BUENOS DÍAS VERACRUZ
Por: David Varona Fuentes
7 de febrero de 2011
El doctor Javier Duarte, en la encrucijada de su vida.
Ha reiterado que desea pasar a la historia como el mejor gobernador del estado de Veracruz.
Y el destino que es caprichoso y siempre guarda sorpresas, está dándole la ansiada oportunidad de dar muestras de lo que se ha trazado como objetivo principal al frente del gobierno de Veracruz.
Tiene encima Duarte el gran reto de trascender o ser uno más del montón.
La herencia maldita de corrupción, escándalos de protección al crimen organizado, enriquecimientos ilícitos, tráfico de influencias y abuso del poder, que recibió de su antecesor Fidel Herrera Beltrán, lo colocan ante la oportunidad histórica de demostrar de qué está hecho, si en realidad es un hombre con calidad moral, ético, honesto, y si durante su niñez en el seno familiar recibió y fue educado bajo la rigidez de los principios básicos de la legalidad y transparencia.
No basta ganar espacios mediáticos reiterando que en su gobierno no habrá impunidad porque no existe en Veracruz rinconcito donde pueda esconderse, no es suficiente, el pueblo ya no quiere promesas de saliva, desea ver resultados concretos de ataque frontal a los grandes males que dejó el régimen anterior.
El quebranto financiero del gobierno de Fidel Herrera a las instituciones públicas del estado rebasó las expectativas; se habla que el daño es superior a los 60 mil millones de pesos; el secretario de Finanzas, Tomás Ruiz González, va de la sorpresa al desconcierto, no da crédito al cochinero Fidelista que tiene enfrente.
Lo mismo ocurre en los ayuntamientos, en especial gobernados por militantes priístas, que desde 2004 a 2010 compartieron las mieles del poder con el gobierno de la Fidelidad, y en consecuencia fueron protegidos con el manto de la impunidad.
Por ello, del gobierno de Javier Duarte depende la suerte que en los meses por venir corran el ex gobernador Herrera Beltrán y cómplices de su sexenio, y todos los ex alcaldes tiburones de la rapiña financiera.
A Duarte le corresponde jugar hoy el papel del gran carnicero, o simplemente fingir demencia y convertirse en el sepulturero de la cloaca Fidelista.
Como ya es público, Veracruz será el primer estado del país en ser auditado por la Auditoría Superior de la Federación.
El 7 de marzo próximo ejército de auditores vienen a revisar las cuentas del último año de la administración del ex mandatario Fidel Herrera Beltrán, en cuanto a los recursos que recibió de la federación, los cuales sumaron más de 65 mil millones, de un total de 70 mil 250 millones que ejerció en 2010.
Es de imaginar que los representantes del máximo órgano auditor del país arribarán al estado con la espada desenvainada, y con lupas minúsculas buscarán hasta por debajo de las piedras para encontrar los hilos de la podredumbre en los seis años de mandato del tío Fide.
Las instrucciones de Los Pinos son precisas y contundentes de reunir las evidencias para enjuiciar a Herrera Beltrán; para el presidente Felipe Calderón, el gobierno de Fidel fue de los más corruptos de Veracruz en los últimos 40 años.
Desde hace cinco años Calderón puso la mira en el entonces gobernador de Veracruz, al descubrir todas las triquiñuelas que en 2005 había realizado con los recursos del FONDEN destinados a las víctimas del huracán Stan, que azotó tierras estatales los primeros días de octubre de aquel año. El dinero para los damnificados del meteoro fue desviado a campañas políticas del PRI en 2006, y a partir de esas anomalías el gobierno federal endureció las reglas para apoyar a los estados en desgracia climatológica. Tan estricto es el proceso para acceder a la ayuda del Fondo Nacional de Desastres que no han autorizado un solo peso para atender los desastres de Karl de septiembre pasado.
Todas las desgracias que enfrenta el gobierno de Javier Duarte, se deben a esa enfermiza obsesión de Fidel Herrera por el dinero ajeno.
Por eso la pregunta de los 64 mil pesos:
¿Seguirá tapando el gobernador Duarte las raterías de su antecesor Fidel Herrera y su runfla de sinvergüenzas?
Por un lado se habla, comenta y especula que en víspera de la auditoría federal, los duartistas trabajan altas horas de la noche buscando las formas mágicas para tapar toda la inmundicia Fidelista.
Pero por el otro, aseguran en pasillos del vetusto palacio de gobierno, que la orden de quien constitucionalmente manda en Veracruz, es “no cubrir ni esconder el basurero, que se quede a cielo abierto para que todos los que vienen lo vean”.
Insisto, Calderón le trae hambre a Fidel.
Y existen evidencias que el “maestro” ya fue entregado en Los Pinos.
El resultado de la revisión de cuentas bien podría ser el tiro de gracia para Herrera Beltrán, o la ratificación con Duarte de más de lo mismo otros 6 años, renunciando al sueño guajiro de terminar siendo en 2016 el mejor gobernador de Veracruz.
Por lo pronto, al desligarse de la Fidelidad en su encuentro en Los Pinos, el presidente Calderón ha colocado contra la pared a Javier Duarte.
Ahora, la bebe o la derrama, aunque más fácil para él es retractarse después de la jalada de orejas en Tlacotalpan.
En fin, ya veremos de qué tamaños los tiene el joven mandatario estatal para hacer cumplir la ley.
