que sus posibilidades de llegar a la candidatura estatal son nulas, por más que trate de impresionar al gobernador Fidel Herrera, mandando la carta de Eufemia a Los Pinos o convirtiéndose en el escudero del régimen.
A partir de ayer al diputado local se le conoce el nuevo atributo de ser el verdugo de la guillotina, y amenazar con cortarle la cabeza a todos los flojos del gabinete que no trabajan al ritmo del mandatario Herrera.
De lunes a viernes, y también sábados y domingos, ordena Yunes, deben laborar.
Qué tiempos aquellos cuando siendo subsecretario, se le veía en los hoteles cinco estrellas de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, disfrutando merecidos y placenteros fines de semana.
Otra jalada yunista que llama la atención, es cuando hace referencia a que los funcionarios deben mostrar la mayor lealtad al gobernador.
Conocerá realmente el legislador choleño el significado del término lealtad.
Hasta donde se sabe, hasta sus propios compañeros de legislatura dudan de la sinceridad y entrega del diputado Yunes a los principios de la Fidelidad.
Los que se dicen cercanos al gobernador, recuerdan que Fidel hizo varias recomendaciones al titular de la Junta de Coordinación, en el sentido de cobijar y enseñar los recovecos parlamentarios a los jóvenes diputados que llegaban por primera vez al Congreso. Y el favor solicitado iba con dedicatoria especial para Carolina Gudiño, que asumía la presidencia de la Cámara desconociendo si su responsabilidad legislativa era cantada o chiflada.
El diputado Héctor Yunes, lejos de cumplir la orden del mandatario, dejó que la Gudiño fuera del tropiezo al ridículo en sus actuaciones al ignorar la normatividad del Congreso.
Quienes saben la historia, aseguran que ese desaire no lo olvida el tío Fide, y lo guarda para el mejor momento.
Otra muestra de lealtad a la que será sometido el que hoy la demanda a los funcionarios de la administración, tendrá que ver con su reacción al no ser favorecido en 2010 con la decisión sucesoria.
Y no son para menos las sospechas.
Oídos que lo han escuchado, presumen que don Héctor se iría por la libre, o bien apoyaría, tras bambalina, a los opositores, en un arrebato de frustración y enojo, síntomas de los que dicen, son visibles de la paranoia.
EL SUFRIMIENTO DEL DIPUTADO LABORDE
Quien no recuerda a Manuel Laborde Cruz, en sus tiempos de hambruno que no tenía ni siquiera para el boleto del pasaje urbano aquí en la capital jalapeña.
Pero cómo haz cambiado Manuelito, ahora con la estafeta de diputado, que desde luego no ganaste en las urnas, ni ganarías nunca en lo que te reste de vida política, te das el lujo de ofrecer tu cheque mensual de 80 mil pesos de salario para los damnificados de las lluvias, conminando a los demás legisladores para que hagan lo mismo.
Es cierto, hoy ostenta riqueza mal habida, y su actitud de caridad huele a demagogia, esa que muestran los personeros farsantes y corruptos.
Los 49 diputados del Congreso perdieron la respiración cuando Laborde superó la oferta de los 10 mil pesos que proponía Manuel Bernal, del PRD, para las víctimas de los desastres naturales en la entidad.
Pero la de Laborde y su cheque, no fue más que una actitud para exhibir sus miserias, porque luego de la sesión, surgieron comentarios que aseguran que el dueño del PRV, sudaba frío mientras esperaba la respuesta de sus compañeros diputados, rezaba varios padres nuestros para que desecharan su atractiva propuesta. Cuando el pleno dijo NO, su alma descansó regresando a la vida.
Señor Laborde, en vez de esas poses de riquillo, ahorre para su vejez, su membrete no va durarle siempre.
¿O usted qué opina?
davidvaronaf@hotmail.com
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