Alfredo Ferrari Saavedra y su Fideicomiso Público de Administración del Impuesto del 2 por Ciento a la Nómina, se encuentran en el ojo del huracán.
Grupos inconformes con los grandes negocios que viene realizando el negrito Ferrari de boca del Río, estarían por solicitar la intervención de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de la Procuraduría General de la República y de la Auditoría Superior de la Federación.
Y no es para menos.
Porque, ahora se sabe, el vocal ejecutivo Ferrari Saavedra, no entrega cuentas a nadie del manejo y costo financiero de las obras que el Fideicomiso a su mando realiza cada año.
Está sucediendo lo mismo que con el chilango alemanista importado seis años a Veracruz, Lorenzo Lazo Margain, primer titular de este Fideicomiso, y quien, con el manto de la impunidad y la complicidad de su patrón Alemán, se infló de billetes al reportar millonarias obras fantasmas que nunca se hicieron o que no se terminaron.
El señor Lazo entregaba al mejor postor, a los amigos, familiares o compadres mexiquenses las obras que sí iban a efectuarse, pero incumplía con someterlas al concurso público nacional de licitación.
Lo mismo hace Ferrari Saavedra, al conceder los contratos de obras a sus cuates, aún cuando él se defiende diciendo que los beneficiados son los amigos del gobernador Fidel Herrera.
Sin embargo, la ley no distingue parentescos, simple y llanamente los ordenamientos legales tienen que acatarse y cumplirse, sean amigos o parientes de Ferrari o del propio mandatario estatal, como según comenta el hijo putativo de Ramón Ferrari Pardiño.
La propia normatividad que rige al Fideicomiso del Impuesto del 2 por Ciento a la Nómina en el estado de Veracruz, no hace excepciones para los programas y entregas de obras a particulares.
Dentro de las reglas de operación aprobadas por el Comité Técnico del Fideicomiso, en su numeral 69 se consigna que todo proyecto de obra pública a realizar será licitado, ejecutado y supervisado conforme a la Ley de Obras Públicas del estado de Veracruz y las disposiciones relativas aplicables.
Por lo anterior, constructores estatales, se preguntan…
¿Cuándo Ferrari Saavedra cumple con la ley al licitar las obras que con recursos de dicho organismo público descentralizado planea desarrollar el gobierno Fidelista?
La respuesta es simple…
¡¡Nunca!!
El señor Ferrari, amparado en el proteccionismo que grita tener del tío Fide, se pasa las disposiciones de operación, por la parte donde no le da el sol, y entrega los trabajos más millonarios a las constructoras de los Ruiz, incluso hasta Adrián Ávila Estrada, que tanto odiaba cuando este fue alcalde, es de los consentidos en lso paquetes de obras.
Pudiera ser que Alfredo, el alumno traidor y malagradecido de Ferrari Pardiño, en efecto, como él lo asegura, tiene el visto bueno del gobernador para hacer y deshacer en el Fideicomiso a su cargo, pero al menos debiera de ser discreto y no andar vociferando a sus cuates que “tiene bien agarrados de los huevos al propio Fidel y a sus constructores preferidos, entre estos a Chagra, considerado por muchos como el cuñado incómodo, multimillonario gracias precisamente a las regalías de obras del gobierno estatal”.
Lo cierto de todo es que en la empresa recaudadora de dinero de la actual administración estatal, que regentea el negro Ferrari Saavedra, primo hermano de abusadores sexuales de niñas, tentadora es la danza de los millones que se manejan.
Durante 2008 se recaudaron alrededor de mil 300 millones de pesos y en 2009 esperan recolectar más de mil 500 millones, por concepto de ese gravamen, creado durante el gobierno del ratón Miguelito.
Pero, al empezar el segundo semestre del año en curso, los veracruzanos ignoran dónde han ido a parar los más de mil 300 millones cobrados en el primer trimestre; si bien están en las cuentas bancarias de Ferrari, o en las de alguien más a quien el político fracasado de Boca del Río, cuide la espalda y sus intereses.
Porque de acuerdo a lo expresado públicamente por el titular del Fideicomiso, el dinero percibido del impuesto al 2 por ciento a la nómina en los primeros cinco meses del año, se ha gastado en construir mercados en Córdoba y Orizaba.
Y desde luego, también en proyectos de obras importantes para Veracruz, que no tienen para cuando empezar, menos ahora que, por los recortes federales, dichos recursos estatales se invierten en otros rubros que nada tiene que ver con la función para lo cual fue creado el gravamen.
No la tiene nada fácil Ferrari Saavedra como responsable del Fideicomiso del Impuesto del 2 por Ciento a la Nómina.
Son muchas las irregularidades cometidas en el corto tiempo que lleva en el cargo, y van arrastrarlo al banquillo de los acusados.
Lorenzo Lazo Margaín, integrante de la banda de pillos que el ratón mayor trajo para que saquearan las arcas de Veracruz, se salvó de ir a Pacho Viejo, gracias al maridaje del poder político.
En el señalamiento de corrupción y enriquecimiento de Lazo, el jefe de la banda metió las manos al fuego para salvarlo.
¿Y por Ferrari Saavedra, quién las meterá?
Por lo pronto, muchos de los agraviados por la amafiada entrega de obras financiadas por el Fideicomiso de Ferrari, preparan su denuncia de intervención de la SHCP, PGR y la Auditoría Superior de la Federación.
Es parte de lo que en cascada podría venir contra Veracruz.
¿O usted qué opina?