BUENOS DÍAS VERACRUZ
David Varona Fuentes
Jueves 3 de mayo del 2012.
El que debe… que la pague, así de sencillo.
Se ve y se siente, que el gobernador Javier Duarte se encuentra en un callejón sin salida, ante no encontrar la línea de investigación, que lleve a la captura de los asesinos materiales, de la periodista Regina Martínez Pérez.
Algunas veces en este espacio le dijimos al doctor Duarte que el enemigo dormía en casa. Tal vez, para el mandatario le pareció un cometario oficioso de este reportero.
Sin embargo, desde el inicio de su mandato se han dado ciertos problemas en el área de seguridad pública, sobre todo, para ser más precisos, en la procuración de justicia, en donde no ha sido casualidad que elementos de la Agencia de Investigaciones Veracruzana, se encuentran bajo procesos penales.
Es decir:
En los medios policíacos se habían infiltrado células del crimen organizado y del narcotráfico; lo que motivó las desapariciones de las policías intermunicipales de Veracruz-Boca del Río y Xalapa, Banderilla Tlalnehuayocan.
Los mil y pico de policías que se quedaron separados de las corporaciones a pesar de que fueron liquidados legalmente, surgieron varios interrogantes:
¿Ahora en qué trabajarán, todos aquellos que fueron echados de seguridad pública?
La respuesta ciudadana no se hiso esperar:
Existe un marcado temor entre la población civil veracruzana; de que aquellos elementos que antes portaban el uniforme de policía, ahora hayan encontrado acomodo con los grupos delincuenciales.
Esto… sería muy grave, sobre todo, porque estos elementos conocen todas las actividades de los y las veracruzanas.
Se habla de constantes levantones y de secuestros: caso concreto en la ciudad de Orizaba, Ciudad Mendoza y Tres Valles en donde las policías municipales, actuaban bajo el mando de secuestradores, por fortuna ya están en la cárcel.
Y para no ir muy lejos:
El caso de Chinameca, en donde el alcalde estaba coludido con los grupos de narcotráfico y que valiéndose del fuero de presidente municipal del partido de Acción Nacional, se enfrentó a las fuerzas federales y ahora ya está recluido penalmente.
El aberrante crimen de Regina que a estas alturas se ha convertido en un serio dilema para el gobernador del estado, parece que existen fuerzas internas de no llegar al fondo de la verdad.
Lo de la periodista asesinada, amenaza en convertirse en un huracán político de grandes dimensiones, que desde luego impactará en los cimientos de la estructura gubernamental.
No hay que pasar por alto… que Veracruz está en el filo de la navaja; desde la casa presidencial, se le está dando seguimiento muy detenido a la muerte de la corresponsal de la revista Proceso.
Lo que parece indicar que el proceso electoral federal en tierras veracruzanas, cambiará las coordenadas y ha sacudido el andamiaje por donde habrán de transitar los candidatos, del partido tricolor en busca del voto ciudadano.
Y si el gobernador ha dicho: caiga… quien caiga, entonces manos a la obra, no importa si para ello se tenga que romper con viejos vicios y corruptelas, de quienes han fingido ser amigos de don Javier Duarte.
El mandatario tiene la palabra.
¿O usted qué opina?
davidvaronaf@hotmail.com
www.lagazeta.org
www.buenosdiasveracruz.blogspot.com
David Varona Fuentes
Jueves 3 de mayo del 2012.
El que debe… que la pague, así de sencillo.
Se ve y se siente, que el gobernador Javier Duarte se encuentra en un callejón sin salida, ante no encontrar la línea de investigación, que lleve a la captura de los asesinos materiales, de la periodista Regina Martínez Pérez.
Algunas veces en este espacio le dijimos al doctor Duarte que el enemigo dormía en casa. Tal vez, para el mandatario le pareció un cometario oficioso de este reportero.
Sin embargo, desde el inicio de su mandato se han dado ciertos problemas en el área de seguridad pública, sobre todo, para ser más precisos, en la procuración de justicia, en donde no ha sido casualidad que elementos de la Agencia de Investigaciones Veracruzana, se encuentran bajo procesos penales.
Es decir:
En los medios policíacos se habían infiltrado células del crimen organizado y del narcotráfico; lo que motivó las desapariciones de las policías intermunicipales de Veracruz-Boca del Río y Xalapa, Banderilla Tlalnehuayocan.
Los mil y pico de policías que se quedaron separados de las corporaciones a pesar de que fueron liquidados legalmente, surgieron varios interrogantes:
¿Ahora en qué trabajarán, todos aquellos que fueron echados de seguridad pública?
La respuesta ciudadana no se hiso esperar:
Existe un marcado temor entre la población civil veracruzana; de que aquellos elementos que antes portaban el uniforme de policía, ahora hayan encontrado acomodo con los grupos delincuenciales.
Esto… sería muy grave, sobre todo, porque estos elementos conocen todas las actividades de los y las veracruzanas.
Se habla de constantes levantones y de secuestros: caso concreto en la ciudad de Orizaba, Ciudad Mendoza y Tres Valles en donde las policías municipales, actuaban bajo el mando de secuestradores, por fortuna ya están en la cárcel.
Y para no ir muy lejos:
El caso de Chinameca, en donde el alcalde estaba coludido con los grupos de narcotráfico y que valiéndose del fuero de presidente municipal del partido de Acción Nacional, se enfrentó a las fuerzas federales y ahora ya está recluido penalmente.
El aberrante crimen de Regina que a estas alturas se ha convertido en un serio dilema para el gobernador del estado, parece que existen fuerzas internas de no llegar al fondo de la verdad.
Lo de la periodista asesinada, amenaza en convertirse en un huracán político de grandes dimensiones, que desde luego impactará en los cimientos de la estructura gubernamental.
No hay que pasar por alto… que Veracruz está en el filo de la navaja; desde la casa presidencial, se le está dando seguimiento muy detenido a la muerte de la corresponsal de la revista Proceso.
Lo que parece indicar que el proceso electoral federal en tierras veracruzanas, cambiará las coordenadas y ha sacudido el andamiaje por donde habrán de transitar los candidatos, del partido tricolor en busca del voto ciudadano.
Y si el gobernador ha dicho: caiga… quien caiga, entonces manos a la obra, no importa si para ello se tenga que romper con viejos vicios y corruptelas, de quienes han fingido ser amigos de don Javier Duarte.
El mandatario tiene la palabra.
¿O usted qué opina?
davidvaronaf@hotmail.com
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