martes, 11 de agosto de 2009

UNA LACRA SOCIAL EL FUTURO PROCURADOR


¿Qué pasa en el gobierno de Fidel Herrera?
Transcurren los días, y cada uno menos en el sexenio de la Fidelidad, van surgiendo más pudrimiento e inmoralidad entre los cercanos colaboradores del mandatario estatal.
Ahora resulta que los veracruzanos no sólo tienen que lidiar, soportar y tolerar impotentes la corrupción, el tráfico de influencias y el enriquecimiento ilícito e inexplicable de los funcionarios Fidelistas.
Sino que también, las mujeres veracruzanas dignas y preparadas que sirven al gobierno de Fidel Herrera, tienen la obligación de sufrir y permitir los abusos de quienes, gracias al gobernador del estado, ostentan el poder.
Y pobre de aquellas servidoras públicas responsables que, después de haber sido humilladas y sobajadas, levanten la voz y denuncien de lo que fueron víctimas. Con la mano en la cintura sus “jefes” las despiden acusándolas con falsos testimonios en el desempeño de su deber, sin derecho a nada, sólo a la calle.
Por lo tanto, la denuncia que hoy escribo es una petición y exigencia que, por el periodismo crítico y de denuncia que hacemos en este portal informativo, me hacen mis contados lectores y radioescuchas.
El nombre del funcionario estatal que da asco y representa una vergüenza para el gobierno de Fidel Herrera, es Marco Antonio Aguilar Yunes, actual Subprocurador de Justicia en la región de Xalapa.
El alto funcionario de la Procuraduría General de Justicia de Veracruz, es hijo del ex tesorero estatal del gobierno de Miguel Alemán Velasco, contador público Juan Felipe Aguilar de la Llave, y nieto del ilustre cordobés y caballero de la política, Silvestre Aguilar Morás.
Aguilar Yunes, desequilibrado mental, víctima de algún daño sexual en su infancia, o simplemente enfermo del poder que le ha otorgado el propio gobierno Fidelista, ha encontrado en el servicio público, una forma para desahogar traumas personales.
Son muchas las víctimas del Subprocurador de Justicia, primero en la zona o región del puerto de Veracruz, y ahora en la de esta ciudad capital.
Y cada una de ellas, aún cuando guardan silencio, bien por seguridad de sus vidas y la de sus familiares, y por conservar el trabajo dentro de la PGJ, tienen la misma historia que contar.
Todas son Agentes del Ministerio Público, investigadoras, adscritas, o especializadas contra la violencia o en defensa de la familia; situación que resulta paradójica porque no han podido defenderse en forma personal, de la agresión del “jefe superior”.
El modus operandis de Aguilar Yunes, es único en su estilo.
A cada mujer MP, joven, atractiva y de buen cuerpo, a la que el enfermo funcionario fidelista en la PGJ le haya echado el ojo, es citada a las 9 o 10 de la noche a la sede de la Subprocuraduría a su cargo, no importando que la jurisdicción judicial de la Agente sea el Uxpanapa o cercana al río Pánuco.
La funcionaria de la Procuraduría debe hacer acto de presencia a esas horas de la noche dispuestas por el señor Subprocurador Aguilar Yunes.
Una vez que la MP seleccionada, se encuentra en las oficinas de Marco Antonio, inocente por ser la primera vez que acude al llamado nocturno del “jefe”, éste pide le informe de todas las averiguaciones previas abiertas y resueltas.
Llegado el momento para “cazar a la víctima”, Aguilar Yunes empieza a ponerle trabas y peros al desempeño eficiente de su subalterna, hasta el grado de acusarla de incumplimiento de la responsabilidad pública.
Cuando inician los señalamientos de inventadas “faltas al deber” que causan sorpresa y desconcierto en la MP, el sádico sexual se levanta de su cómodo sillón, se dirige al baño de su oficina, finge orinar, y desde ese lugar, levantando la voz, no deja de hacer falsos reclamos de ineficiencia a la cumplida servidora de la Procuraduría.
De pronto, nerviosa y con el corazón amenazando con salírsele, la MP escucha que su “jefe” la llama, que vaya al baño, porque no quiere seguir gritando.
Quienes, por temor o represalias no pudieron evadir la orden, cuentan que fueron víctimas de los más bajos instintos de Aguilar Yunes.
Aún con la pérdida deshonrosa de su dignidad, ellas lograron conservar el trabajo de Agentes del Ministerio Público.
Las que no se prestaron a esa perversidad maniática-sexual del Subprocurador de Justicia Marco Antonio Aguilar Yunes, simplemente fueron cesadas del cargo, sin derecho a nada y acusadas de todo.
Esa es en resumen, parte de la historia del nieto de don Silvestre Aguilar Morás, el político que por su honestidad, transparencia y don de gente, es recordado por los cordobeses, además de haber sido amigo personal de muchos gobernadores de Veracruz.
Aguilar Yunes es el alto funcionario de la PGJ, al que Fidel tiene reservado como sustituto de Salvador Mikel Rivera.
Ver para creer.
¿O usted qué opina?

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