La humildad…
Ha sido la principal característica del éxito Fidelista como gobierno.
Puede no haber veracruzano urgente de atención que se haya acercado al gobernador Fidel Herrera y se queje de falta de sensibilidad y respuesta a sus demandas o problemas.
La modestia, sencillez o docilidad, han sido el sello de la casa en la administración del tío Fide.
El propio mandatario estatal, a sabiendas que el pueblo debe ser escuchado y atendido, ha puesto el ejemplo en el cuidado y trato sin distingo hacia todos los veracruzanos.
El hombre leyenda de México, ex gobernador de Veracruz y ex secretario de Gobernación, don Fernando Gutiérrez Barrios, siempre dijo que “si por las tardes el pueblo decía que era de noche, en esos momentos había que encender las farolas, no importando que aún fuera de día”.
Y el gobernador Herrera Beltrán, autoproclamado alumno de Gutiérrez Barrios, cumple al pie de la letra todas y cada una de las enseñanzas del desaparecido maestro de la política.
Y Fidel no puede arrepentirse…
Haber llegado donde está, en el lugar que los veracruzanos reconocen y apoyan sus acciones y su trabajo incansable, es obra y gracia exclusivas de la aplicación de humildad y sensibilidad en el estilo personal de ejercer el poder…
“Un gobierno de puertas abiertas y cercano a la gente”.
Sin embargo, observamos que su más notable, destacado y fiel alumno, al que ha enfilado en el camino de la sucesión gubernamental del 2010, carece de esos singulares atributos.
En efecto, el doctor y diputado federal Javier Duarte de Ochoa, pareciera estar reprobado en algunas de esas reglas de urbanidad, especialmente en humildad.
Todavía no se sube al carro del poder que desea heredarle la Fidelidad, y ha despertado enojos, molestias y enconos a su paso.
Varios de sus propios compañeros diputados de la bancada veracruzana, se han quejado ante sus padrinos y madrinas políticas, de los acelerados aires de grandeza, y también de su prepotencia y arrogancia en el trato personal, del considerado “delfín” Fidelista.
Aseguran que hasta el propio maestro Juan Nicolás Callejas Arroyo, en su calidad de coordinador parlamentario de la diputación veracruzana, ha sido víctima de los desplantes, por cierto extraños, del joven precandidato Duarte.
Dicen que “Javier Duarte anda irreconocible, total y completamente desatado, lanzando destellos de poder a donde quiera que llega…
Esa es la queja de tres, cuatro, cinco, seis y más diputados federales priístas representantes del estado de Veracruz ante el coordinador máximo en San Lázaro, el salinista puro Francisco Rojas Gutiérrez.
Y los mismos se lamentan agregando…
¿Qué no hará Javier si es gobernador?
¿Traicionaría a su hacedor al que le debe todo, justo como hacen los hijos malos, los juniors que herederos de la fortuna paterna, terminan desconociendo y dejando en la calle a sus progenitores?
Lo cierto de todo es que, hasta donde se sabe, el gobernador Fidel Herrera ha sido comunicado oportunamente de esos presuntos cambios de actitud de su ex colaborador predilecto; toma de nota y, no se duda, aplicará los correctivos que considere necesarios, porque estamos todavía en tiempo.
Pero…
¿Quiénes son los culpables que Duarte de Ochoa, que como cuentan, ande transformado?
¿Acaso los periodiqueros que hacen trabajo de asesores publi-relacionistas públicos y que todos los días lo llevan y traen de paseos por las nubes?
¿O los columnistas oficiosos que no se cansan de escribir los atributos políticos que, dicen ahora, que Duarte posee, cuando apenas ayer criticaban y denostaban su forma de hablar y su tono de voz?
Si el diputado Duarte se ha dejado engañar por el falso canto de las sirenas y las engañosas notas de sociales de los cochuperos que se dicen periodistas, ignora lo inmenso del daño que le han causado a su incipiente precandidatura al gobierno del estado, y de paso ha puesto en evidencia las enseñanzas de su maestro y protector.
El endiosamiento Duartista, que mencionan algunos de sus compañeros diputados federales, pudiera ser parte del pretexto por el cual el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, de la generala Beatriz Paredes Rángel y demás títeres del siniestro Carlos Salinas de Gortari, no vea a Javier con los espolones para ser el candidato del tricolor a la gubernatura de Veracruz.
Pero insisto…
De resultar cierto todo lo que ya se especula, señala y asegura del designado “heredero de la Fidelidad”, hay información privilegiada que da cuenta de la intervención especializada y personal de ese zorro de la política que Veracruz aún tiene de gobernador.
¿O usted qué opina?
