martes, 1 de septiembre de 2009

EMPRESARIOS Y CONTRATISTAS AL BORDE DE LA LOCURA

Los contratistas del estado, representan otra bronca a punto de reventarle al gobierno de Fidel Herrera.
Peor que la del ISSSTE del turco Miguel Ángel Yunes Linares, porque se habla de miles de millones de pesos los que les adeuda la administración estatal por obras presuntamente realizadas desde hace dos años.
Y a pesar del tiempo transcurrido, es hora que los constructores veracruzanos no ven para cuándo les hagan efectivo los pagos correspondientes, que según datos no oficiales, rebasan los 3 mil millones de pesos..
Fieles a ese estilo de agarra-pendejos que se practica en Veracruz desde el 1 de diciembre de 2004, los sopla-nucas de la Secretaría de Finanzas, sólo sirven para dar largas a los empresarios de la construcción que, desesperados deambulan por los pasillos de palacio de gobierno y de SEFIPLAN, esperando que el gobernador Fidel Herrera se apiade de ellos y les cumpla con los débitos pendientes.
Debo aclarar que los contratistas que están bufando, echando lumbre por la boca por lo encabronado que se encuentran, son apenas un 15 o 20 por ciento del padrón de constructores que le trabajan al régimen de la Fidelidad, y si andan de chillones es porque no son de los consentidos o preferidos del tío Fide.
Mucho menos, son protegidos con el manto de la impunidad por la complicidad en los millonarios negocios que representan las obras públicas para la clase política gobernante, no tan sólo de Veracruz, sino en la mayor parte del país.
La ambición desmedida y enfermiza de los políticos los ha llevado a constituir empresas contratistas, unas veces fantasmas que sólo sirven para desviar recursos públicos, y otras operadas a través de familiares que fungen como prestanombres.
A eso se debe que el 85 u 80 por ciento restante de las compañías que acaparan casi la totalidad de las obras del estado y los municipios priístas, vivan en el paraíso de la Fidelidad veracruzana.
Manejadas operativa y financieramente por cuates, socios, hermanos, compadres o parientes cercanos quienes ejercen el poder público y político en Veracruz, esas empresas no sufren de ningún tipo de problemas, en virtud que hasta por reírse, les pagan en tiempo y forma.
Y principalmente por la confabulación de intereses.
Porque, se sabe, existen muchas obras con inversiones millonarias que son reportadas como terminadas, y ni siquiera se ha dado el banderazo de salida o puesto la primera piedra.
Y toda esa red de complicidades entre supuestos contratistas con autoridades estatales y municipales, se encuentra debidamente documentada por los verdaderos constructores del estado que están en banca-rota por el intransigente deseo de la gente cercana al gobernador o del propio Fidel, de no cumplirles con los pagos siempre aplazados.
Por ejemplo, dentro de ese compendio informativo del teje y maneje de la obra pública en Veracruz, se presume que hasta familiares de sangre del mandatario Herrera Beltrán, fungen como prominentes contratistas del gobierno del estado.
En fin, en materia de tráfico de influencias, simulación, corrupción y transparencia hay mucha tela de donde cortar.
Qué no poder decir de las broncas por incumplimiento en la demanda de pagos atrasados.
Reclamo que desnuda la realidad financiera que enfrenta el gobierno de Fidel Herrera, al deberle a todo mundo.
A eso se debe la urgencia porque aterricen los 6 mil 800 millones de pesos por la bursatilización de las participaciones federales.
Ayer en esta ciudad de Xalapa, con el cinismo que lo caracteriza, dijo que si algo se le debe al ISSSTE de Yunes, le pagarán con los recursos que bajen del esquema bursátil.
Mientras llega el gran día de acudir a la Bolsas Mexicana de Valores, Fidel luce confiado y seguro.
Hasta disfruta de la encuesta amañada que para idolatrarlo y ensalzar su ego, pagó Raúl Arias Lobillo, como agradecimiento al apoyo recibido para alcanzar su tercer período consecutivo en la rectoría de la UV.
Sondeo inventado y manipulado que lleva a Fidel a un nuevo paseo por las nubes, y que lejos de beneficiarlo, provoca suspicacias al pisotear la imagen pública de Felipe Calderón como presidente de México.
Las lecciones que al jefe no se le rebasa ni siquiera en la carretera, son parte ya de la demencia que finge mi amigo Fidel.
El gobernador Herrera no termina de entender que insistir en pleitos estériles con Calderón, sólo atraen los sonidos de los tambores de guerra.
Desviar con encuestitas patito la atención pública de los veracruzanos de los grandes problemas financieros que adolece su gobierno, es buena estrategia.
Pero que no confunda la magnesia con la gimnasia.
¿O usted qué opina?

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