¿A qué intereses sirve Reynaldo Escobar?
Es la pregunta que retumba como eco en los pasillos y dependencias de palacio de gobierno.
Y no es para menos.
Después del zafarrancho de insubordinación de los policías intermunicipales en el cuartel San José la mañana del pasado lunes, todo apunta a que fue un acto deliberado y autorizado por el coordinador Bertoldo Reyes Campuzano.
Y no debe pasarse por alto que el titular de la Policía Intermunicipal Xalapa-Banderilla-Tlanelhuayocan, es de los espías incondicionales al secretario de Gobierno, a él le debe el cargo que ocupa, por lo tanto le guarda lealtad antes que al ejecutivo estatal y no da un paso adelante si Escobar no se lo autoriza.
Reynaldo y Bertoldo, son grandes cuates, cómplices y socios en muchas travesuras; son como uña y carne.
Cuando Reyes Campuzano se encontraba en el ostracismo político, refugiado en su despacho jurídico en el que no se paran ni las moscas, Reynaldo, siendo alcalde de Xalapa, lo rescata nombrándolo director de comercio municipal, convirtiéndose en el terror de los pobres vendedores ambulantes que sufrieron extorsiones y todo tipo de atropellos.
¿Quién no conoce al licenciado Bertoldo?
Su ficha curricular como funcionario público tiene una estela de arbitrariedad, corrupción y engaño; sirvió al establo de los que, con el garrote en las manos, ejercieron el poder detrás del trono, y al igual que el director de la Policía Ministerial, José Domingo Martínez Riverol, tiene en la frente el fierro que los identifica.
Y para desgracia de los veracruzanos, ambos manejan parte del engranaje de la seguridad pública estatal. Uno, “velando” por los intereses ciudadanos de tres municipios, y el otro, de vacaciones al frente de una institución policiaca corrompida y comprometida con intereses ajenos a la Procuraduría General de Justicia, que protegen y evitan echarle el guante a los verdaderos delincuentes.
Los dos están al servicio y bajo las órdenes del secretario de Gobierno Escobar Pérez, a quien su adoración al dios Baco le opaca la visión para observa los índices delictivos de la entidad.
La ciudadanía se pregunta porqué esos personajes con pasado oscuro y tenebroso lograron treparse en posiciones estratégicas, como lo es realmente la seguridad de los ciudadanos, convertida en la piedra en el zapato para el gobernador, a causa precisamente del circulo vicioso y los conflictos de intereses que mantienen atrapado al general Sergio López Esquer y al Procurador Salvador Mikel Rivera.
Eventos bochornosos como el del lunes increpando y retando a la autoridad del Secretario de Seguridad Pública, no son creación de la madre de las casualidades; sus operadores tienen nombres y apellidos, y lejos de coadyuvar a lograr el clima de paz y tranquilidad que desea para Veracruz el gobernador Fidel Herrera, le apuestan a desestabilizar al estado.
Pese a que el mandatario estatal refrendó su apoyo y confianza al titular de la SSP, los incidentes en el cuartel San José exigen una exhaustiva investigación, “caiga quien caiga”.
No debe soslayarse que el general López Esquer es un militar de alto rango y de muchas estrellas, por lo que, de acuerdo a las primeras indagaciones de los cuerpos de inteligencia de la milicia a su servicio, el camino a la mano que “meció a los intermunicipales” lleva directo a palacio de gobierno.
¿Serán los intereses del secretario de Gobierno que se ven afectados, o es la forma con la que busca obligar a ser tomado en cuenta para el 2010, en cuyo escenario ni siquiera figura como precandidato?
¿O usted qué opina?
Es la pregunta que retumba como eco en los pasillos y dependencias de palacio de gobierno.
Y no es para menos.
Después del zafarrancho de insubordinación de los policías intermunicipales en el cuartel San José la mañana del pasado lunes, todo apunta a que fue un acto deliberado y autorizado por el coordinador Bertoldo Reyes Campuzano.
Y no debe pasarse por alto que el titular de la Policía Intermunicipal Xalapa-Banderilla-Tlanelhuayocan, es de los espías incondicionales al secretario de Gobierno, a él le debe el cargo que ocupa, por lo tanto le guarda lealtad antes que al ejecutivo estatal y no da un paso adelante si Escobar no se lo autoriza.
Reynaldo y Bertoldo, son grandes cuates, cómplices y socios en muchas travesuras; son como uña y carne.
Cuando Reyes Campuzano se encontraba en el ostracismo político, refugiado en su despacho jurídico en el que no se paran ni las moscas, Reynaldo, siendo alcalde de Xalapa, lo rescata nombrándolo director de comercio municipal, convirtiéndose en el terror de los pobres vendedores ambulantes que sufrieron extorsiones y todo tipo de atropellos.
¿Quién no conoce al licenciado Bertoldo?
Su ficha curricular como funcionario público tiene una estela de arbitrariedad, corrupción y engaño; sirvió al establo de los que, con el garrote en las manos, ejercieron el poder detrás del trono, y al igual que el director de la Policía Ministerial, José Domingo Martínez Riverol, tiene en la frente el fierro que los identifica.
Y para desgracia de los veracruzanos, ambos manejan parte del engranaje de la seguridad pública estatal. Uno, “velando” por los intereses ciudadanos de tres municipios, y el otro, de vacaciones al frente de una institución policiaca corrompida y comprometida con intereses ajenos a la Procuraduría General de Justicia, que protegen y evitan echarle el guante a los verdaderos delincuentes.
Los dos están al servicio y bajo las órdenes del secretario de Gobierno Escobar Pérez, a quien su adoración al dios Baco le opaca la visión para observa los índices delictivos de la entidad.
La ciudadanía se pregunta porqué esos personajes con pasado oscuro y tenebroso lograron treparse en posiciones estratégicas, como lo es realmente la seguridad de los ciudadanos, convertida en la piedra en el zapato para el gobernador, a causa precisamente del circulo vicioso y los conflictos de intereses que mantienen atrapado al general Sergio López Esquer y al Procurador Salvador Mikel Rivera.
Eventos bochornosos como el del lunes increpando y retando a la autoridad del Secretario de Seguridad Pública, no son creación de la madre de las casualidades; sus operadores tienen nombres y apellidos, y lejos de coadyuvar a lograr el clima de paz y tranquilidad que desea para Veracruz el gobernador Fidel Herrera, le apuestan a desestabilizar al estado.
Pese a que el mandatario estatal refrendó su apoyo y confianza al titular de la SSP, los incidentes en el cuartel San José exigen una exhaustiva investigación, “caiga quien caiga”.
No debe soslayarse que el general López Esquer es un militar de alto rango y de muchas estrellas, por lo que, de acuerdo a las primeras indagaciones de los cuerpos de inteligencia de la milicia a su servicio, el camino a la mano que “meció a los intermunicipales” lleva directo a palacio de gobierno.
¿Serán los intereses del secretario de Gobierno que se ven afectados, o es la forma con la que busca obligar a ser tomado en cuenta para el 2010, en cuyo escenario ni siquiera figura como precandidato?
¿O usted qué opina?
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