Aparte de tener dirigentes incendiarios y bravucones, no veo un nuevo PAN en la era calderonista.
Se fue el violento y provocador Manuel Espino Barrientos, pero heredó el liderazgo Germán Martínez Cázares, otro panista de alta escuela, pero con actitudes hostiles.
Con sus berrinches de arrogancia y perdonavidas, en nada han beneficiado al Partido Acción Nacional.
Espino cavó la tumba, y Germán está encargándose de sepultar las exequias del instituto político, orgullo de su fundador Manuel Gómez Morin.
El señor Espino venía al estado a realizar actos de desmanes, que alentaban la violencia electoral en los comicios locales del año pasado, agredía al gobernador creyendo que de esa forma se conquista a los veracruzanos.
La respuesta del electorado fue contundente, acudió a votar el 5 de septiembre de 2007 propinándole una paliza al PAN, y dando un voto de confianza al mandatario Fidel Herrera y a los candidatos de la alianza Fidelidad por Veracruz.
El Partido Acción Nacional quedó herido de muerte en la jornada electoral de la entidad, y sus derrotas continuaron por todo el país el resto de 2007, lo que provocó se adelantara la salida de Espino de la dirigencia nacional, aunado a que era el apestado para el presidente Calderón.
Con la bendición presidencial Martínez Cázares fue ungido nuevo jerarca de los panistas, y aún con su lenguaje agresivo y pendenciero, no conoce el sabor de la victoria, al contrario, va acumulando derrotas.
El PAN dirigido por el delfín de don Felipe, no tiene pies ni cabeza.
En forma infantil el joven Germán piensa que las elecciones se ganan asustando a la oposición con el petate del muerto.
En el encuentro masivo con la militancia azul en el Toreo de Cuatro Caminos, el líder panista dijo que “van con todo para el 2009; que el enemigo a vencer es el PRI”, a quien califica como la oposición útil al PAN para alcanzar la reforma energética.
Esa mañana del sábado 5 de julio, un relajado y alegre dirigente vociferó que “vamos por un PEMEX moderno y un congreso pintado azul”.
Al día siguiente de su emotivo evento y sus 15 mil asistentes, el pueblo de Nayarit le dio otra paliza electoral al PAN, sufragando a favor del PRI y sus aliados que lograron mayoría en la legislatura local y se alzaron con la victoria en el 75 por ciento de los ayuntamientos.
Con esas estadísticas en las manos, no veo el PAN vencedor que descifra su líder nacional.
Más bien observo un dirigente perdido, desesperado y sin rumbo, que lo único que se le ocurre es hacer mucho ruido para atraer los reflectores.
Me recuerda a esos perros de rancho que en la oscuridad de la noche salen despavoridos a las calles a ladrar, sin siquiera saber porqué y a qué le ladran.
El panorama nacional es desalentador para el partido político del presidente Calderón, con todo y que el novel dirigente eche las campanas al vuelo, augurando carro completo en el congreso federal.
Los presuntos cien millones de pesos que recibirá cada uno de los 300 candidatos a diputado federal, no serán suficientes para convencer a un electorado que se muestra decepcionado de los gobiernos panistas en cada uno de sus estados o municipios.
Ver que del dinero estatal un gobernador regala limosnas millonarias al clero, o un alcalde ocupa todo el presupuesto del año en comprarse una camioneta de lujo, aunado a otras tantas corruptelas, el pueblo se arrepiente de haberle dado el voto a los candidatos de Acción Nacional.
En el caso específico de Veracruz, no veo cómo ni por dónde el estado corra el riesgo de pintarse de azul.
No existen en el PAN estatal hombres ni mujeres con los tamaños suficientes que le aseguren triunfos, menos ahora que con la imposición de Cambranis en lugar del Pipo Vázquez, el partido se dividió, y la propia militancia albiazul dará el voto de castigo.
Sin verdadero enemigo al frente, todo parece indicar que el gobernador Herrera repetirá la hazaña del pasado septiembre, y Veracruz volverá a pintarse de rojo en la elección de las 21 diputaciones federales en julio de 2009.
Como zorro político que analiza cada circunstancia, Fidel no duda del voto ciudadano, lo que le preocupa son los eventos extraordinarios que pudieran presentarse de aquí a la jornada electoral.
Y no es para menos.
El asunto de la desgracia en la discoteca del Distrito Federal donde murieron 12 jóvenes y 2 policías, tiene indicios que pudo haber sido provocada para desarticular el aparato de seguridad pública del perredista Marcelo Ebrard.
La presunta llegada a Veracruz de un nuevo delegado de la PGR, ligado al aspirante principal del PAN al gobierno estatal, sería el principal indicador de la guerra sucia que se avecina.
Lo dije en entregas anteriores, y vuelvo a reiterarlo:
El PAN y su jefe nato quieren Veracruz.
