“Disfruta cada momento de tu vida como si fueras a morir mañana, y aprende como si fueras a vivir eternamente”.
Eso recomiendan los grandes pensadores.
Y pareciera que precisamente eso es lo que hace el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán.
Guarda en un sobre de asuntos pendientes los malos deseos de sus detractores políticos, y dejándose guiar por el canto de las sirenas aparenta estar más allá del bien que del mal.
Las críticas a su gobierno no son para él motivos que lo obliguen a modificar su personal forma de ejercer el poder, que sin lugar a dudas tantas satisfacciones y beneficios le ha dejado a éstas alturas de su mandato.
Enfermo empedernido de los reflectores, Fidel sigue cosechando y sumando reconocimientos del otro lado de las fronteras mexicanas.
Ahora fue la Cámara de Comercio Estados Unidos-México, que le entregó la presea “Buen Vecino”, acto celebrado en la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Washintong, la capital estadunidense.
Eventos de esa importancia resaltan el reconocimiento internacional que logró alcanzar el trabajo persistente e ininterrumpido del mandatario veracruzano.
Fidel ha logrado entrar al selecto grupo de políticos, empresarios y hombres de negocios norteamericanos, aún cuando su contrastante color de su piel, sea motivo de risas y mofas de parte de sus adversarios cuando ven las imágenes televisivas o fotografías de los principales diarios del mundo en las que aparece al lado de los guëritos ojos verdes o azules.
Ese tipo de activismo político que practica el gobernador Herrera Beltrán dentro y fuera de su estado, es el que provoca que los ojos del gobierno federal estén abiertos y atentos a lo que sucede en la entidad veracruzana.
Y no es para menos.
Pese a que Fidel se proclama soldado del presidente Calderón en su intentona porque ya le abran la llave de los recursos federales, para los panistas representa un serio problema que no fácilmente dejarán crecer.
Principalmente porque han visto cómo en tres años de mandato el tío Fide logró superar los funestos presagios que aseguraban se ahogaría en el mar de mentiras que fue creando a lo largo de su carrera política.
Cuando apostaban que recibiría el repudio del pueblo, se sorprendieron al ver cómo recibió todo su respaldo y confianza. Al grado de darles, con los votos de la ciudadanía, una paliza electoral a los candidatos del PAN en la primera elección local que le tocó dirigir como gobernador.
El hecho que Fidel haya aguantado 30 años para esperar ver llegar la oportunidad de gobernar su estado, muestra la perseverancia de alcanzar objetivos en el momento justo, ni antes ni después.
Por ello, el gobierno federal no se traga el cuento de Fidel de darse por muerto para el 2012.
La edad del ejecutivo estatal no lo ayuda para esperarse hasta el 2018.
Es ahora o nunca.
Por eso Fidel seguirá buscando los reflectores y luchará por alcanzar la nominación de su partido, sabiendo que todo lo tiene en contra, incluyendo a la presidenta del PRI, la ganerala Paredes, quien no le perdona haberle jugado las contras, cuando en la elección del dirigente priísta apoyó a Enrique Jackson.
Lo que tranquiliza a Herrera Beltrán es que con la gubernatura de Veracruz cerrará el capítulo más importante de cualquier veracruzano.
De no lograr la candidatura presidencial, no vivirá de odios y rencores.
Al contrario, egocéntrico como es disfrutará haber sido gobernador antes que su acérrimo enemigo que, denostándolo y con acusaciones previamente armadas buscará ganarse un electorado que hoy está cautivo con Herrera Beltrán.
Y eso representa el arma más peligrosa para quien ha externado su deseo de ser gobernador en el 2010.
De acuerdo a informes confidenciales obtenidos, el expediente acusatorio contra Fidel, es extenso, sólo falta, como dicen, “lo que se acumule”. Lo tienen muy bien preparado y estrictamente resguardado.
Lo que tal vez no estén considerando es que atentar contra Fidel, considerado por la gente como “un hombre bueno que ayuda a los pobres”, sería convertirlo en mártir.
Fidel lo sabe, por ello, el contacto directo con la gente pareciera estar dedicado a labrar su propia cruz.
Sólo resta preguntar:
¿Quién se atreverá a subirlo a su cruz y crucificarlo?
