viernes, 24 de diciembre de 2010

¡¡EL VERACRUZ SALVAJE!!

BUENOS DÍAS VERACRUZ

Por: David Varona fuentes
24 de diciembre de 2010

¿Qué pasa en Veracruz?
¿Incapacidad, sumisión o complicidad con los sicarios del crimen organizado?
Mientras las autoridades estatales insisten en ocultar la inseguridad pública que viven los veracruzanos, los grupos criminales siguen tirando ríos de sangre a lo largo y ancho de la geografía estatal.
No hay rincón del estado que no existan ejecuciones, levantones, secuestros, extorsiones, desapariciones, robos y asaltos a mano armada.
Veracruz, se encuentra convertido en el mismo infierno para sus habitantes.
En el norte, sur, centro, en el puerto jarocho, en Córdoba, en Orizaba, hay historias delictivas qué contar por veracruzanos que han sufrido en carne propia los estragos de las organizaciones del crimen organizado.
Y pese a los gritos de un pueblo desesperado, los encargados de proporcionarles seguridad a las familias y a sus bienes, dicen que “no pasa nada; que Veracruz está en calma, en paz y tranquilidad.
En efecto, insisto, es la paz de los sepulcros la que viven los ciudadanos del estado de Veracruz, que apostaron y votaron por un cambio, no de hombres y mujeres en el poder con los mismos vicios y mañas, sino un cambio verdadero que ofrezca, devuelva y garantice, el sosiego y la quietud robados.
Pese a la molestia oficial, los que hacemos periodismo crítico, no inventamos absolutamente nada, los hechos hablan por si solos.
He aquí la última batalla campal entre fuerzas federales y bandas del crimen organizado, que en tiempos de Duartismo, pero al viejo estilo Fidelista, fue silenciada desde palacio de gobierno, para simular que en Veracruz no sucede nada.
El martes pasado, tocó a los habitantes de la Cuenca del Papaloapan, vivir momentos de terror, pánico y zozobra.
Y no fue para menos.
Después de un feroz enfrentamiento con policías federales en la caseta de cobro donde, aseguran, hubo varios muertos, miembros de la delincuencia organizada, exactamente del grupo auto-nombrado La Compañía, sitiaron y tomaron por asalto el municipio; cerrando entradas y salidas y armados hasta los dientes, se apoderaron de la Subprocuraduría de Justicia, de todas las agencias del Ministerio Pública y de las corporaciones policiacas, locales y estatales, manteniendo secuestrado a todo el personal por espacio de más de 10 horas.
Prácticamente la actividad productiva de la región de la Cuenca del Papaloapan fue paralizada, lo mismo que los quehaceres políticos, sociales, y jurídicos.
La población en general se pertrechó en sus hogares; tenían miedo hasta de respirar por temor a que los delincuentes fueran a molestarse y empezaran a disparar contra sus viviendas.
Tirados en el piso, ocultos en sus oficinas o bajos sus escritorios, agentes del MP, secretarios y demás personal de la Subprocuraduría regional, buscaron la manera de comunicarse con sus seres queridos, bien para relatarles lo que estaba ocurriendo o bien para despedirse, porque durante las horas de cautiverio, imaginaron el peor de los desenlaces.
Mientras los empleados al servicio de la Procuraduría General de Justicia se sumían en la peor de su desesperación, los criminales entraban y salían de las oficinas, y se comunicaban vía radio con sus secuaces que custodiaban entradas y salidas a la ciudad que habían tomado por asalto.
Fue después de las 10 de la noche, que los criminales abandonaron la ciudad de Cosamaloapan, regresando la vida a todos los secuestrados.
Hasta este viernes 24 de diciembre, 72 horas después de los hechos, no hay informe público al respecto por parte de ninguna autoridad, y menos existe información publicada al respecto por algún medio de comunicación.
Reitero:
Desde palacio de Gobierno, aquí en Xalapa, se ordenó ocultar lo suscitado en Cosamaloapan, para “no dañar la imagen del gobierno estatal, y no causar alarma entre los veracruzanos”.
Otros informes en nuestro poder, señalan que la toma de la Subprocuraduría de Justicia y las agencias del Ministerio Público, obedeció a que el grupo armado fue a rescatar el cuerpos de uno de los jefes muertos en el tiroteo de la caseta de cobro, de nombre “comandante Antonio”, que venía siendo custodiado desde el estado de Tabasco, y que había sido llevado a la morgue por los federales quienes, salieron corriendo de Cosamaloapan al escuchar que estaban por llegar al lugar más de 200 sicarios de La Compañía.
A ver hasta cuándo la autoridad correspondiente acepta que la paz y tranquilidad que vive Veracruz, es la de los sepulcros.
¿O usted qué opina?

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