¿A cualquier precio?
¿O usted qué opina?
Se fue el violento y provocador Manuel Espino Barrientos, pero heredó el liderazgo Germán Martínez Cázares, otro panista de alta escuela, pero con actitudes hostiles.
Con sus berrinches de arrogancia y perdonavidas, en nada han beneficiado al Partido Acción Nacional.
Espino cavó la tumba, y Germán está encargándose de sepultar las exequias del instituto político, orgullo de su fundador Manuel Gómez Morin.
El señor Espino venía al estado a realizar actos de desmanes, que alentaban la violencia electoral en los comicios locales del año pasado, agredía al gobernador creyendo que de esa forma se conquista a los veracruzanos.
La respuesta del electorado fue contundente, acudió a votar el 5 de septiembre de 2007 propinándole una paliza al PAN, y dando un voto de confianza al mandatario Fidel Herrera y a los candidatos de la alianza Fidelidad por Veracruz.
El Partido Acción Nacional quedó herido de muerte en la jornada electoral de la entidad, y sus derrotas continuaron por todo el país el resto de 2007, lo que provocó se adelantara la salida de Espino de la dirigencia nacional, aunado a que era el apestado para el presidente Calderón.
Con la bendición presidencial Martínez Cázares fue ungido nuevo jerarca de los panistas, y aún con su lenguaje agresivo y pendenciero, no conoce el sabor de la victoria, al contrario, va acumulando derrotas.
El PAN dirigido por el delfín de don Felipe, no tiene pies ni cabeza.
En forma infantil el joven Germán piensa que las elecciones se ganan asustando a la oposición con el petate del muerto.
En el encuentro masivo con la militancia azul en el Toreo de Cuatro Caminos, el líder panista dijo que “van con todo para el 2009; que el enemigo a vencer es el PRI”, a quien califica como la oposición útil al PAN para alcanzar la reforma energética.
Esa mañana del sábado 5 de julio, un relajado y alegre dirigente vociferó que “vamos por un PEMEX moderno y un congreso pintado azul”.
Al día siguiente de su emotivo evento y sus 15 mil asistentes, el pueblo de Nayarit le dio otra paliza electoral al PAN, sufragando a favor del PRI y sus aliados que lograron mayoría en la legislatura local y se alzaron con la victoria en el 75 por ciento de los ayuntamientos.
Con esas estadísticas en las manos, no veo el PAN vencedor que descifra su líder nacional.
Más bien observo un dirigente perdido, desesperado y sin rumbo, que lo único que se le ocurre es hacer mucho ruido para atraer los reflectores.
Me recuerda a esos perros de rancho que en la oscuridad de la noche salen despavoridos a las calles a ladrar, sin siquiera saber porqué y a qué le ladran.
El panorama nacional es desalentador para el partido político del presidente Calderón, con todo y que el novel dirigente eche las campanas al vuelo, augurando carro completo en el congreso federal.
Los presuntos cien millones de pesos que recibirá cada uno de los 300 candidatos a diputado federal, no serán suficientes para convencer a un electorado que se muestra decepcionado de los gobiernos panistas en cada uno de sus estados o municipios.
Ver que del dinero estatal un gobernador regala limosnas millonarias al clero, o un alcalde ocupa todo el presupuesto del año en comprarse una camioneta de lujo, aunado a otras tantas corruptelas, el pueblo se arrepiente de haberle dado el voto a los candidatos de Acción Nacional.
En el caso específico de Veracruz, no veo cómo ni por dónde el estado corra el riesgo de pintarse de azul.
No existen en el PAN estatal hombres ni mujeres con los tamaños suficientes que le aseguren triunfos, menos ahora que con la imposición de Cambranis en lugar del Pipo Vázquez, el partido se dividió, y la propia militancia albiazul dará el voto de castigo.
Sin verdadero enemigo al frente, todo parece indicar que el gobernador Herrera repetirá la hazaña del pasado septiembre, y Veracruz volverá a pintarse de rojo en la elección de las 21 diputaciones federales en julio de 2009.
Como zorro político que analiza cada circunstancia, Fidel no duda del voto ciudadano, lo que le preocupa son los eventos extraordinarios que pudieran presentarse de aquí a la jornada electoral.
Y no es para menos.
El asunto de la desgracia en la discoteca del Distrito Federal donde murieron 12 jóvenes y 2 policías, tiene indicios que pudo haber sido provocada para desarticular el aparato de seguridad pública del perredista Marcelo Ebrard.
La presunta llegada a Veracruz de un nuevo delegado de la PGR, ligado al aspirante principal del PAN al gobierno estatal, sería el principal indicador de la guerra sucia que se avecina.
Lo dije en entregas anteriores, y vuelvo a reiterarlo:
El PAN y su jefe nato quieren Veracruz.
¿A cualquier precio?
¿O usted qué opina?
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