¿O usted qué opina?
VISITA:
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Eso recomiendan los grandes pensadores.
Y pareciera que precisamente eso es lo que hace el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán.
Guarda en un sobre de asuntos pendientes los malos deseos de sus detractores políticos, y dejándose guiar por el canto de las sirenas aparenta estar más allá del bien que del mal.
Las críticas a su gobierno no son para él motivos que lo obliguen a modificar su personal forma de ejercer el poder, que sin lugar a dudas tantas satisfacciones y beneficios le ha dejado a éstas alturas de su mandato.
Enfermo empedernido de los reflectores, Fidel sigue cosechando y sumando reconocimientos del otro lado de las fronteras mexicanas.
Ahora fue la Cámara de Comercio Estados Unidos-México, que le entregó la presea “Buen Vecino”, acto celebrado en la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Washintong, la capital estadunidense.
Eventos de esa importancia resaltan el reconocimiento internacional que logró alcanzar el trabajo persistente e ininterrumpido del mandatario veracruzano.
Fidel ha logrado entrar al selecto grupo de políticos, empresarios y hombres de negocios norteamericanos, aún cuando su contrastante color de su piel, sea motivo de risas y mofas de parte de sus adversarios cuando ven las imágenes televisivas o fotografías de los principales diarios del mundo en las que aparece al lado de los guëritos ojos verdes o azules.
Ese tipo de activismo político que practica el gobernador Herrera Beltrán dentro y fuera de su estado, es el que provoca que los ojos del gobierno federal estén abiertos y atentos a lo que sucede en la entidad veracruzana.
Y no es para menos.
Pese a que Fidel se proclama soldado del presidente Calderón en su intentona porque ya le abran la llave de los recursos federales, para los panistas representa un serio problema que no fácilmente dejarán crecer.
Principalmente porque han visto cómo en tres años de mandato el tío Fide logró superar los funestos presagios que aseguraban se ahogaría en el mar de mentiras que fue creando a lo largo de su carrera política.
Cuando apostaban que recibiría el repudio del pueblo, se sorprendieron al ver cómo recibió todo su respaldo y confianza. Al grado de darles, con los votos de la ciudadanía, una paliza electoral a los candidatos del PAN en la primera elección local que le tocó dirigir como gobernador.
El hecho que Fidel haya aguantado 30 años para esperar ver llegar la oportunidad de gobernar su estado, muestra la perseverancia de alcanzar objetivos en el momento justo, ni antes ni después.
Por ello, el gobierno federal no se traga el cuento de Fidel de darse por muerto para el 2012.
La edad del ejecutivo estatal no lo ayuda para esperarse hasta el 2018.
Es ahora o nunca.
Por eso Fidel seguirá buscando los reflectores y luchará por alcanzar la nominación de su partido, sabiendo que todo lo tiene en contra, incluyendo a la presidenta del PRI, la ganerala Paredes, quien no le perdona haberle jugado las contras, cuando en la elección del dirigente priísta apoyó a Enrique Jackson.
Lo que tranquiliza a Herrera Beltrán es que con la gubernatura de Veracruz cerrará el capítulo más importante de cualquier veracruzano.
De no lograr la candidatura presidencial, no vivirá de odios y rencores.
Al contrario, egocéntrico como es disfrutará haber sido gobernador antes que su acérrimo enemigo que, denostándolo y con acusaciones previamente armadas buscará ganarse un electorado que hoy está cautivo con Herrera Beltrán.
Y eso representa el arma más peligrosa para quien ha externado su deseo de ser gobernador en el 2010.
De acuerdo a informes confidenciales obtenidos, el expediente acusatorio contra Fidel, es extenso, sólo falta, como dicen, “lo que se acumule”. Lo tienen muy bien preparado y estrictamente resguardado.
Lo que tal vez no estén considerando es que atentar contra Fidel, considerado por la gente como “un hombre bueno que ayuda a los pobres”, sería convertirlo en mártir.
Fidel lo sabe, por ello, el contacto directo con la gente pareciera estar dedicado a labrar su propia cruz.
Sólo resta preguntar:
¿Quién se atreverá a subirlo a su cruz y crucificarlo?
¿O usted qué opina?
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