Y de nueva cuenta es a causa de las concesiones de taxis prometidas y que no terminan de llegar a manos de quienes pagaron hasta 200 mil pesos.
El general Homero Gamboa no sabe ni cuando le estallará la bronca de protestas y denuncias, que desde luego no desconoce sus orígenes, pero de la que dice no tener nada tenga que ver en esas transas.
Verdad o mentira la del director de Tránsito y Transporte, se gesta un movimiento en contra de la dependencia por parte de los que se sienten defraudados al haber pagado en lo oscurito entre 150 y 200 mil pesos por un juego de placas.
El dinero pedido para tal fin lo entregaron en el mes de abril, y es hora que no saben nada de los títulos de propiedad para operar el negocio de transporte de pasajeros en la modalidad de taxis.
La promesa a los incautos aspirantes a taxistas fue que en “quince días tendrían en sus manos el ansiado documento, y les pidieron tuvieran listos los vehículos modelo 2008 debidamente pintados de blanco y rojo, los cuales les ordenaron que adquirieron en una agencia automotriz de Poza Rica, en el norte del estado, al parecer propiedad de un alto funcionario del gobierno de Veracruz.
Han transcurrido siete meses que en manos del dizque intermediario estatal para la transacción, pusieron el patrimonio de toda su vida, y la paciencia se les termina.
Cada semana acuden a esta capital jalapeña a entrevistarse con el “representante” del gobierno del estado para preguntar qué está pasando con sus concesiones, y vival se las lleva dándole largas al compromiso pactado.
La pregunta que surge… ¿Quién es ahora el nuevo Tomás Mundo o la Martha Montoya que a nombre del gobierno de la Fidelidad hace los grandes negocios con las placas de taxis?
Datos confiables obtenidos por este columnista, señalan que de abril a la fecha suman por lo menos 300 ciudadanos de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río que, aún no teniendo ninguna relación, experiencia o antigüedad con el negocio de taxis, se cayeron con la “cuota” para hacerse acreedores a una concesión.
Lo que hacen un ingreso bruto de 60 millones de pesos; repito, esto tan solo en los municipios de Veracruz y Boca del Río. Y Cuánto más de dinero ha entrado de las demás grandes ciudades en las que también prometieron 5 mil nuevas liberaciones.
Por lo visto, la fiesta sigue en grande con eso de las adjudicaciones de placas; las ganancias continúan siendo millonarias.
Pero… si en verdad se está dando ese cochinero de corrupción…
¿Quién es el operador y a quién está llevando los costales de billetes?
La Montoya se fue de la dirección de Tránsito hasta el copete de lana una vez alcanzados todos sus caprichos que se propuso desde el primero de diciembre de 2004, cuando ingresó al gobierno estatal que iniciaba funciones.
Se propuso hacerse millonaria a corto plazo, y se le hizo realidad.
Soñó con tener un Penthouse frente al mar, ya lo tiene.
Deseaba que su hija Michelle fuera Reina del Carnaval de Veracruz, y lo consiguió, no importa que para el vestido y el carro haya tenido que explotar a sus agentes de tránsito imponiéndoles la compra de boletos para rifas fantasmas.
Doña Martha ya no está.
Entonces…¿Quién hace ahora su chamba encubierta y fraudulenta de pedir dinero a cambio de concesiones de taxis?
¿Acaso es Julio Cerecedo?
¿Aguantará el escándalo que viene en camino?
¿O usted qué opina?