Fallaron en sus pronósticos los agoreros del desastre…
Habían anunciado que Héctor Yunes Landa desencadenaría barruntos de tempestad durante la lectura de su segundo informe de labores como diputado local.
Diagnosticaron que el legislador oriundo de Soledad de Doblado, lanzaría rayos y centellas, yéndose con todo en contra de la Fidelidad por el amañado proceso selectivo del candidato a gobernador en el 2010.
“Va írsele directo a la yugular a Fidel”…
Anduvieron diciendo días antes algunos seguidores del político choleño, que decidió lanzarse sin paracaídas y sin el visto bueno de quien manda en Veracruz, a la búsqueda de la candidatura priísta al gobierno de Veracruz.
Por ello, el evento informativo era esperada con ansias, más por el morbo desatado por la rebeldía de Yunes Landa, que por los logros alcanzados en el Congreso local, primero como titular de la Junta de Coordinación Política y representante de la bancada tricolor, y a últimas como un solitario y apestado legislador.
Sin embargo, llegó el día por todos esperado; y nada, absolutamente nada extraordinario ocurrió en ese terruño cañero, donde han salido carretadas de dinero para gastarlo en las campañas proselitistas del PRI, incluyendo las dos del propio Yunes Landa.
Los 5 mil, 7 mil o los 10 mil que dicen asistieron a ciudad Cardel el sábado pasado, advertidos de los bazucazos que lanzaría Yunes Landa contra el Fidelismo, acudieron cubiertos con modernos chalecos antibalas para no salir ni siquiera raspados por la artillería pesada advertida.
Pero ¡Oh, qué grande decepción!
Los miles de amigos, acarreados o simpatizantes de Cambio Generacional, dijeron que su “líder”, no disparó ni siquiera una pistolita de chinampinas, y más que rompimientos, consignas o críticas al gobierno que late con fuerza, en su intervención “exhortó a su partido el PRI, a la unidad, haciendo a un lado diferencias e intereses particulares”.
Y era tanta la molestia de algunos apasionados del proyecto yunista por la sumisión y los miedos de Héctor mostrados en su disertación, que atrevieron a comentar que “por eso lo bautizaron con el mote de la “gata mansa”.
Pudiera entenderse la irritación de esos antifidelistas infiltrados en el grupo de Yunes Landa, pero olvidan que don Héctor es también otro experto en la simulación del ataque, otro destacado agarra-pendejos, y a eso debe su doble discurso ante la opinión pública veracruzana.
Por un lado, el diputado local aspirante a la candidatura del PRI a la gubernatura en el 2010 exige democratizar su partido, y que la nominación del abanderado tricolor se realice por medio de encuestas ciudadanas, donde todas las voces tengan la oportunidad de elegir a su candidato a gobernador.
Es decir, de la noche a la mañana Yunes Landa se convierte en el nuevo adalid de la democracia y la justicia social en el PRI estatal.
Pero por el otro lado, existen testimonios públicos donde siendo subsecretario de Gobierno, usó el poder político para acallar y reprimir voces ciudadanas que demandaban ser escuchadas y atendidas, lo mismo que hoy él exige a la dirigencia estatal de su partido el Revolucionario Institucional.
Debo enfatizar, ser muy claro que si Héctor Yunes se aventó al vacío sin el paracaídas oficial del Fidelismo, lo hizo influenciado por intereses del altiplano, esos que quieren poner contra pared al propio gobernador Fidel Herrera en sus aspiraciones del 2012.
Incluso trasciende, se comenta y especula, que mucho parque financiero estaría por inyectársele a la precampaña del soñador y rebelde diputado local, representante del distrito electoral de La Antigua, exactamente donde un grupo de voraces agiotistas lo involucran en un fraude de más de 600 millones, que presumen buena parte se fue a su campaña electoral de 2004.
Pero ni aún todo el dinero que le den para invertirlo en imagen televisiva, Yunes Landa, cambiará el destino político de su partido en Veracruz para el 2010.
El nombre del delfín, está decidido, y sólo un sismo político de grandes dimensiones, podrían echarlo abajo.
Y sinceramente yo dudo que Héctor Yunes Landa, tenga los atributos o el producto de gallina para correr el riesgo de provocarlo, aún cuando el sábado dijo que “la política no es para timoratos”.
Ya lo dijeron sus propios seguidores…
Por algo le dicen “la gata mansa”.
¿O usted qué opina?
P.D. Hablar en este espacio de la crisis política que enfrenta el PAN en Veracruz, ha generado recibir todo tipo de infundios desde el anonimato. Sólo puedo defenderme diciéndoles que… “No sean cobardes y maricones, den la cara. Porque cuando al PAN se le alaba y enaltece, guardan silencio”.
