El gobernador Fidel Herrera se encuentra más que preocupado porque sigue sin aparecer, ni vivo ni muerto, el titular de la Aduana de Veracruz, Francisco Serrano.
Todos los días el mandatario veracruzano reúne a su comando unificado especializado en seguridad pública para evaluar resultados, intercambiar información y para implementar nuevos mecanismos de investigación que terminen dando resultados satisfactorios.
Pero todo ha sido como buscar una aguja en un pajar.
¡Nadie sabe nada, nadie vio nada!
Filtran quienes dicen tener información de primera mano, que desde el propio palacio de gobierno estatal decenas de llamadas han sido realizadas a los grupos delictivos que operan en Veracruz, preguntándoles si tienen a Francisco Serrano.
La respuesta ha sido la misma desde el martes…
¡¡NO!!
Incluso, cuentan, que los teléfonos celulares de un distinguido y poderoso personaje que despacha en una lujosa residencia ubicada en el fraccionamiento Reforma del puerto jarocho, no han dejado de sonar día y noche, y la misma voz sigue reiterando una y otra vez la interrogante…
¿Ustedes los tienen, verdad?
La persona que recibe la llamada, enfurecido molesto por la insistencia, grita y contesta…
“Con una puta madre, ya les dije que no”.
Y la investigación, vuelve a quedar igual que cuando empezaron.
Es más, ni siquiera los detenidos Héctor Peñafiel y sus agentes de tránsito, han aportado nada positivo que beneficie los trabajos de inteligencia policiaca o militar para resolver el misterio de la desaparición del jefe aduanero.
Ni las amenaza de que primero serían arraigados y posteriormente puestos a disposición de un juez federal acusados de asociación delictuosa, secuestro y homicidio, dobló a Peñafiel ni a sus muchachos.
Ya lo decíamos ayer en este mismo espacio.
Todos se cubren con el mato de la complicidad, y hasta cierto punto, los arraigados piensan en salvar sus vidas, aunque sea en la cárcel; saben que en esa “chamba tan peligrosa” el principal de los códigos es el silencio, aguantar vara, así tan brutal sea la paliza que los agentes policiacos les propinen para hacerlos cantar.
Con todo y el “arraigo” de los principales presuntos implicados en el secuestro del funcionario federal, este continuaba, hasta anoche, sin dar señales de vida, y mucho menos las autoridades que investigan la desaparición, cuentan con elementos o señales que avizoren el pronto descubrimiento de su paradero.
Cada día que pasa es como si fuera el primero, porque nada se tiene, y en virtud de ello no ha quedado otro camino que pedir la colaboración de los automovilistas que la noche del martes y a la misma hora también circulaban por el puente Morelos, justo atrás o adelante de la camioneta Liberti, que tripulaba Serrano Aramori.
La petición es que en forma anónima aporten cualquier dato o información de lo que hayan visto en relación al misterioso y peliculesco “levantón” del director de la Aduana Marítima del puerto jarocho, que ayer viernes a las 10 horas de la noche cumplió 96 horas que no se sabe dónde está.
Recurrir a la ayuda de la ciudadanía, son síntomas de desesperación de quiénes en Veracruz tienen esa papa caliente en sus manos.
La presión del gobierno Calderonista, se ve y se siente en las esferas del gobierno Fidelista.
Pero no hay nada nuevo qué informar.
La investigación se encuentra empantanada, y no se duda que muchos chivos espiatorios vayan apareciendo en el curso del caso.
Por lo pronto, transmitimos una versión que, nada alejada la realidad, anduvo circulando anoche viernes en la ciudad histórica y cuatro veces heroica…
“A Serrano Aramori lo sacaron de Veracruz, nunca van a encontrarlo en el estado”.
Corresponde a la autoridad investigar.
¿O usted qué opina?
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