El tiempo corre y no aparece el administrador de la Aduana de Veracruz, Francisco Serrano Aramori.
Y conforme vayan transcurriendo las horas y los días, menos serán las posibilidades de localizarlo con vida.
Todo es confusión al cumplirse anoche 72 horas del “levantón” del funcionario federal, suscitado la noche del lunes en el puente vehicular José María Morelos, en el municipio más importante del estado, gobernado por el priísta Jon Rementería Sempé.
Tanto los elementos militares, de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Subsecretaría de Investigación en Delincuencia Organizada (SIEDO) gobierno del estado, siguen dando palos de ciego.
Las fuerzas de seguridad nacional, encargadas de las investigaciones de la desaparición de Serrano Aramori, no han podido traspasar esa gran muralla de complicidades que en Veracruz mantienen las bandas del crimen organizado con algunos representantes del quehacer gubernamental.
No es materia de discusión ya que el administrador de la Aduana Serrano Aramori, es sólo una víctima más de las muchas que han tenido la desgracia de cubrir el perfil a los intereses de los criminales, quienes por venganza o dinero, mantienen bajo zozobra a ciertos sectores de la sociedad veracruzana desde principios de 2005.
Pero el círculo del amasiato entre autoridades locales y delincuentes, es tan cerrado que no permite avanzar en las pesquisas que permitan dar con el paradero del secuestrado.
Desde la residencia oficial de Los Pinos está ejerciendo presión sobre el gobierno de Fidel Herrera, advirtiendo que Francisco Serrano debe encontrársele vivo, sano y a salvo.
Del operativo nocturno del martes pasado en el que la Secretaría de a Defensa Nacional, PGR y SIEDO se llevó a 46 agentes de tránsito y a su director Héctor Peñafiel Parra, poco o nada pudo rescatarse, porque 12 horas después, 40 de los detenidos fueron dejados en libertad tras haber declarado en torno al caso y no habérsele encontrado participación en la desaparición de Serrano.
En calidad de “retenidos” en las instalaciones de la PGR en Veracruz, continúan el propio Peñafiel y siete de sus subordinados, y al parecer serán trasladados a la sede central de la SIEDO en la ciudad de México.
Ayer mismo el abogado Jorge Reyes Peralta, defensor de Peñafiel, promovió ante la justicia federal el amparo 191/ 2009 para que a su cliente se le defina su situación jurídica en el término constitucional.
¿QUIEN ES HECTOR PEÑAFIEL PARRA?
Es el director general de Tránsito y Vialidad en el municipio de Veracruz; arribó al cargo al iniciar Jon Remetería su encargo como alcalde de la ciudad. Venía del municipio de Alvarado, donde por tres años ocupó el mismo cargo, dependiente del estado.
De Peñafiel, se cuentan muchas historias de terror, todas relacionadas con grupos de la delincuencia organizada que opera en la ciudad porteña, y de los cuales se dice, mantienen secuestrada la institución vial, al no moverse nada sin la autorización o consentimiento de los mismos.
Diversos comunicadores que en sus columnas periodísticas denuncian los grandes negocios de Peñafiel y la sospechosa operatividad de Tránsito de Veracruz, terminan siendo víctimas de amenazas de muerte.
A través de “reporteros” de la fuente policiaca, el funcionario municipal ha intimidado a sus críticos, a quienes presuntamente manda decirles que “o se calman o los manda desaparecer”.
Muchas de esas amenazas fueron informadas al propio gobernador Fidel Herrera, quien sólo atinaba decir a cada uno de los espantados periodistas… “Cálmate un tiempo, deja de escribir de eso (de Peñafiel y su banda).
La PGR ha sentado a Héctor Peñafiel en el banquillo de los acusados, como principal sospechoso del “levantón” de Francisco Serrano Aramori, y aún cuando no haya participado directamente, existen indicios que tuvo conocimiento de su planeación, y lo más grave, oculta la identidad de los responsables, que desde luego, son elementos de la corporación a su mando.
AL DE LA ADUANA LO TENIAN EN LA MIRA
Francisco Serrano Aramori, llegó a la administración de la Aduana Marítima del Puerto de Veracruz, arrastrando amenazas de muerte por parte de grupos criminales asentados también en otras entidades del país.
Antes de venir a Veracruz, desempeño el mismo encargo en la Aduana de Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde sustituyó a Juan Carlos Ramírez, quien acumuló antecedentes de corrupción y tráfico de influencias para solapar el tráfico ilegal, incluso hasta de armas de uso exclusivo de las fuerzas armadas de México.
Según antecedentes, durante cuatro ocasiones bandas del crimen organizado intentaron someter y “secuestrar o levantar” a Serrano siendo titular de aquella Aduana fronteriza, lo que originó que por meses fuera protegido por elementos de la Policía Fiscal Federal.
Al funcionario dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, se le relacionó como cercano colaborador de José Guzmán Montalvo, poderoso Administrador Central de Aduanas, protegido de Martha Sahagún y recomendado de los hijos de ésta, los conocidos hermanos Bribiesca, famosos por tanta transa que hicieron bajo el amparo del poder de su madre.
Con Guzmán Montalvo al frente de las Aduanas nacionales, el contrabando ilegal vivió su máxima expresión. Connotados militantes del PAN entraban al país trayendo todo tipo de artículos no permitidos por las leyes mexicanas en la materia.
Hasta los aviones particulares del argentino Carlos Ahumada servían como transporte para introducir armas al país. Como fue el caso de la aeronave Star, matrícula XA TUK que el 4 de julio de 2003 procedente de Texas aterrizara en el aeropuerto internacional de Toluca, estado de México, trayendo armamento prohibido, propiedad del panista Eduardo Zuno, a quien jamás se le fincó responsabilidad penal por el delito cometido.
Al parecer Francisco Serrano formó parte de ese manto de impunidad en las Aduanas del país, con el que se cancelaban patentes a los agentes aduanales “que no cooperaban en los grandes negocios de contrabando, para buscar beneficiar a los concesionarios cómplices de la ilegalidad.
¿Qué intereses pisó, o qué compromisos no cumplió Serrano para que decidieran cazarlo precisamente en el estado, que gobierna alguien non grato para Calderón y sus aliados?
¿O usted qué opina?
NOTA: Por cierto ayer, algunos plumíferos al servicio del mejor postor, dieron como un hecho que el administrador de la Aduana de Veracruz había aparecido vivo, desinformando y provocando confusión entre los familiares del infortunado funcionario federal y de la propia ciudadanía.
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