Después del excelente y bien documentado trabajo periodístico de Carlos de Jesús Rodríguez, sobre la conducta del corrupto ex presidente Carlos Salinas de Gortari; ya no hay nada que quitar ni tampoco que agregar.
Ahora sucede que vino a darle el beso del diablo, al gobernador Fidel Herrera, queriendo demostrar una fuerza política entre la familia de los priístas cínicos, que en su visita al puerto don Carlos hizo alarde de su poder de decisión.
Y como siempre, no han faltado los textos servidores, que han encartado al gobernador como posible candidato presidencial.
Fidel se ha dejado querer.
Enciende las luminarias y acelera, sus recorridos que le den brillo para poner nervioso al gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto.
Para quienes no lo saben, Salinas en ningún momento ha dicho que el joven Gavioto, es el escogido de los dioses. La verdad se establece en el proyecto político, en donde se encuentran inmersos otros intereses y el Canal de las Estrellas.
Manlio Fabio Beltrones y Beatriz Paredes Rangel, también tienen su veladora prendida.
Sin embargo, no es nada remoto, que aparezca por ahí la cuña de un tercero, quien bien podría salir de las filas de la Conago; un personaje bien cuidado y con el perfil, que le permita unir a los duros del tricolor, para que a final de cuentas, no vayan al fracaso como en las dos pasadas elecciones, en donde el PAN les arrebató el poder.
Queda perfectamente claro, que nuestro amigo Fidel nada tiene que hacer en este juego de estrellas; sobre todo, cuando se dice, se especula y se comenta que el destino puede hacerle una mala jugada.
DINERO MAL HABIDO.
Es del dominio público, que el talón de Aquiles del tío Fide, se encuentra en las grandes fortunas que han amasado ciertos funcionarios fidelistas, de todos los niveles.
Sólo el gobernador finge demencia y se molesta; cuando se le dice que varios de sus colaboradores han robado sin pudor alguno.
Hay casos, que en verdad dan asco darlos a conocer.
Y para no hablar de memoria.
Demos un breve repaso a los funcionarios de la Secretaría de Educación:
Edgar Espinoso, flamante Oficial Mayor quien a estas alturas ha acumulado una inmensa fortuna, a Edgar lo conocemos desde que era un modesto asistente del extinto Mauricio Rullán.
Ahora ya como alto funcionario, el señor Espinoso no recibe a nadie, para eso tiene a su mozo de estoques Antonio Espinosa Soberanes.
Esta es otra historia llena de corrupción y complicidades; el Payaso Bozo como es conocido este nefasto servidor de medio pelo, llegó con una mano atrás y otra adelante, para quienes lo conocimos, sabemos perfectamente sus orígenes y su historia que arrastra una estela vergonzante.
Ahora este empleado de la SEV, se da el lujo de traer autos último modelo que rebasan el medio millón de pesos, camionetas súper equipadas y una lujosa residencia en el exclusivo fraccionamiento del Club de Golf.
Señor Gobernador:
¿Cómo es posible que no esté usted informado del enriquecimiento inexplicable de estos personajes, servidores de la educación en Veracruz?
Y como si fuera poco, tiene usted en mente “premiar” a Edgar Espinoso con la candidatura a la diputación local para el proceso electoral del 2010.
El simple hecho de que Edgar le haga “trabajos especiales” al diputado Javier Duarte; no es un derecho para que el dinero de los veracruzanos, se encuentre localizado en fortunas mal habidas.
Y como estos casos… hay muchos, casos de peculado que se pueden localizar fácilmente en las unidades administrativas de cada Secretaría de Despacho. Sólo que la Contraloría del Estado que dice usted desparecerá, sólo ha servido para proteger con el manto de la impunidad, a ciertas y ciertos personajes de la fidelidad.
Todo esto, mi estimado amigo Fidel, es lo que truncará tus aspiraciones futuristas… tus cuates te han empinado, esos a los que tu les diste protección y afecto, son ahora los nuevos millonarios del sexenio.
Lo sorprendente es que estos ricos son del nuevo cuño político; los que tú formaste y llevaste de la mano.
¡Qué decepción!
Ni modo… de todo se da en la viña de señor.
Sea por dios y que venga más.
¿O usted qué opina?
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