Habían anunciado que Héctor Yunes Landa desencadenaría barruntos de tempestad durante la lectura de su segundo informe de labores como diputado local.
Diagnosticaron que el legislador oriundo de Soledad de Doblado, lanzaría rayos y centellas, yéndose con todo en contra de la Fidelidad por el amañado proceso selectivo del candidato a gobernador en el 2010.
“Va írsele directo a la yugular a Fidel”…
Anduvieron diciendo días antes algunos seguidores del político choleño, que decidió lanzarse sin paracaídas y sin el visto bueno de quien manda en Veracruz, a la búsqueda de la candidatura priísta al gobierno de Veracruz.
Por ello, el evento informativo era esperada con ansias, más por el morbo desatado por la rebeldía de Yunes Landa, que por los logros alcanzados en el Congreso local, primero como titular de la Junta de Coordinación Política y representante de la bancada tricolor, y a últimas como un solitario y apestado legislador.
Sin embargo, llegó el día por todos esperado; y nada, absolutamente nada extraordinario ocurrió en ese terruño cañero, donde han salido carretadas de dinero para gastarlo en las campañas proselitistas del PRI, incluyendo las dos del propio Yunes Landa.
Los 5 mil, 7 mil o los 10 mil que dicen asistieron a ciudad Cardel el sábado pasado, advertidos de los bazucazos que lanzaría Yunes Landa contra el Fidelismo, acudieron cubiertos con modernos chalecos antibalas para no salir ni siquiera raspados por la artillería pesada advertida.
Pero ¡Oh, qué grande decepción!
Los miles de amigos, acarreados o simpatizantes de Cambio Generacional, dijeron que su “líder”, no disparó ni siquiera una pistolita de chinampinas, y más que rompimientos, consignas o críticas al gobierno que late con fuerza, en su intervención “exhortó a su partido el PRI, a la unidad, haciendo a un lado diferencias e intereses particulares”.
Y era tanta la molestia de algunos apasionados del proyecto yunista por la sumisión y los miedos de Héctor mostrados en su disertación, que atrevieron a comentar que “por eso lo bautizaron con el mote de la “gata mansa”.
Pudiera entenderse la irritación de esos antifidelistas infiltrados en el grupo de Yunes Landa, pero olvidan que don Héctor es también otro experto en la simulación del ataque, otro destacado agarra-pendejos, y a eso debe su doble discurso ante la opinión pública veracruzana.
Por un lado, el diputado local aspirante a la candidatura del PRI a la gubernatura en el 2010 exige democratizar su partido, y que la nominación del abanderado tricolor se realice por medio de encuestas ciudadanas, donde todas las voces tengan la oportunidad de elegir a su candidato a gobernador.
Es decir, de la noche a la mañana Yunes Landa se convierte en el nuevo adalid de la democracia y la justicia social en el PRI estatal.
Pero por el otro lado, existen testimonios públicos donde siendo subsecretario de Gobierno, usó el poder político para acallar y reprimir voces ciudadanas que demandaban ser escuchadas y atendidas, lo mismo que hoy él exige a la dirigencia estatal de su partido el Revolucionario Institucional.
Debo enfatizar, ser muy claro que si Héctor Yunes se aventó al vacío sin el paracaídas oficial del Fidelismo, lo hizo influenciado por intereses del altiplano, esos que quieren poner contra pared al propio gobernador Fidel Herrera en sus aspiraciones del 2012.
Incluso trasciende, se comenta y especula, que mucho parque financiero estaría por inyectársele a la precampaña del soñador y rebelde diputado local, representante del distrito electoral de La Antigua, exactamente donde un grupo de voraces agiotistas lo involucran en un fraude de más de 600 millones, que presumen buena parte se fue a su campaña electoral de 2004.
Pero ni aún todo el dinero que le den para invertirlo en imagen televisiva, Yunes Landa, cambiará el destino político de su partido en Veracruz para el 2010.
El nombre del delfín, está decidido, y sólo un sismo político de grandes dimensiones, podrían echarlo abajo.
Y sinceramente yo dudo que Héctor Yunes Landa, tenga los atributos o el producto de gallina para correr el riesgo de provocarlo, aún cuando el sábado dijo que “la política no es para timoratos”.
Ya lo dijeron sus propios seguidores…
Por algo le dicen “la gata mansa”.
¿O usted qué opina?
P.D. Hablar en este espacio de la crisis política que enfrenta el PAN en Veracruz, ha generado recibir todo tipo de infundios desde el anonimato. Sólo puedo defenderme diciéndoles que… “No sean cobardes y maricones, den la cara. Porque cuando al PAN se le alaba y enaltece, guardan silencio”.
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