En los últimos días mucho se ha venido hablando en Veracruz, de Dante Delgado Rannauro.
Con mayor insistencia, después que el cordobés rindiera su tercer informe de actividades como senador de la república, representando al estado de Veracruz.
Evento realizado en el WTC de Boca del Río, y cuyo invitado especial fue el gobernador Fidel Herrera Beltrán, quien con su presencia despertó todo tipo de suspicacias, y alimentó de veneno puro las lenguas de doble que merodean la sede estatal del Partido Revolucionario Institucional.
El día del acto informativo, Dante se auto- destapó de nueva cuenta como aspirante a la gubernatura del estado para el 2010, apoyado inicialmente, por su partido Convergencia y el PT, y es casi seguro, también por el Partido de la Revolución Democrática.
Y el anuncio de sus pretensiones políticas del próximo año, hecho por el ex gobernador sustituto de Veracruz, fue más que suficiente para que se agitaran las aguas políticas de la entidad, poniendo nerviosos a varios de los otros tiradores a ocupar la silla de Fidel Herrera.
Los miedos y temores a la figura política de Dante Alfonso, no son para menos.
Delgado Rannauro, ya fue gobernador interino del estado durante cuatro años, del 1 de diciembre de 1988 al 30 de noviembre de 1992. Y es bien recordado por diversos sectores de la sociedad; tiene trabajo, presencia y carisma propios.
Aún cuando en el proceso electoral de 2004 participó como candidato a gobernador por la alianza PRD-PT- Convergencia y perdió la elección a manos de Fidel Herrera, rumores palaciegos aseguran que “no jugó para ganar”, sino para restarle votos al abanderado del PAN Gerardo Buganza, quien ayudado por el turco Yunes Linares, pudo oler las mieles de la victoria.
En cambio, en el proceso federal de 2006, Dante no tuvo enemigo enfrente para convertirse en senador de la república representando a Convergencia, triunfo que le abrió otra vez las posibilidades de aspirar a la gubernatura en el 2010.
Y en efecto, el dueño de la franquicia Convergencia se encuentra nuevamente en los cuernos de la luna, listo para buscar regresar a palacio de gobierno, donde ya despachó sustituyendo a don Fernando Gutiérrez Barrios, la leyenda política de México.
Si Dante cumple su objetivo anunciado el día de su informe de labores, será un candidato de altura, de gran peso político, que vendrá a equilibrar fuerzas en el remoto caso que por el PAN manden a Miguel Ángel Yunes Linares, y por el PRI se confirme al diputado federal Fidelista Javier Duarte.
E incluso, no es temerario afirmar que la campaña de Dante cobraría tal fuerza nunca imaginada por sus adversarios, porque se sumarían todos esos priístas engañados, resentidos y decepcionados de la Fidelidad.
Debo mencionar mis amables lectores, que se ha desatado la rumorología de que Dante Delgado es el caballo negro de Fidel para enfrentar al PAN, si es que su delfín se queda rezagado, no levanta y no cumple con las expectativas trazadas al mes de diciembre de este año.
Verdad o mentira ese presunto maridaje político entre Dante y Fidel para el 2010, lo cierto es que desde ahora se augura que el senador Delgado será el gran enemigo a vencer en el proceso electoral del primer domingo del próximo mes de julio.
Falta por definirse quién será finalmente el representante del PAN en la contienda por la gubernatura, la cual es vaticinada con pronósticos estrictamente reservados.
Por un lado Gerardo Buganza dilapida recursos financieros promocionando su candidatura, asegurando incluso que tiene el visto bueno del primer panista del país, el presidente Felipe Calderón.
Por el otro, se encuentra el director del ISSSTE, gente muy cercana a Calderón por el padrinazgo de Elba Esther Gordillo, la dueña del SNTE, y quien después de los desastrosos resultados electorales del 5 de julio obtenidos en Veracruz, se mantiene agazapado, evitando el fuego amigo, proveniente de la trinca infernal, conformada por Bueno Torio, Buganza y Julen Rementería.
Ayer aliados para evitar que Fidel se convirtiera en gobernador de Veracruz, y hoy enfrentados por la candidatura blanquiazul, Yunes y Buganza, llegarán desgastados a la convención panista donde habrá de elegirse al abanderado a la gubernatura.
Quien de los dos no resulte candidato, provocará enorme hueco que cimbrará las estructuras del PAN en el estado, porque entre ellos, Yunes y Buganza, no habrá alianzas, ni uno se sumará al otro para ir juntos a la campaña, como anduvieron en 2004.
Lo que anuncia barruntos de tempestad en las filas del panismo estatal que sigue mangoneando el Pipo Vázquez Cuevas
En el escabroso asunto de la sucesión en Veracruz, la moneda está en el aire; no hay nada para nadie, y la crisis criminal que azota al país, jugará papel determinante cuando los ciudadanos acudan a las urnas.
Por ello, no se equivoca Fidel Herrera cuando señala la urgencia de escuchar y atender al pueblo, sobre todo porque a él le funcionó a la perfección, no importando que lo llamen demagogo o populista.
Cada ciudadano representa un voto, y con votos se ganan las elecciones.
¿O usted qué opina?
No hay comentarios:
Publicar un comentario