Ha sido la principal característica del éxito Fidelista como gobierno.
Puede no haber veracruzano urgente de atención que se haya acercado al gobernador Fidel Herrera y se queje de falta de sensibilidad y respuesta a sus demandas o problemas.
La modestia, sencillez o docilidad, han sido el sello de la casa en la administración del tío Fide.
El propio mandatario estatal, a sabiendas que el pueblo debe ser escuchado y atendido, ha puesto el ejemplo en el cuidado y trato sin distingo hacia todos los veracruzanos.
El hombre leyenda de México, ex gobernador de Veracruz y ex secretario de Gobernación, don Fernando Gutiérrez Barrios, siempre dijo que “si por las tardes el pueblo decía que era de noche, en esos momentos había que encender las farolas, no importando que aún fuera de día”.
Y el gobernador Herrera Beltrán, autoproclamado alumno de Gutiérrez Barrios, cumple al pie de la letra todas y cada una de las enseñanzas del desaparecido maestro de la política.
Y Fidel no puede arrepentirse…
Haber llegado donde está, en el lugar que los veracruzanos reconocen y apoyan sus acciones y su trabajo incansable, es obra y gracia exclusivas de la aplicación de humildad y sensibilidad en el estilo personal de ejercer el poder…
“Un gobierno de puertas abiertas y cercano a la gente”.
Sin embargo, observamos que su más notable, destacado y fiel alumno, al que ha enfilado en el camino de la sucesión gubernamental del 2010, carece de esos singulares atributos.
En efecto, el doctor y diputado federal Javier Duarte de Ochoa, pareciera estar reprobado en algunas de esas reglas de urbanidad, especialmente en humildad.
Todavía no se sube al carro del poder que desea heredarle la Fidelidad, y ha despertado enojos, molestias y enconos a su paso.
Varios de sus propios compañeros diputados de la bancada veracruzana, se han quejado ante sus padrinos y madrinas políticas, de los acelerados aires de grandeza, y también de su prepotencia y arrogancia en el trato personal, del considerado “delfín” Fidelista.
Aseguran que hasta el propio maestro Juan Nicolás Callejas Arroyo, en su calidad de coordinador parlamentario de la diputación veracruzana, ha sido víctima de los desplantes, por cierto extraños, del joven precandidato Duarte.
Dicen que “Javier Duarte anda irreconocible, total y completamente desatado, lanzando destellos de poder a donde quiera que llega…
Esa es la queja de tres, cuatro, cinco, seis y más diputados federales priístas representantes del estado de Veracruz ante el coordinador máximo en San Lázaro, el salinista puro Francisco Rojas Gutiérrez.
Y los mismos se lamentan agregando…
¿Qué no hará Javier si es gobernador?
¿Traicionaría a su hacedor al que le debe todo, justo como hacen los hijos malos, los juniors que herederos de la fortuna paterna, terminan desconociendo y dejando en la calle a sus progenitores?
Lo cierto de todo es que, hasta donde se sabe, el gobernador Fidel Herrera ha sido comunicado oportunamente de esos presuntos cambios de actitud de su ex colaborador predilecto; toma de nota y, no se duda, aplicará los correctivos que considere necesarios, porque estamos todavía en tiempo.
Pero…
¿Quiénes son los culpables que Duarte de Ochoa, que como cuentan, ande transformado?
¿Acaso los periodiqueros que hacen trabajo de asesores publi-relacionistas públicos y que todos los días lo llevan y traen de paseos por las nubes?
¿O los columnistas oficiosos que no se cansan de escribir los atributos políticos que, dicen ahora, que Duarte posee, cuando apenas ayer criticaban y denostaban su forma de hablar y su tono de voz?
Si el diputado Duarte se ha dejado engañar por el falso canto de las sirenas y las engañosas notas de sociales de los cochuperos que se dicen periodistas, ignora lo inmenso del daño que le han causado a su incipiente precandidatura al gobierno del estado, y de paso ha puesto en evidencia las enseñanzas de su maestro y protector.
El endiosamiento Duartista, que mencionan algunos de sus compañeros diputados federales, pudiera ser parte del pretexto por el cual el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, de la generala Beatriz Paredes Rángel y demás títeres del siniestro Carlos Salinas de Gortari, no vea a Javier con los espolones para ser el candidato del tricolor a la gubernatura de Veracruz.
Pero insisto…
De resultar cierto todo lo que ya se especula, señala y asegura del designado “heredero de la Fidelidad”, hay información privilegiada que da cuenta de la intervención especializada y personal de ese zorro de la política que Veracruz aún tiene de gobernador.
¿O usted qué opina?
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