Barruntos de tempestad amenazan al seno nacional del Partido Revolucionario Institucional para el 2010.
Justo hoy que todo es triunfalismo y algarabía, al tener prácticamente pavimentado el camino de regreso a Los Pinos para el 2012.
Exactamente cuando el próximo año habrán de elegirse a diez nuevos gobernadores de igual número de entidades federativas, y cuyos pronósticos electorales señalan triunfo inobjetable del partido tricolor.
Y es precisamente en esta racha victoriosa, cuando todo apunta que el PRI continuará por el sendero conquistador, que empiezan a salir las diferencias entre el CEN tricolor y los gobernadores, principalmente en aquellos que se consideran prospectos naturales para el 2012.
Lo que ha venido iniciando con triunfalismo priísta desatado en cada estado, podría terminar en un encontronazo, en un verdadero choque de trenes, entre gobernadores y la dirigencia tricolor.
Y no es para menos.
Los gobernadores exigirán su derecho de nombrar y elegir a sus prospectos a sucederlos, esos que ellos mismos prepararon para que su partido el PRI los convierta en sus candidatos, para heredarles el poder estatal y que éstos protejan con el manto de la impunidad todos los abusos de poder cometidos.
Sin embargo, se sabe que el CEN del PRI de la generala Beatriz Paredes Rángel, tiene otros planes…y no se duda que mentes perversas estén involucradas.
Desde el mismo Comité Ejecutivo Nacional tricolor buscan revivir el viejo modelo del presidencialismo autoritario, el mismo que por décadas designaba candidatos a gobernadores de los estados, no importando que fueran verdaderos desconocidos.
Y por lo tanto, a ese caduco sistema quieren someter a los mandatarios estatales del otrora poderoso partido tricolor.
En los últimos años cada gobernador del tricolor ha celebrado con la generala Paredes todos los triunfos del PRI en sus respetivos estados, por lo tanto, juntos han soñado con recuperar la presidencia de la república.
En base a ese sistema hereditario del poder, los gobernadores de Chihuahua, Sinaloa, Durango, Tamaulipas, Puebla, Oaxaca, Aguascalientes, Tlaxcala, Oaxaca y Veracruz, a estas alturas tienen decidido el nombre de sus candidatos a sucederlos.
Esos diez ejecutivos estatales, incluido el de Veracruz, consideran que han trabajado intensamente todo un sexenio para tener el derecho de proponer al sucesor, aquel que continúe, para bien o para mal, su obra de trabajo los próximos seis años de gobierno.
Sin embargo se sabe, que la diputada federal y líder priísta Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones, Francisco Rojas, y desde luego el tenebroso Carlos Salinas de Gortari, no comparten las ideas de los ejecutivos estatales.
Y han decidido que los diez candidatos a las gubernaturas que habrán de renovarse en 2010, pasen el filtro del CEN priísta.
Es decir, que cumplan todos y cada uno de los lineamientos y requisitos que imponga la máxima institución tricolor en el país, como se hacía en aquella gloriosa época de sumisión ante la figura presidencial.
Hoy no existe poder auténtico y real en los estados en manos del PRI que no sea el que ejercen los gobernadores, sin embargo el clan salinista, compuesto por Beltrones, Paco Rojas y la propia lideresa nacional, pretender imponer reglas y condiciones.
Se ignora cuáles sean esas trabas que impondrán a los gobernadores que ya tienen decidido los nombres de sus candidatos, como es el caso del mandatario de Veracruz, cuyo delfín para el 2010 es el actual diputado federal Javier Duarte de Ochoa, y a quien por cierto, Paredes y asesores del futuro priísta, le ningunean atributos, asegurando que si el cordobés es el candidato Fidelista, el PRI se encuentra en riesgo de perder las elecciones en Veracruz.
Se sabe que en una reunión de más de tres horas celebrada la tarde noche del pasado jueves en la sede del CEN, encabezada por la dirigente nacional, Javier Duarte fue descalificado como candidato del PRI al gobierno de Veracruz…
“Duarte no gana en ninguna encuesta realizada por el CEN del PRI; sólo en las que él ordena y paga”, fue la sentencia en esa reunión de hace tres días.
Es necesario señalar que hoy que la presidenta del PRI busca someter a los gobernadores de su partido a jugar como ella quiera la sucesión de sus estados, olvida todo el trabajo efectuado por los mandatarios estatales.
Y que si el PRI ha vuelto a la escena nacional de la victoria, es única y exclusivamente gracias al trabajo de los gobernadores priístas.
Y en el exclusivo caso de Veracruz, Fidel Herrera es el protagonista del nuevo PRI, el del triunfo y la esperanza de los mexicanos.
Herrera como sus demás homólogos de otras entidades tienen sus cotos de poder establecidos, por lo que no será nada fácil dejarse someter a las pretensiones de su dirigencia nacional.
Y es ahí donde se anuncian barruntos de tempestad que ponen en riesgo la unidad priísta para vencer al adversario en las urnas.
¿O usted qué opina?
P.D. El ilegal y arbitrario aumento al transporte urbano nunca oficializado, es una bomba de tiempo para el gobierno Fidelista, gracias otra vez a don Reynaco que dio luz verde.
domingo, 22 de noviembre de 2009
MENTIRAS VERDADERAS
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