¿O usted qué opina?
davidvaronaf@hotmail.com
BUENOS DÍAS VERACRUZ -11am-en vivo
www.lagazeta.org
Por: David Varona Fuentes
7 de febrero de 2011
El doctor Javier Duarte, en la encrucijada de su vida.
Ha reiterado que desea pasar a la historia como el mejor gobernador del estado de Veracruz.
Y el destino que es caprichoso y siempre guarda sorpresas, está dándole la ansiada oportunidad de dar muestras de lo que se ha trazado como objetivo principal al frente del gobierno de Veracruz.
Tiene encima Duarte el gran reto de trascender o ser uno más del montón.
La herencia maldita de corrupción, escándalos de protección al crimen organizado, enriquecimientos ilícitos, tráfico de influencias y abuso del poder, que recibió de su antecesor Fidel Herrera Beltrán, lo colocan ante la oportunidad histórica de demostrar de qué está hecho, si en realidad es un hombre con calidad moral, ético, honesto, y si durante su niñez en el seno familiar recibió y fue educado bajo la rigidez de los principios básicos de la legalidad y transparencia.
No basta ganar espacios mediáticos reiterando que en su gobierno no habrá impunidad porque no existe en Veracruz rinconcito donde pueda esconderse, no es suficiente, el pueblo ya no quiere promesas de saliva, desea ver resultados concretos de ataque frontal a los grandes males que dejó el régimen anterior.
El quebranto financiero del gobierno de Fidel Herrera a las instituciones públicas del estado rebasó las expectativas; se habla que el daño es superior a los 60 mil millones de pesos; el secretario de Finanzas, Tomás Ruiz González, va de la sorpresa al desconcierto, no da crédito al cochinero Fidelista que tiene enfrente.
Lo mismo ocurre en los ayuntamientos, en especial gobernados por militantes priístas, que desde 2004 a 2010 compartieron las mieles del poder con el gobierno de la Fidelidad, y en consecuencia fueron protegidos con el manto de la impunidad.
Por ello, del gobierno de Javier Duarte depende la suerte que en los meses por venir corran el ex gobernador Herrera Beltrán y cómplices de su sexenio, y todos los ex alcaldes tiburones de la rapiña financiera.
A Duarte le corresponde jugar hoy el papel del gran carnicero, o simplemente fingir demencia y convertirse en el sepulturero de la cloaca Fidelista.
Como ya es público, Veracruz será el primer estado del país en ser auditado por la Auditoría Superior de la Federación.
El 7 de marzo próximo ejército de auditores vienen a revisar las cuentas del último año de la administración del ex mandatario Fidel Herrera Beltrán, en cuanto a los recursos que recibió de la federación, los cuales sumaron más de 65 mil millones, de un total de 70 mil 250 millones que ejerció en 2010.
Es de imaginar que los representantes del máximo órgano auditor del país arribarán al estado con la espada desenvainada, y con lupas minúsculas buscarán hasta por debajo de las piedras para encontrar los hilos de la podredumbre en los seis años de mandato del tío Fide.
Las instrucciones de Los Pinos son precisas y contundentes de reunir las evidencias para enjuiciar a Herrera Beltrán; para el presidente Felipe Calderón, el gobierno de Fidel fue de los más corruptos de Veracruz en los últimos 40 años.
Desde hace cinco años Calderón puso la mira en el entonces gobernador de Veracruz, al descubrir todas las triquiñuelas que en 2005 había realizado con los recursos del FONDEN destinados a las víctimas del huracán Stan, que azotó tierras estatales los primeros días de octubre de aquel año. El dinero para los damnificados del meteoro fue desviado a campañas políticas del PRI en 2006, y a partir de esas anomalías el gobierno federal endureció las reglas para apoyar a los estados en desgracia climatológica. Tan estricto es el proceso para acceder a la ayuda del Fondo Nacional de Desastres que no han autorizado un solo peso para atender los desastres de Karl de septiembre pasado.
Todas las desgracias que enfrenta el gobierno de Javier Duarte, se deben a esa enfermiza obsesión de Fidel Herrera por el dinero ajeno.
Por eso la pregunta de los 64 mil pesos:
¿Seguirá tapando el gobernador Duarte las raterías de su antecesor Fidel Herrera y su runfla de sinvergüenzas?
Por un lado se habla, comenta y especula que en víspera de la auditoría federal, los duartistas trabajan altas horas de la noche buscando las formas mágicas para tapar toda la inmundicia Fidelista.
Pero por el otro, aseguran en pasillos del vetusto palacio de gobierno, que la orden de quien constitucionalmente manda en Veracruz, es “no cubrir ni esconder el basurero, que se quede a cielo abierto para que todos los que vienen lo vean”.
Insisto, Calderón le trae hambre a Fidel.
Y existen evidencias que el “maestro” ya fue entregado en Los Pinos.
El resultado de la revisión de cuentas bien podría ser el tiro de gracia para Herrera Beltrán, o la ratificación con Duarte de más de lo mismo otros 6 años, renunciando al sueño guajiro de terminar siendo en 2016 el mejor gobernador de Veracruz.
Por lo pronto, al desligarse de la Fidelidad en su encuentro en Los Pinos, el presidente Calderón ha colocado contra la pared a Javier Duarte.
Ahora, la bebe o la derrama, aunque más fácil para él es retractarse después de la jalada de orejas en Tlacotalpan.
En fin, ya veremos de qué tamaños los tiene el joven mandatario estatal para hacer cumplir la ley.
¿O usted qué opina?
davidvaronaf@hotmail.com
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