BUENOS DIAS VERACRUZ
17 de mayo de 2010
Por: David Varona Fuentes
El Jefe Diego, sigue desaparecido.
Lentas y angustiosas transcurrieron las fatídicas 72 horas; autoridades y familiares desconocen el paradero del político más influyente en el Partido Acción Nacional.
Las investigaciones se encuentran empantanadas.
Nadie sabe nada; ni Ejército, Marina, PGR, SIEDO, Secretaría Federal Seguridad Pública, ni el gobierno de Querétaro.
Todos están dando palos de ciegos.
Todos esperan la llama esperanzadora de los “secuestradores”, pidiendo rescate por la libertad de Fernández de Cevallos.
Yo pregunto…
¿Tras la desaparición, secuestro o levantón del barbado político blanquiazul, ahora sí aceptarán en Los Pinos el fracaso vergonzante del Operativo Multipoliciaco “México Seguro”?
Porque es evidente que el ex candidato presidencial del PAN en 1994 y ex senador de la república, es una víctima más del flagelo de la inseguridad pública que enfrenta el país.
Miles de mexicanos inocentes, entre estos estudiantes, mujeres y niños, han caído abatidos por las balas perdidas de una lucha que el gobierno federal va perdiendo.
Es alarmante el saldo de muertos por la guerra contra el crimen organizado.
Contrario a los números alegres, entusiastas y halagadores del gobierno de la república en materia anticrimen.
Sin lugar a dudas, la emboscada de Diego Fernández de Cevallos, representa un golpe mortal al calderonismo.
Es un tapa-bocas al gobierno federal que insiste en decir que van ganándole la guerra a las mafias que operan en México, pese a seguir bañando de sangre al país.
Recuerdo las palabras del Presidente Felipe Calderón el 21 de abril en el puerto de Veracruz al encabezar un aniversario más de la Defensa de la Invasión norteamericana de 1914…
-“La muerte de civiles no detendrá la lucha contra el crimen organizado”.
Por lo que se observa y de acuerdo a los eventos criminales de los últimos días, los militantes del partido político del presidente Calderón, se han convertido en el blanco de la delincuencia organizada.
En Tamaulipas fueron acribillados el candidato a la alcaldía de Valle Hermoso, Mario Guajardo, su hijo y uno de sus empleados.
Ahora la “desaparición” de Fernández de Cevallos, y también las amenazas de muerte a connotados miembros del PAN y de aspirantes a gobernadores, diputados locales y alcaldes, quienes por temor están pensando seriamente en renunciar a sus candidaturas.
Es decir, los demonios se han desatado en contra de Acción Nacional.
Se ignora si en Los Pinos siguen pensando que la guerra anticrimen no se detendrá, “no importando que continúen muriendo civiles, principalmente panistas”.
En el más alto nivel ha trascendido que el Jefe Diego, traía insertado un microchip localizador en su antebrazo derecho como medida salvadora en casos de obligada desaparición. Sin embargo, ni así han ubicado su paradero.
Al parecer, se comenta, que un similar aparatito traía en su cuerpo el también desaparecido Francisco Serrano Aramoni, ex administrador de la Aduana Marítima del Puerto de Veracruz, a quien precisamente en su última visita al estado, Calderón “diera por muerto”, y horas después lo desmintiera la propia presidencia de la república.
Aún con el microchip en una de sus manos, Serrano Aramoni no da señales de vida. Al contrario, rumoran, en vez de ayudarlo, sólo sirvió para sus captores apresuraran su presunta ejecución.
Hacemos votos porque este no sea el caso de Fernández de Cevallos y que pronto regrese, sano y salvo, al lado de los suyos.
No importa que el olfato de acuciosos periodistas detecte que su misteriosa desaparición, podría tener el sello de la casa, como venganza política.
¿O usted qué opina?
Lentas y angustiosas transcurrieron las fatídicas 72 horas; autoridades y familiares desconocen el paradero del político más influyente en el Partido Acción Nacional.
Las investigaciones se encuentran empantanadas.
Nadie sabe nada; ni Ejército, Marina, PGR, SIEDO, Secretaría Federal Seguridad Pública, ni el gobierno de Querétaro.
Todos están dando palos de ciegos.
Todos esperan la llama esperanzadora de los “secuestradores”, pidiendo rescate por la libertad de Fernández de Cevallos.
Yo pregunto…
¿Tras la desaparición, secuestro o levantón del barbado político blanquiazul, ahora sí aceptarán en Los Pinos el fracaso vergonzante del Operativo Multipoliciaco “México Seguro”?
Porque es evidente que el ex candidato presidencial del PAN en 1994 y ex senador de la república, es una víctima más del flagelo de la inseguridad pública que enfrenta el país.
Miles de mexicanos inocentes, entre estos estudiantes, mujeres y niños, han caído abatidos por las balas perdidas de una lucha que el gobierno federal va perdiendo.
Es alarmante el saldo de muertos por la guerra contra el crimen organizado.
Contrario a los números alegres, entusiastas y halagadores del gobierno de la república en materia anticrimen.
Sin lugar a dudas, la emboscada de Diego Fernández de Cevallos, representa un golpe mortal al calderonismo.
Es un tapa-bocas al gobierno federal que insiste en decir que van ganándole la guerra a las mafias que operan en México, pese a seguir bañando de sangre al país.
Recuerdo las palabras del Presidente Felipe Calderón el 21 de abril en el puerto de Veracruz al encabezar un aniversario más de la Defensa de la Invasión norteamericana de 1914…
-“La muerte de civiles no detendrá la lucha contra el crimen organizado”.
Por lo que se observa y de acuerdo a los eventos criminales de los últimos días, los militantes del partido político del presidente Calderón, se han convertido en el blanco de la delincuencia organizada.
En Tamaulipas fueron acribillados el candidato a la alcaldía de Valle Hermoso, Mario Guajardo, su hijo y uno de sus empleados.
Ahora la “desaparición” de Fernández de Cevallos, y también las amenazas de muerte a connotados miembros del PAN y de aspirantes a gobernadores, diputados locales y alcaldes, quienes por temor están pensando seriamente en renunciar a sus candidaturas.
Es decir, los demonios se han desatado en contra de Acción Nacional.
Se ignora si en Los Pinos siguen pensando que la guerra anticrimen no se detendrá, “no importando que continúen muriendo civiles, principalmente panistas”.
En el más alto nivel ha trascendido que el Jefe Diego, traía insertado un microchip localizador en su antebrazo derecho como medida salvadora en casos de obligada desaparición. Sin embargo, ni así han ubicado su paradero.
Al parecer, se comenta, que un similar aparatito traía en su cuerpo el también desaparecido Francisco Serrano Aramoni, ex administrador de la Aduana Marítima del Puerto de Veracruz, a quien precisamente en su última visita al estado, Calderón “diera por muerto”, y horas después lo desmintiera la propia presidencia de la república.
Aún con el microchip en una de sus manos, Serrano Aramoni no da señales de vida. Al contrario, rumoran, en vez de ayudarlo, sólo sirvió para sus captores apresuraran su presunta ejecución.
Hacemos votos porque este no sea el caso de Fernández de Cevallos y que pronto regrese, sano y salvo, al lado de los suyos.
No importa que el olfato de acuciosos periodistas detecte que su misteriosa desaparición, podría tener el sello de la casa, como venganza política.
¿O usted qué opina?
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