domingo, 5 de octubre de 2008

LADRÓN QUE ROBA A LADRÓN...TIENE 100 AÑOS DE PERDÓN

Otra vez protegen a los peces gordos.
Exalcaldes de 58 municipios de la chiquillada, serán denunciados si no regresan la lana que se robaron en los años 2005 y 2006.
De acuerdo a la lista oficial, entre los ayuntamientos acusados de posible daño patrimonial, no figuran municipios importantes, pese a tener el señalamiento que podrían estar bajo sospecha.
El de Veracruz, que presidió Julen Rementería del Puerto, conocido por los escándalos de las nóminas secretas en las que compensaba hasta con 150 mil y 200 mil pesos a sus regidores y directores de áreas más cercanos.
El de Boca del Río, encabezado por Francisco Gutiérrez de Velasco, que gastaba el dinero del pueblo mandando a construir estatuas, como la de Vicente Fox que le costó al erario municipal más de 2 millones de pesos, aún cuando él decía que “me la regalaron”. Eso sin contar sus constantes viajes de placer por Europa a cargo del municipio que dejó en bancarrota, al grado tal de tener que recurrir a la venta de inmuebles públicos para pagar deudas y aguinaldos de diciembre de 2007.
El de Coatzacoalcos, que cuando era alcalde Ivan Hilman Chapoy, se aseguró que presuntamente, de las arcas municipales había salido para comprar una nueva rotativa para los negocios editoriales de la familia.
O qué decir del municipio de Minatitlán, del que se dice fue saqueado por las autoridades salientes impuestas por el entonces dirigente petrolero Pablo Pavón Vinales, hoy en desgracia y dejado de la mano de la Fidelidad.
O porqué no incluir a los municipios de Córdoba, Orizaba, Poza Rica, Tuxpan y Pánuco, en los que también sus expresidentes municipales enriquecieron al puro estilo del Fidelismo.
Entre los municipios con irregularidades financieras del orden de los 87 millones de pesos, no se observa un solo ayuntamiento de peso político capaz de influir en una contienda electoral.
Nuevamente, como ya se volvió una costumbre, los pillos y ladrones siempre son los alcaldes de los municipios cuyo presupuesto anual no rebasa siquiera los 60 millones de pesos.
Mientras que los ediles de los ayuntamientos que se llevan todo el pastel en la repartición que hace la Legislatura local, otra vez resultaron blancas palomitas; no se robaron ni un centavo en su trienio de administración (2005-2007).
¿Quién va a tragarse semejante barbaridad?
Sería oficioso y no me alcanzaría el espacio para enumerar las raterías cometidas por exalcaldes que hoy, como premio a la deshonestidad, son funcionarios del gobierno de la Fidelidad o trabajan como diputados locales al servicio del gobernador y su partido el PRI.
Pero bueno, chicos o grandes, los ayuntamientos que resultaron con “inconsistencias administrativas” en las cuentas públicas 2005 y 2006, siempre serán un jugoso negocio para el ORFIS y su director general Mauricio Audirac Murillo.
Todo aquel presidente municipal que desee librarla, tendrá que sacar sus “ahorros” para poder entrarle a la negociación del “borrón y olvídate de la deuda”. La cuota es el 25 por ciento del supuesto hurto a la comuna municipal.
Si se dice que son 86 millones 994 mil 700 pesos los que andan desaparecidos en los 56 ayuntamientos, según Pitágoras, quien haga el trabajo sucio en el ORFIS estaría cobrando unos 22 millones de pesos libres de paja.

Con 30 años revisando y auditando las cuentas públicas de los ayuntamientos, el sobrino de la Flecha Murillo, exsecretario de Finanzas del gobierno Fidelista, es un experto en la simulación y en el arte de tapar hoyos de los alcaldes ladrones.
Gracias a su complicidad para arreglar los entuertos financieros que dejan el saqueo de las tesorerías municipales, muchos presidentes han librado la cárcel gracias a la “experiencia” contable del joven Mauricio, contador público de raras costumbres que odia a las mujeres.
De norte a sur y de este a oeste, en la entidad veracruzana, Audirac Murillo ha sembrado cementerios de impunidad con los alcaldes que llegaron al cargo a llevarse costales de dinero ajeno.
No se conoce que algún munícipe haya pisado la cárcel por resultar culpable de peculado, abuso de autoridad, enriquecimiento inexplicable, o incumplimiento de un deber legal. Su salvación lleva el sello Audirac.
Incluso, el actual titular del ORFIS fue el encargado de “limpiar” toda esa porquería acumulada en los seis años de alemanismo, en los que el robo al estado fue abierto y descarado.
Sin embargo, no hubo un solo funcionario del gobernador Miguel Alemán, que fuera inodado en actos de corrupción. El señor Audirac, no encontró rastro alguno de malversación de los fondos públicos. Y en consecuencia hasta se les pidió perdón por “dudar de su honestidad”.
Lo que no sabe la gente es que para poder alcanzar el “aseo de la administración estatal pasada”, el gobernador Fidel tuvo que fajarse de cobrador exigiéndole a Mauro Loyo, a Ramón Ferrari y a Porfirio Serrano, regresaran parte de lo robado en sus seis años como secretario de Salud, de Agricultura y de Desarrollo Regional, respectivamente.
No regresen todo, siquiera el 25 por ciento, habría sido la propuesta Fidelista.
Y tuvieron que entrarle a huevitos, so pena de terminar en la cárcel. Uno de los tres pagó con dos ranchitos de 100 hectáreas para arriba, otro con un Pent House en la zona conurbada y hubo uno que pagó en efectivo.
Pero se dijo que los alemanistas no saquearon al estado.
¡Qué vergüenza para Veracruz!
Hasta la fecha no se sabe ni se tiene informe alguno; que lo regresado por la pandilla alemanista, haya pasado a formar parte del patrimonio de los bienes del patrimonio de los bienes del gobierno del estado.
O que lo devuelto en efectivo haya ingresado a la caja de la Sefiplan
Y Mauricio Audirac sigue al frente de ese engendro de corrupción y complicidades llamado ORFIS, tapadera de delincuentes institucionales.
En sus revisiones de los ejercicios 2005 y 2006 en los 212 ayuntamientos de la entidad, buscó con lupa y no encontró a ningún alcalde pez gordo que resultara ladrón. Lo mismo ha sucedido con los funcionarios Fidelistas.
Por favor, que lo entiendan Yunes y el presidente Calderón… “en Veracruz todos los funcionarios del estado son castos y puros”.
Los tuvo el gobierno alemanista, y el de la Fidelidad no se queda atrás.
El tío Fide también tiene su camada de hombres rectos y pulcros.
Eso dicen las cuentas del ORFIS.
¿O usted que opina?

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